Wᴇ·ʟʟ ʜᴀᴠᴇ ᴀ ʟɪᴛᴛʟᴇ ғᴜɴ. Tʀᴜsᴛ ᴍᴇ﹗
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Es1562906 · F
—Wow. —Musitó cuando vio la vara entrar, lo primero que se le ocurrió es que era su cetro, ¿Quizá una varita? ¿Cómo podía hacer eso? ¡Que increíble!
Como niña educada, esperó el momento para soltar su cuestionario. Mentalmente había memorizado las preguntas que haría. Pero no podía interrumpir hasta que él silenciara. Eso lo había aprendido muy bien.
“Paciencia, paciencia.” Se decía con las manos apretadas en un puño sobre su vestido celeste. Atenta a las descripciones para poder imaginarse a cada uno de los miembros.
¿El hada de los dientes era real? Aún no perdía su dentadura de leche, seguramente después de saber de su existencia la esperaría con ansías.
Sandy, ¿Quién podría ser? Fue el que más curiosidad le causó, puesto que jamás había escuchado hablar de él, mucho menos de sus poderes.
—¡Santa! Lo sabía, ¡Es real! —Gritó efusiva cuando él finalizó. Mucho muy emocionada de saber ahora que si era él quien dejaba sus regalos y no sus padres como les habían sugerido algunos niños de Arendelle, ella se convencía a sí misma y a Anna lo contrario cada que lo insinuaban.
Oh Anna, ¡Qué feliz serías de escucharlo!
Se levantó de un brinco ante la maravillosa idea que le sugería el guardián. Había olvidado por completo lo intrincado de sus poderes mágicos. Las nubes oscuras las había despejado.
—¿El hada de los dientes es pequeña? ¿Cómo campanita de Peter Pan? ¿Bunny no es conejo? ¿No se atora en las madrigueras cuando oculta los huevos? ¿Quién es Sandy? ¿Qué hace? ¿Los duendes trabajan para Santa en su fabrica de juguetes? ¿Su trineo es mágico?
»...Espera. No. —Y ahí estaba, invadiéndolo de preguntas como lo hacía con las historias de su padre. Era uno de sus hábitos. —Lo que realmente quiero saber es, ¿Crees que algún día los conozca, y se conviertan en mis amigos? Así como tú… Porque ahora eres mi amigo. ¿Verdad?
Como niña educada, esperó el momento para soltar su cuestionario. Mentalmente había memorizado las preguntas que haría. Pero no podía interrumpir hasta que él silenciara. Eso lo había aprendido muy bien.
“Paciencia, paciencia.” Se decía con las manos apretadas en un puño sobre su vestido celeste. Atenta a las descripciones para poder imaginarse a cada uno de los miembros.
¿El hada de los dientes era real? Aún no perdía su dentadura de leche, seguramente después de saber de su existencia la esperaría con ansías.
Sandy, ¿Quién podría ser? Fue el que más curiosidad le causó, puesto que jamás había escuchado hablar de él, mucho menos de sus poderes.
—¡Santa! Lo sabía, ¡Es real! —Gritó efusiva cuando él finalizó. Mucho muy emocionada de saber ahora que si era él quien dejaba sus regalos y no sus padres como les habían sugerido algunos niños de Arendelle, ella se convencía a sí misma y a Anna lo contrario cada que lo insinuaban.
Oh Anna, ¡Qué feliz serías de escucharlo!
Se levantó de un brinco ante la maravillosa idea que le sugería el guardián. Había olvidado por completo lo intrincado de sus poderes mágicos. Las nubes oscuras las había despejado.
—¿El hada de los dientes es pequeña? ¿Cómo campanita de Peter Pan? ¿Bunny no es conejo? ¿No se atora en las madrigueras cuando oculta los huevos? ¿Quién es Sandy? ¿Qué hace? ¿Los duendes trabajan para Santa en su fabrica de juguetes? ¿Su trineo es mágico?
»...Espera. No. —Y ahí estaba, invadiéndolo de preguntas como lo hacía con las historias de su padre. Era uno de sus hábitos. —Lo que realmente quiero saber es, ¿Crees que algún día los conozca, y se conviertan en mis amigos? Así como tú… Porque ahora eres mi amigo. ¿Verdad?
Es1562906 · F
Se llenó de entera confianza nuevamente, anteriormente le era sencillo utilizar sus poderes frente a su hermana, jugaban en su alcoba compartida todos los días. Gritoneaban y reían hasta que les dolía su estómago. Desde el incidente provocado por sus poderes solo logró que la separaran de Anna, envuelta en el silencio de sus paredes.
Buscando suprimir los poderes con los que nació; considerándolos como algo terrible deseando poder ser “normal”. Pero todos esos sentimientos parecieron reprimirse en ese momento.
Regresando a ser la niña juguetona que solo su hermana conocía. Cuando él la animó, provocó que su energía fuera pura y nada amenazante.
Choco los puños con timidez. No pudo desprenderse de esas mejillas regordetas y entintadas por el rubor carmín. Entusiasmada por la idea “guardiana”. Decidió abordar más el tema.
—¿Cuántos guardianes más hay Jack? —Preguntó curiosa, se acomodó en su cama arrodillada con las piernas flexionadas. Posó sus manos en sus muslitos, impresionante e inconscientemente no se vieron afectadas por los destrozos de su hielo, eso dejaba aún más claro que dependía bastante de las emociones de la pequeña para estabilizar su poder.
Lo único que conseguía estando al lado del chico era sosiego.
Buscando suprimir los poderes con los que nació; considerándolos como algo terrible deseando poder ser “normal”. Pero todos esos sentimientos parecieron reprimirse en ese momento.
Regresando a ser la niña juguetona que solo su hermana conocía. Cuando él la animó, provocó que su energía fuera pura y nada amenazante.
Choco los puños con timidez. No pudo desprenderse de esas mejillas regordetas y entintadas por el rubor carmín. Entusiasmada por la idea “guardiana”. Decidió abordar más el tema.
—¿Cuántos guardianes más hay Jack? —Preguntó curiosa, se acomodó en su cama arrodillada con las piernas flexionadas. Posó sus manos en sus muslitos, impresionante e inconscientemente no se vieron afectadas por los destrozos de su hielo, eso dejaba aún más claro que dependía bastante de las emociones de la pequeña para estabilizar su poder.
Lo único que conseguía estando al lado del chico era sosiego.
Es1562906 · F
Por el cristalino brillo de sus ojos podía vislumbrarse los copos de nieve que a diferencia de los que un invierno común les regalaba; estos les hacían resaltar las figuras asimétricas que con mucha facilidad el guardián creaba. Su boca aún no cerraba, sorprendida por la forma en la que manipulaba sus poderes, le envidiaba un poco.
Pero de pronto sus palabras tan amables y muy bien escogidas le provocaban calidez, esa que solo su hermana Anna hasta el día de hoy le había proveído.
“Wow. Nunca… Eso es mucho tiempo.” Pensó, no sabía si lo decía en serio o no, pero no quería usar su cabeza en esos instantes para sopesar en una incógnita que no lo resolvería más que el pasar de los días.
Decidió dar lo mejor de sí para que se cumpliera así que se comprometió a controlar sus poderes; enserió su rostro y se concentró empedernida a no rendirse después de haberle visto.
Cerró los ojos y pensó en lo que quería crear; ¿Qué tal algún animalito?
Pronto, su energía se concentró en la palma de su mano, y comenzaron a salir pequeñas partículas que, consiguieron la forma de luciérnagas color azul celeste que volaron algunas en la cabeza del albino, y otras en la foto familiar que adornaba el papel tapiz de su alcoba.
—O-Oh… —Miró, lo consiguió provisionalmente. Al parecer, la heredera de Arendelle no se había percatado que mucho tenía que ver su estado de ánimo.
Pero de pronto sus palabras tan amables y muy bien escogidas le provocaban calidez, esa que solo su hermana Anna hasta el día de hoy le había proveído.
“Wow. Nunca… Eso es mucho tiempo.” Pensó, no sabía si lo decía en serio o no, pero no quería usar su cabeza en esos instantes para sopesar en una incógnita que no lo resolvería más que el pasar de los días.
Decidió dar lo mejor de sí para que se cumpliera así que se comprometió a controlar sus poderes; enserió su rostro y se concentró empedernida a no rendirse después de haberle visto.
Cerró los ojos y pensó en lo que quería crear; ¿Qué tal algún animalito?
Pronto, su energía se concentró en la palma de su mano, y comenzaron a salir pequeñas partículas que, consiguieron la forma de luciérnagas color azul celeste que volaron algunas en la cabeza del albino, y otras en la foto familiar que adornaba el papel tapiz de su alcoba.
—O-Oh… —Miró, lo consiguió provisionalmente. Al parecer, la heredera de Arendelle no se había percatado que mucho tenía que ver su estado de ánimo.
Es1562906 · F
Es1562906 thinks you are Adventurous.
Es1562906 · F
—¿Te encuentras bien Jack? —Sigilosamente comenzó a acercarse al guardián albino. Creía estar en alguno de sus sueños así que, para estar segura, se pellizcó el antebrazo. —Auch —se quejó, pero intentó ocultar su acción ya que básicamente acababa de verse un tanto ridícula. Cuando estuvo a una distancia apropiada acercó lentamente su dedo hacia el brazo del jovencito con los ojos cerrados por la incertidumbre de que pudiese desvanecerse. Pero no fue así; lo tocó. ¡Lo tocó!
—¡Eres de verdad! —y continúo picando con su dedo el cuerpo del chico para rectificar lo indudable hasta llegar a sus mejillas incoloras. —¡No puedo creerlo! ¡En serio existes! —Dio un salto hasta su cama y empezó a brincar excitada. Entonces sintió sobre su cabeza la nieve que caía dentro de su habitación. Extendió su palma para tocar unos cuantos copos y sus enormes ojos se abrieron efusivos.
—Wow. Esto es fabuloso. —Por primera vez en semanas estaba divirtiéndose. —Jack Frost visitó mi habitación.
—¡Eres de verdad! —y continúo picando con su dedo el cuerpo del chico para rectificar lo indudable hasta llegar a sus mejillas incoloras. —¡No puedo creerlo! ¡En serio existes! —Dio un salto hasta su cama y empezó a brincar excitada. Entonces sintió sobre su cabeza la nieve que caía dentro de su habitación. Extendió su palma para tocar unos cuantos copos y sus enormes ojos se abrieron efusivos.
—Wow. Esto es fabuloso. —Por primera vez en semanas estaba divirtiéndose. —Jack Frost visitó mi habitación.
Ass1526308 · F
|| ¡Hola Jack! Gracias por aceptar la invitación, mi mes preferido es Diciembre, juguemos en la nieve pronto, ¿si? ♡
Es1562906 · F
Sus ojos se abrieron estupefacta. Cerró sus párpados para tallarlos con los puños de sus manos, esperando que no fuese más que una ilusión provocada por sus pensamientos. Pero cuando los abrió nuevamente ahí estaba él; exaltado y conmocionado en el centro de su recámara, levitando como las aves libres que veía desde su balcón.
La pequeña rubiecilla esperó en silencio, poco a poco, sus lágrimas comenzaron a secarse en sus pómulos rosáceos. ¡Era real! Ese chico era real. Y de inmediato las historias de su madre cobraron vida.
—¿Jack Frost? —Preguntó en voz alta, a la vez que se ponía de pie sacudiendo su vestido; detrás suyo el hielo empezaba a desaparecer como pura muestra de su sosiego. Emocionada se acercó a él con brinquitos. —¡Eres Jack Frost! ¡En verdad existes!
Sentía mucha emoción en su ser, se le había olvidado completamente el episodio triste que acababa de suscitarse anteriormente y consigo toda la muestra de hielo encriptada en sus paredes se había desvanecido.
La pequeña rubiecilla esperó en silencio, poco a poco, sus lágrimas comenzaron a secarse en sus pómulos rosáceos. ¡Era real! Ese chico era real. Y de inmediato las historias de su madre cobraron vida.
—¿Jack Frost? —Preguntó en voz alta, a la vez que se ponía de pie sacudiendo su vestido; detrás suyo el hielo empezaba a desaparecer como pura muestra de su sosiego. Emocionada se acercó a él con brinquitos. —¡Eres Jack Frost! ¡En verdad existes!
Sentía mucha emoción en su ser, se le había olvidado completamente el episodio triste que acababa de suscitarse anteriormente y consigo toda la muestra de hielo encriptada en sus paredes se había desvanecido.
Es1562906 · F
Hace una semana su vida dio un giro completo, uno en el que haría que su vida cambiara y que, aquellas decisiones repercutirían en su presente. Había herido a su hermana Anna; a la pequeña luz de su vida.
Elsa nunca vio sus poderes como algo increíble, pero gracias a ella le dio otro significado. Pero ahora. ¿Ahora qué? Ya no podía compartir nunca más los días con ella. No había tarde en la que Anna tocaba su puerta y le cantaba una hermosa canción. Estaba siendo atormentada.
Una noche, el invierno las acogió en el reino. “Jack Frost vendrá hoy y congelará los pies” escuchaba decir a la gente del reino desde su balcón. Recordaba las historias de su madre sobre ese Jack Frost y le encantaba sumergirse a la idea de que alguien además de ella compartía esa clase de poder.
La luz de las estrellas y de la luna ingresaban por su ventana, pero ni esa vista espectacular le hacían sentir mejor. Se sentó en una esquina de su amplia recamara y rodeó sus piernas con sus brazos apegándolas a su cuerpo. Empezó a sollozar, y ante el llamado de sus sentimientos el hielo empezó a manifestarse en las paredes. Convirtiendo su alcoba en una cabina congelada.
Escuchó su puerta y la voz de su hermana traspasar: —Elsa ¿Estás bien? ¡Hoy vendrá Jack Frost! ¿Qué tal si hacemos un muñeco para él?
Quería aceptar, quería abrir su puerta y jugar con ella, pero las voces del sabio troll le zumbaban los oídos: si congelas su corazón ella morirá.
No, no podía con esa carga.
—¡Vete Anna! —Gritó, como cada noche, como cada día. Se sentía muy sola. No se imagina si quiera que alguien entraría hoy a cambiarle su vida.
Elsa nunca vio sus poderes como algo increíble, pero gracias a ella le dio otro significado. Pero ahora. ¿Ahora qué? Ya no podía compartir nunca más los días con ella. No había tarde en la que Anna tocaba su puerta y le cantaba una hermosa canción. Estaba siendo atormentada.
Una noche, el invierno las acogió en el reino. “Jack Frost vendrá hoy y congelará los pies” escuchaba decir a la gente del reino desde su balcón. Recordaba las historias de su madre sobre ese Jack Frost y le encantaba sumergirse a la idea de que alguien además de ella compartía esa clase de poder.
La luz de las estrellas y de la luna ingresaban por su ventana, pero ni esa vista espectacular le hacían sentir mejor. Se sentó en una esquina de su amplia recamara y rodeó sus piernas con sus brazos apegándolas a su cuerpo. Empezó a sollozar, y ante el llamado de sus sentimientos el hielo empezó a manifestarse en las paredes. Convirtiendo su alcoba en una cabina congelada.
Escuchó su puerta y la voz de su hermana traspasar: —Elsa ¿Estás bien? ¡Hoy vendrá Jack Frost! ¿Qué tal si hacemos un muñeco para él?
Quería aceptar, quería abrir su puerta y jugar con ella, pero las voces del sabio troll le zumbaban los oídos: si congelas su corazón ella morirá.
No, no podía con esa carga.
—¡Vete Anna! —Gritó, como cada noche, como cada día. Se sentía muy sola. No se imagina si quiera que alguien entraría hoy a cambiarle su vida.
erChariard · 26-30, M
Yare yare daze, con que el primer legendario no natural esta aquí, un gusto Mewtwo...~