About Me About Me Notes
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As1553262 · F
— No podría decir que estoy mejor pero ciertamente lo estaré pronto. — Afirmó con toda certeza mientras se encogía de hombros. Un escalofrío le recorría todo el cuerpo, y podía sentir como cada fibra de su conservado cuerpo se electrizaba a su paso.
Cuando la alcanzó, la joven se detuvo para avanzar a su paso.
El aroma salado y la brisa húmeda le embriagaba de placer. Adoraba pasar su debido tiempo en las costas, además de navegar en sus oscuras y misteriosas aguas.
Las leyendas plagaban estas misteriosas profundidades de monstruos y humanoides de facultades increíbles, que más que provocarle temor la llenaban de curiosidad.
Y aunque este asunto en particular tratase sobre su hogar, nada le impedía el disfrute previo.
— Y dime James... — Su voz denotaba misterio, su tono se había vuelto más lúgubre y serio que antes, no se encontraba un ápice de dolor en esta, a pesar de que las punzadas eran cada vez más intensas, al ritmo de ellas, un brillo discreto se hacía presente en su órbita derecha, exponiendo con claridad el rojo flameante que se diseminaba con rapidez por todo su iris izquierdo.
— ¿A qué le teme un hombre que ha visto la muerte de cerca?. — Inquirió inquieta en un intento de percibir que reacción sería la que tendría posteriormente.
Su sonrisa, aún sincera y un tanto dulce se mantenía radiante.
En segundos alternaba observando el camino y a su acompañante.
Su furtivo andar y caótico aspecto le erizaba la piel.
Si es que el había estado antes ahí, le sorprendía el hecho de no haberlo visto antes.
Los golpeteos metálicos disminuían con su velocidad, mientras que su violáceo cabello comenzaba a sufrir las consecuencias de la humedad marítima.
Su diestra aplacaba algunas hebras rebeldes, aunque sin el éxito deseado. Aquellos ademanes parecían más un jugueteo infantil en el cuál, demostraba su molestia fundiendo el ceño con demasiada fuerza muscular.
— Aghh...— Masculló aún en batalla con su cabello, despegando su vista un par de minutos de él.
Las punzadas continuaban abatiendola en su hemicráneo izquierdo, al contrario de la coloración, que se detuvo abruptamente al terminar de pincelar el contorno de su iris en un rojo intenso y brillante.
Cuando la alcanzó, la joven se detuvo para avanzar a su paso.
El aroma salado y la brisa húmeda le embriagaba de placer. Adoraba pasar su debido tiempo en las costas, además de navegar en sus oscuras y misteriosas aguas.
Las leyendas plagaban estas misteriosas profundidades de monstruos y humanoides de facultades increíbles, que más que provocarle temor la llenaban de curiosidad.
Y aunque este asunto en particular tratase sobre su hogar, nada le impedía el disfrute previo.
— Y dime James... — Su voz denotaba misterio, su tono se había vuelto más lúgubre y serio que antes, no se encontraba un ápice de dolor en esta, a pesar de que las punzadas eran cada vez más intensas, al ritmo de ellas, un brillo discreto se hacía presente en su órbita derecha, exponiendo con claridad el rojo flameante que se diseminaba con rapidez por todo su iris izquierdo.
— ¿A qué le teme un hombre que ha visto la muerte de cerca?. — Inquirió inquieta en un intento de percibir que reacción sería la que tendría posteriormente.
Su sonrisa, aún sincera y un tanto dulce se mantenía radiante.
En segundos alternaba observando el camino y a su acompañante.
Su furtivo andar y caótico aspecto le erizaba la piel.
Si es que el había estado antes ahí, le sorprendía el hecho de no haberlo visto antes.
Los golpeteos metálicos disminuían con su velocidad, mientras que su violáceo cabello comenzaba a sufrir las consecuencias de la humedad marítima.
Su diestra aplacaba algunas hebras rebeldes, aunque sin el éxito deseado. Aquellos ademanes parecían más un jugueteo infantil en el cuál, demostraba su molestia fundiendo el ceño con demasiada fuerza muscular.
— Aghh...— Masculló aún en batalla con su cabello, despegando su vista un par de minutos de él.
Las punzadas continuaban abatiendola en su hemicráneo izquierdo, al contrario de la coloración, que se detuvo abruptamente al terminar de pincelar el contorno de su iris en un rojo intenso y brillante.