Afable, cortés, prudente y enigmático.
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ES1516793 · F
Después de haberse quedado a admirar unos momentos más aquellos postres reaccionó y decidió ingresar detrás del joven mago. Se acercó al mostrador justo en el momento en que él le señalaba. Observó más pasteles en el refrigerador y sus ojos centellaban con fulgor, por un momento apareció una niña pequeña que disfrutaba pasar el tiempo en la dulcería. La personalidad que había adoptado ahora la maga de cabellera escarlata era demasiado jocosa pero no podía evitarlo.
¡Se trataban de pasteles! Incluso olvidó que iba acompañada de él, sino tal vez se hubiese moderado ante esa actitud tan infantil. — ¡Quiero comprar todos! —Dice con solemne regocijo. ¿Cómo se comería tantos? Bueno... (Subestiman mi poder. (??) ) Ella podría hacerlo.
La vendedora dio un respingo y casi reía creyendo que era una broma pero al observar que la ojipardo mantenía su postura y permanecía inmutable comprendió que era completamente cierto.
"Me apuraré a hacerle su pedido" Menciona la agradable señorita, por lo tanto Erza espera pacientemente y de pronto advierte quién estaba a su lado... Desvía su mirada hacia el peliazul con sus pómulos cubiertos en un gran tono bermejo, parecía tener fiebre porque el color se extendía por todo el rostro. Titubeó buscando las palabras adecuadas para lo que acababa de hacer, ¿Qué podía decirle? Todo estaba apuntando en su contra... ¿Qué diría él? pero no pudo encontrar nada que la excusase y quedó muda observándolo avergonzada.
¡Se trataban de pasteles! Incluso olvidó que iba acompañada de él, sino tal vez se hubiese moderado ante esa actitud tan infantil. — ¡Quiero comprar todos! —Dice con solemne regocijo. ¿Cómo se comería tantos? Bueno... (Subestiman mi poder. (??) ) Ella podría hacerlo.
La vendedora dio un respingo y casi reía creyendo que era una broma pero al observar que la ojipardo mantenía su postura y permanecía inmutable comprendió que era completamente cierto.
"Me apuraré a hacerle su pedido" Menciona la agradable señorita, por lo tanto Erza espera pacientemente y de pronto advierte quién estaba a su lado... Desvía su mirada hacia el peliazul con sus pómulos cubiertos en un gran tono bermejo, parecía tener fiebre porque el color se extendía por todo el rostro. Titubeó buscando las palabras adecuadas para lo que acababa de hacer, ¿Qué podía decirle? Todo estaba apuntando en su contra... ¿Qué diría él? pero no pudo encontrar nada que la excusase y quedó muda observándolo avergonzada.