Solo había estado esperando a que el salón se desocupara para poder sacar aquel sobre con polvo blanco y darse un golpe de energía y euforia, esto que tanto le había hecho falta. La noche anterior había sido muy pesada para ella, casi no logró dormir y si no era por esto, muy seguramente se quedaría dormida en la siguiente clase. Sin embargo, un ligero ruido la alertó, haciendo que guardara las cosas tan rápido como le fuese posible. Obviamente no quería problemas. Entonces la vio. Aquella muchacha de cabello rosa con quien compartía un par de clases. Se hizo la desentendida
Levantó ligeramente la cabeza al notar que la muchacha iba directamente hacia ella. Claramente había olvidado aquel trabajo que ese hijo de perra les pidió, así que no entendía a qué se debía la presencia de la peli rosa.
Arrugó el ceño al tiempo en que pasaba el contorno de la mano por su nariz, inhalando con cierta fuerza.
— ¿Qué? ¿Qué miras? —
Tardó algunos segundos más para recordar lo de la clase anterior, aunque debía admitir que tampoco le preocupaba mucho.
— Ah, ¿vienes por anatomía? Creo que... —murmuró como si nada, sin siquiera considerar una disculpa por su bruto actuar— ... No, no tengo nada aquí. Debemos ir a la biblioteca. —y sin esperar respuesta por parte de su compañera, se puso de pie para comenzar a caminar.
