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JaellaTargaryen · 16-17, F
Soltó una risita. Envidiaba el poder de su hermana, el cual era digno para poner de rodillas a cualquier oponente. La manipulación del miedo era cosa seria, y sabía que aunque ella era una hábil guerrera en muchas ocasiones la gente le temía por el poder de su hermana.
Y disfrutó, soñó y recordó ese momento. Solía odiar estar demasiado lejos de la tierra, pero recordó ese día con profundo cariño.
Quedándose en ese momento se quedó dormida a su lado.
Y disfrutó, soñó y recordó ese momento. Solía odiar estar demasiado lejos de la tierra, pero recordó ese día con profundo cariño.
Quedándose en ese momento se quedó dormida a su lado.
JaenaTargaryen · F
Se quejó de las cosquillas cuando estaba por juntar sus frentes, atrapó sus pies entre los suyos.
─Quieta, o te mostraré algo que te asuste. ─amenazó o almenos lo intentó: su tono jamás fue intimidante.
Al fin sin interrupciones pudo mostrarle el cielo azul de aquel día, todos vestían de caza y montaban sus dragones. Padre guiaba en su montura con madre, el viento traía menta con lavanda a sus rostros y el sol no era tan cruel vestido de nubes.
En los cielos eran lo más cercano a los Dioses, las gemelas no le temían a la muerte. Sus piruetas definían la física nuevamente, pero a ojos de ellas lo indispensable era compartir el cielo juntas.
─Quieta, o te mostraré algo que te asuste. ─amenazó o almenos lo intentó: su tono jamás fue intimidante.
Al fin sin interrupciones pudo mostrarle el cielo azul de aquel día, todos vestían de caza y montaban sus dragones. Padre guiaba en su montura con madre, el viento traía menta con lavanda a sus rostros y el sol no era tan cruel vestido de nubes.
En los cielos eran lo más cercano a los Dioses, las gemelas no le temían a la muerte. Sus piruetas definían la física nuevamente, pero a ojos de ellas lo indispensable era compartir el cielo juntas.
JaellaTargaryen · 16-17, F
— No quiero, es demasiado emocional. — Y al contrario de sus palabras se acomodó frente a ella al recostarse de lado cerrando sus ojos, lista para ese recorrido visual que la llenaría cuando su hermana conectara con ella.
Movió sus pies hasta tocar con ellos los ajenos, acariciando por encima al grado de también subir a sus tobillos.
Movió sus pies hasta tocar con ellos los ajenos, acariciando por encima al grado de también subir a sus tobillos.
JaenaTargaryen · F
─Respuestas que claramente no veré. ─dijo haciéndose la digna, al final sabía que iba a dejarse llevar por su hermana. Suspiró dando el último bocado.
Esos días en la academia habían sido aburridos, extrañaba la fortaleza y montar con Jaella.
Asomó la cabeza a su litera, lo hacia cuando dormir era difícil.
─¿Y si repetimos nuestro recuerdo favorito? ─Se acopló a su lado sin tener respuesta; sabía que nada le sería negado.
Esos días en la academia habían sido aburridos, extrañaba la fortaleza y montar con Jaella.
Asomó la cabeza a su litera, lo hacia cuando dormir era difícil.
─¿Y si repetimos nuestro recuerdo favorito? ─Se acopló a su lado sin tener respuesta; sabía que nada le sería negado.
JaellaTargaryen · 16-17, F
La miró unos momentos, saboreando un corto lapso de felicidad interna al recibir su preocupación. Sin cambios en su semblante por ello regresó hasta recostarse en su cama, pero pegando uno de sus pies a la pared.
Alguien en algún lado tocaba también un muro, y lo sentía dormir. Fuera de eso no sentía pasos de nadie.
— No me vieron; todos duermen. Estoy estudiando el patrón de vigilancia, un poco más y podré robar las respuestas del examen de este mes. —
Alguien en algún lado tocaba también un muro, y lo sentía dormir. Fuera de eso no sentía pasos de nadie.
— No me vieron; todos duermen. Estoy estudiando el patrón de vigilancia, un poco más y podré robar las respuestas del examen de este mes. —
JaenaTargaryen · F
Se aseguró de verla a los ojos al aceptar el postre, por ese medio no se dejaba engañar por sus palabras o irritarse ante su ironía.
Le metió el diente al pastelito quedando un bigote gracioso de crema.
─Gracias...─Casi sucumbe a sonreírle, pero su deber como hermana mayor se adelantó a la luz:─ No deberías hacer eso, te pueden castigar.
Le metió el diente al pastelito quedando un bigote gracioso de crema.
─Gracias...─Casi sucumbe a sonreírle, pero su deber como hermana mayor se adelantó a la luz:─ No deberías hacer eso, te pueden castigar.
JaellaTargaryen · 16-17, F
Desgraciadamente no podía sentir nada que estuviese separado del suelo, pero cuando podía sentir a su hermana a través de él adoraba el ritmo de su corazón. Podría haber notado su despertar de no ser por esa litera.
Aún no aprendía a sentir a través del metal, que bien pertenecía al elemento de la tierra si estudiaba el mismo. Su refinar hacia difícil esa conexión, pero quizás un día podría lograrlo.
Apretó los dedos de sus pies antes de subir a su cama y perder esa adorada conexión con el suelo, y como si perdiese la visión dejó de percibir la señal de los alrededores.
— No te traje nada. — Bromeó, luego le extendió un pastelito con fresas.
Aún no aprendía a sentir a través del metal, que bien pertenecía al elemento de la tierra si estudiaba el mismo. Su refinar hacia difícil esa conexión, pero quizás un día podría lograrlo.
Apretó los dedos de sus pies antes de subir a su cama y perder esa adorada conexión con el suelo, y como si perdiese la visión dejó de percibir la señal de los alrededores.
— No te traje nada. — Bromeó, luego le extendió un pastelito con fresas.
JaenaTargaryen · F
Todos amaban como relucía la corona sobre su cabeza, habían cantos de paz por todo el castillo y abundaban los hombres interesados en ella. ¿Interesados en ella? Huyó de la turba.
El chirrido de la puerta interrumpió su sueño, que era bastante ligero, y lo agradecía por primera vez. Incorporó el torso al tiempo que regulaba su respiración, desde la segunda planta de la litera vio a Jaella con un busto, iluminada por la luna.
Sonrió aliviada.
─¿También trajiste para mí? ─dijo tras oler la dulzura propia de las masitas que tanto le gustaban.
El chirrido de la puerta interrumpió su sueño, que era bastante ligero, y lo agradecía por primera vez. Incorporó el torso al tiempo que regulaba su respiración, desde la segunda planta de la litera vio a Jaella con un busto, iluminada por la luna.
Sonrió aliviada.
─¿También trajiste para mí? ─dijo tras oler la dulzura propia de las masitas que tanto le gustaban.
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