46-50, M
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SW-User
Era natural que pensara eso, sus intereses eran siempre evidentes. Raven parecía ver solo por las personas que dependían de su fuerza y que tenían su protección, sin embargo, esta vez era diferente. No lo habría aceptado frente a Qrow, pero su indiferencia ante el sacrificio de Yang no era del todo real, más sabía, que mostrar esa clase de emociones es mostrar debilidad.
Y las palabras del estirado General Ironwood eran exactamente las mismas que las de su hermano. Todos ellos, sin duda alguna, repetían como loros los ideales de Ozpin. Aquéllo le causaba un sabor amargo en la boca, y provocó que sus labios se torcieran en una sonrisa fingida. —¿A cuáles "todos" te refieres, James?— Y le daría la misma respuesta que a Qrow, que no le importaba en absoluto lo que sucediera con ellos, que no cooperaría. Defendería a su tribu y solo a su tribu usando todos sus recursos o perecerían luchando, como siempre lo habían hecho.
Cuando James volvió a su asiento, la mujer le dedicó una sola mirada de desprecio, antes de erguirse y continuar mirándolo hacia abajo, como si ahí la escoria fuese él.
—Pese a que se nota me tienes en gran estima, esta vez no exigiré algo que me beneficie a mi, o a mi gente, sino a alguien más.— Parecía que le costaba sacar cada una de esas palabras, pero era la única manera que tenía de tratar de hacer algo real por ella. El apoyo moral de Qrow y Taiyang no la llevaría a ningún lado. —Esta vez vengo a hablar por mi hija. Luchó por ti, James. Peleó tus batallas, y ahora está postrada en una cama, inválida y odiándose...— El tono de su voz, sin darse cuenta, subía poco a poco. —Es lo menos que puedes hacer por ella y para saldar al menos una de las deudas que Qrow tiene conmigo, una pequeña. Devuélvele lo que le arrebataron, esa es mi exigencia.—
Y las palabras del estirado General Ironwood eran exactamente las mismas que las de su hermano. Todos ellos, sin duda alguna, repetían como loros los ideales de Ozpin. Aquéllo le causaba un sabor amargo en la boca, y provocó que sus labios se torcieran en una sonrisa fingida. —¿A cuáles "todos" te refieres, James?— Y le daría la misma respuesta que a Qrow, que no le importaba en absoluto lo que sucediera con ellos, que no cooperaría. Defendería a su tribu y solo a su tribu usando todos sus recursos o perecerían luchando, como siempre lo habían hecho.
Cuando James volvió a su asiento, la mujer le dedicó una sola mirada de desprecio, antes de erguirse y continuar mirándolo hacia abajo, como si ahí la escoria fuese él.
—Pese a que se nota me tienes en gran estima, esta vez no exigiré algo que me beneficie a mi, o a mi gente, sino a alguien más.— Parecía que le costaba sacar cada una de esas palabras, pero era la única manera que tenía de tratar de hacer algo real por ella. El apoyo moral de Qrow y Taiyang no la llevaría a ningún lado. —Esta vez vengo a hablar por mi hija. Luchó por ti, James. Peleó tus batallas, y ahora está postrada en una cama, inválida y odiándose...— El tono de su voz, sin darse cuenta, subía poco a poco. —Es lo menos que puedes hacer por ella y para saldar al menos una de las deudas que Qrow tiene conmigo, una pequeña. Devuélvele lo que le arrebataron, esa es mi exigencia.—