Jiren

¡Hola Jiren! Necesito hablar contigo.

[code]¿Eh?...

*Esa respuesta la dejó más que descolocada. Ella nunca había tenido una sola experiencia sobrenatural, aunque de hecho a veces buscaba cosas de ese estilo a través de internet por puro entretenimiento, nunca lo hacía con la certeza de que fuesen reales. Se quedó en silencio por unos segundos, unos segundos que en su cabeza fueron explosiones de posibilidades, posibilidades de lo que podía estar pasando, de cómo podía tomarse aquellas palabras, de cómo podía interpretarlas de forma correcta. Entonces, su psique le ofreció la más sencilla y menos traumante de las soluciones, tratando de protegerse a sí misma inconscientemente*

¡Eso es! ¡Esto es un sueño! ¿Cómo no pude haberme dado cuenta antes?

*Tales palabras salieron de su boca, mientras golpeaba su puño contra la palma libre de su otra mano. Convencida de haber llegado a una conclusión acertada, se acercaba de forma casi natural a su contrario. Y "casi natural" ya que el pequeño temblor aún presente en sus piernas así lo hacía ver. No se acercó mucho, tan solo lo suficiente como para poder llegar a hablar con su salvador de forma más cómoda y directa, sin tener que alzar mucho la voz*

¿Y entonces? ¿De dónde venía esa bestia? ¿Cómo se llama mi salvador? Aunque... ¡podrías haber venido antes! ¡Pero, pero! Ese... ¡ataaaque!... que hiciste. Sí que eres fuerte. ¡Já!¡Esa bestia regresó a su forma engañosa rápidamente!

*Aunque su mente trataba de hacer que ella negara la realidad, su sistema nervioso seguía al máximo, consciente de lo que había vivido. Eso era más que evidente en lo hiperactiva que parecía ahora al hablar, y lo <al menos un poco> temblorosas que estaban sus extremidades a la hora de ella expresarse mediante gestos*[/code]

Parpadeo varias veces ¿Lo había logrado? Las palabras del hombre entraron en sus oídos, necesitaba un momento para procesarlo, después de tanto insistirle lo había logrado y una sonrisa amplia se dibujo en su rostro, alzo la mirada para ver como efectivamente había desaparecido de su vista y dio un pequeño salto en su lugar juntando las palmas de sus manos.

—¡Lo logre!— exclamo emocionada, pero en ese momento se quedo pensativa—¿Monte Olimpo? ¿Donde es eso?— rascaba ligeramente su mejilla.

Habia escuchado ese nombre antes en la tierra el Monte Olimpo pero no tenia nada que ver con ello, ahí residían los dioses, y eso era un simple planeta, ademas el único dios que conocía era Bills, y sabia de buena fuente que el no vivía en ese lugar. Todo era confuso. En ese momento escucho un sonido y al bajar la mirada se sonrojo, su estomago le pedía alimento y era lo que iba a buscar.

— Bien entonces creo que conoceré el lugar, al fin tengo medio dia para ir de compras— la joven sonrió volviendo a la normalidad y dando un gran salto para elevarse y volar por el lugar, desde el cielo era fácil apreciar a los habitantes del lugar, y para su fortuna diviso alimento que se vendía en lo que Bura creyó que era un tipo de mercado.

Así que descendió y al caminar por el lugar. presa de todas las miradas no le importo, no podía negarlo estaba emocionada de conocer las costumbres de el planeta pero aun mas emocionada por el entrenamiento que iba a presenciar el día siguiente.

*Antes de pensar que se trata de un enemigo, pudo escuchar las verdaderas intenciones del peculiar joven. Cualquiera pensaría que él miente, sin embargo, la joven Cham Cham vislumbró que su anfitrión dice la verdad. No pasarían más de diez segundos para percatarse de aquel detalle, por ende, expresó.* - ¡OH, si es el caso! Sé bienvenido en las tierras y deja en ellas el respeto que se merecen. Puedes pasar, comer los frutos, las hierbas comestibles y medicinales que nuestra madre nos brinda. Antes de tomar los alimentos, se recomienda pedir permiso a Madre Tlaltecuhtli, entonces podrás hacerlo sin problema alguno. De igual manera, sucede con los animales que viven aquí, ellos también son nuestros aliados y vecinos, solo se caza para sobrevivir, es un vaivén, porque todos al final del curso del tiempo, regresamos a la Tierra porque todos somos sus hijos y formamos parte de ella. - Expresó con solemne brillo en sus verdosos orbes. Después, se atrevió a cuestionar al joven, quizá él podría ser una pista fundamental de su búsqueda, la principal causa de su misión y el porqué tuvo que salir de su pueblo para cumplir dicho encargo de los dioses y las tradiciones bajo un código de honor.-Antes que nada, me gustaría preguntarte si has visto a un duende pasar. Él tiene algo que le pertenece a mi pueblo, debo encontrarlo antes de que sea demasiado tarde.

—¡Eres imposible!— y ahi iba la acostumbrada rabieta de la peliazul. Aunque no lo quisiera admitir era una niña berrinchuda y mimada, jamas aceptaba un no por respuesta, incluso nadie se lo daba, y ahora tener al hombre frente a ella con tanta indiferencia le molestaba le daba en su orgullo, incluso no lo entendía si había suavizado el trato con el individuo que el no fuera capaz de hacer lo mismo.

Se cruzo de brazos y camino quedando frente a el obstruyendole el paso para que dejara de caminar.

—Esta claro que no te agrado, o por lo menos te doy igual, pero puedo sentir tu ki y lo dire solo una vez... Eres mas fuerte que yo lo admito, por eso quiero que me entrenes, y que me des lo necesario—sus azules se fijaban en los contrarios decidida hablando muy enserio.


—¿Que quieres a cambio de que me entrenes esta vez?— ¿Se estaba humillando? Así era, necesitaba ser mas fuerte y por su mano no iba a poder hacerlo, ya que lo unico que sabia era lo que su hermano y padre le enseñaron y no había entrenado con nadie mas.

No se iría de ahí hasta que Jiren aceptara, tenia que hacerlo, se lo estaba pidiendo de lo mas pacíficamente posible, aunque el se negara una parte de ella sabia que deseaba aprender mas cada día, seguir entrenando para volverse mas fuerte,

—[code]¿Siempre eres asi? Pense que querias que me fuera de tu planeta[/code]— de una velocidad casi visible aparecía a su lado caminando con las manos tras la espalda, no entendía el porque se comportaba tan indiferente y la había rechazado, primero amenazarla y después ignorarla, vaya que era raro el sujeto, y eso le llamaba mas la atención.

Lo miraba de reojo y se preguntaba si todos los de su planeta eran asi o solo el tenia esa molesta actitud.

—[code]¿Conoces a los Saiyajin? Entonces debes conocer a mi padre Vegeta[/code].—miraba al frente haciendo memoria, no se le hacia conocido incluso si pisara la Tierra, la peliazul nunca lo había visto, pero bien sabia que no era enemigo puesto que al saber quien era no la ataco a muerte.

Con su dedo índice jugaba con un mechón de su cabello pensativa, pues las palabras del hombre le habían hecho reflexionar. De verdad no era demasiado fuerte para tener lo necesario y entrenar en otro planeta? Seguía siendo una niña mimada después de todo, ella no lo quería asi, de verdad deseaba ser de utilidad para su hogar como lo era su hermano Trunks.

—[code]¿Por qué dices que no tengo lo necesario? Lo dices porque no soy hombre, y soy una mujer Saiyajin ¿Cierto? Bueno si no me dan la oportunidad de volverme mas fuerte, jamás tendré lo necesario[/code]— se cruzo de brazos notoriamente molesta aun caminando a su lado.

[code]*Presa del pánico, había intentado buscar alguna clase de hueco en las paredes a sus lados. Ya que era pequeña, por una vez eso podría servirle para bien y meterse en algún espacio para lograr salir con vida. Sin embargo, cuando miró hacia atrás nuevamente para asegurar la posición del monstruo, este no se encontraba. Extrañada, se volteó por completo y se quedó algunos segundos mirando hacia la salida del callejón. Estaba segura de que aquella bestia la había seguido y no solo eso, sino que le estaba pisando los talones*

¿Eh?...
..¡Waa-haa!

*El sonido de la explosión la hizo sobresaltarse. Su mirada rápidamente fue a parar al lugar origen del fuerte ruido, alcanzando a ver la explosión que terminaba por confundirla más ante todo lo que estaba pasando de repente. Pero en realidad, lo único que le importaba era que aquel temible ser ya no buscara hacerle ningún daño, fue por eso que siguiendo con la mirada la trayectoria del descenso del cuerpo del mismo, se asomó por la esquina de la salida del callejón y pudo ver al causante de tal desenlace. Este se encontraba encapuchado, así que no podía distinguirlo del todo bien. Probablemente mejor para ella, si viera su apariencia y, eso en conjunto con todo lo demás, probablemente ya no podría más y se desmayaría de la impresión*

¡O-Oye!

*Se aventuró a llamar la atención de quien la había salvado de una muerte segura. Caminó hasta permitirse entrar en su campo de visión y aún con los ojos llorosos, sollozó un poco. Los latidos de su corazón no parecía que fueran a calmarse aún en esas condiciones, y no estaba segura de qué clase de persona era aquel, pero después de todo era innegable que había salvado su vida, no podía simplemente irse y quedar sin obtener su merecida explicación a tal horrible rato*

Esa cosa... ¿era tuya?[/code]

*Permaneció quieta, cautiva en ésa serie de sensaciones que se experimentan cuando la experiencia es nula ante una situación y la iniciativa es quién forja el saber, el aprendizaje y el carácter para volverse todo un profesional en la materia. Miraría detalladamente al hombre, sus facciones, su vestimenta, su complexión ¿Se trataría de un enemigo? ¡Ni que los dioses lo manden! pero si dado el caso fuese positiva aquella hipótesis, la lucha empezaría justo ahora. No obstante, la joven guerrera prefirió indagar antes de realizar el primer golpe a causa de un mal entendido.** - Guerrero de tierras lejanas, haz llegado a las tierras fértiles de la diosa Tlaltecuhtli, has observado el resplandor del Dios Tonatiuh, cuyo rayo de sol ilumina y nos brinda calor. Tlaloc el señor de la lluvia y el agua que brotan y alimentan nuestro hogar, es la magnífica lluvia que nos bendice y mantiene con vida. Ahora dime, si buscas un refugio y alimento, podré ayudarte. Siempre y cuando muestres respeto por la belleza que nuestro Dios Quetzalcóatl nos brinda. Si sólo vienes de paso, rezaré a Tezcatlipoca para que te oriente y salvaguarde de los peligros y Huitzilopochtli te brinde fuerza para los momentos de duda y peligro frente a un enemigo.

*Argumentó la chica en la espera de que su anfitrion acepte aquella dicha que ella no venía en modo de pelea, pero si de defensa si aquel joven mostrase un signo de hostilidad y/o peligro, porque sus raíces y sapiencia en el acto de guardiana, debe entregarse por completo a su pueblo y poseer el honor de su familia y ancestros.-

Optó por ignorar la presencia del hombre se concentraría solo en su objetivo. Empuñó sus manos a los costados y cerro sus ojos quedando en silencio, su aura se elevó así como un poco de polvo a su alrededor su ki aumento y el cabello celeste se bañaba en uno rubio alzando las puntas de este, sus ojos no cambiaron de color. Cuando termino ya se había convertido en súper Saiyajin.

Perfecto para el calentamiento comenzó a estirarse y lanzar repetitivos golpes al aire a una velocidad impresionante. La gravedad era más pesada que en la tierra y le causaba un poco dificultad más no le importó siguió lanzando golpes al aire.

Miro al hombre de soslayo y sonrió de medio labio

—[code]Oye tu, si te vas a quedar ahí parado sin hacer nada, mejor se util y ayúdame a entrenar[/code] —le grito por la distancia que tenían entre ellos—[code]estoy acostumbrada a entrenar con mi hermano, así que tú puedes hacer lo mismo, claro si quieres que me vaya de este planeta pronto[/code]—le guiñaba el ojo con una sonrisa lasciva pues la frialdad del hombre le comenzaba a molestar y no la ayudaba a concentrarse en lo absoluto.