*Antes de pensar que se trata de un enemigo, pudo escuchar las verdaderas intenciones del peculiar joven. Cualquiera pensaría que él miente, sin embargo, la joven Cham Cham vislumbró que su anfitrión dice la verdad. No pasarían más de diez segundos para percatarse de aquel detalle, por ende, expresó.* - ¡OH, si es el caso! Sé bienvenido en las tierras y deja en ellas el respeto que se merecen. Puedes pasar, comer los frutos, las hierbas comestibles y medicinales que nuestra madre nos brinda. Antes de tomar los alimentos, se recomienda pedir permiso a Madre Tlaltecuhtli, entonces podrás hacerlo sin problema alguno. De igual manera, sucede con los animales que viven aquí, ellos también son nuestros aliados y vecinos, solo se caza para sobrevivir, es un vaivén, porque todos al final del curso del tiempo, regresamos a la Tierra porque todos somos sus hijos y formamos parte de ella. - Expresó con solemne brillo en sus verdosos orbes. Después, se atrevió a cuestionar al joven, quizá él podría ser una pista fundamental de su búsqueda, la principal causa de su misión y el porqué tuvo que salir de su pueblo para cumplir dicho encargo de los dioses y las tradiciones bajo un código de honor.-Antes que nada, me gustaría preguntarte si has visto a un duende pasar. Él tiene algo que le pertenece a mi pueblo, debo encontrarlo antes de que sea demasiado tarde.
