Colocó una de sus manos en la cabeza de la menor y nada más dio un par de caricias antes de dejarla quieta, nada más que posada. —Duerme unos minutos, debes ayudar a Kalim en un rato.

Si..-Respondio con sus ojos cerrados acostada boca abajo mientras intentaba no dormirse-

Tras bostezar cual gato, se volvió a verla. —¿Qué sucede? ¿Ya terminaste tus deberes? —Preguntó cerrando sus ojos y rascando una de sus orejas, con bastante flojera. Eran muy escasos los momentos de relajación que tenía.

-No sabia que sus días de clases serían tan cansados cuando llegó a la habitación de su hermano tirándose a su lado-