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* Su brazo firme sintió la delicada mano de quién antes fue su amante, el hombre que amo hasta la locura, literalmente. Sigrid tomó el control de la situación de inmediato, guiando los pasos de su ahora amada, la encaminó hacia su nueva habitación.* Sé que siempre fuí más fuerte, pero ahora me siento tan distinto, me gusta bastante mi cuerpo y claro, mi voz, es algo que también disfruto.

* Mientras Indra veía el lugar elegido por él, Sigrid recorría ese cuerpo femenino, fantaseando con mil y una formas de someterla, poseerla y volver a marcar ese cuerpo, ahora como suya. Esa caricia a su buceo, le obligó a despertar de sus fantasías, únicamente para ver qué era real la posibilidad de llevar a la cama a su" hermana". *

Sé que te gusto, pero me esforzaré por ganarme la oportunidad de que lo admitas y disfrutes de saberte deseosa de mi
-Aceptó el brazo ajeno, aunque no por ser mujer, de hecho, de ser hombre lo hubiera aceptado de todos modos, ya que su gusto por ser complacido y ser tratado con las más excesivas atenciones, traspasaban toda barrera de género. -Más fuerte... -Se encogió de hombros, siempre había sido más débil que sus hermanas incluso -Supongo que jamás sabré lo que siente, aunque no es que me importe. Ah, por cierto, me gusta tu voz.

-Continuó caminando, observando el lugar elegido por su hermano, le gustaba la privacidad del lugar ya que anhelaba mucho estar a solas con él. Casi sin darse cuenta, la mano que sostenía ese brazo masculino brindó una caricia a bicep, deleitándose de la dureza de este. Sin duda, tuviera el cuerpo que tuviera, Sigrid era la Lujuria y ella siempre sería presa fácil de sus encantos. Sin embargo, aun sintiéndose extasiada por él, no lo demostró. Como hombre se había arrastrado cual sabandija por ella, al menos ahora como mujer tal vez tendría un poco más de dignidad-
Encantado de tener tu compañía~ * Extendió su brazo para que ella lo tomara y así poder llevarla hasta un lugar privado y cómodo para degustar una copa a su lado.

Indra siempre sería su debilidad en cualquier piel , ahora que lucía como una mujer, se sentía absolutamente extasiado por su físico. Era una belleza nítida y refinada, lo suficiente para que esos aires de dominio salieran de ella. *

Por supuesto que lo disfruto, me siento más fuerte, más imponente~* añadió con voz gruesa, mientras observaba a la chica, sonriendo ante sus palabras* Tengo muchas joyas que podrían adornar tu bello cuerpo
-Claro, cómo no negarme a una copa... o a tu compañía. -Caminó hasta su lado, esperando que le indicara dónde iban a ir.

La bebida era una de sus debilidades, lo había sido por muchos años como un medio de escape a sus frustraciones y el gusto por el alcohol había prevalecido... Así mismo, algo que jamás se había logrado extinguir, era la pasión que Sigrid y su lujuria le producían.

-¿Estás disfrutando tu nuevo cuerpo? -Murmuró con una voz que, tal vez por el hecho de ser mujer, sonaba aun más elegante que la original; aquello le gustaba. -Yo estoy gozando bastante el mío... La cantidad de vestuario, accesorios y tipos de prenda que puedo vestir es mucho mayor.
* Sus ojo se enfocaron en la delicada silueta de la albina. Observó las acciones de su contraria, ese afán de resaltar su belleza y lo había conseguido, Sigrid mordió su labio inferior, y sonrió complacido ante sus palabras* Parece que esté cambio nos ha favorecido a ambos, pero hoy quiero que me permitas invitarte una copa y disfrutar de tu compañía, tal como en el pasado ¿Aceptas?
-Ah, otro sujeto ya viene a halagarme... ¡Oh, hermano, eras tú! -Su arrogante sonrisa se acentuó más, tomando tintes más coquetos mientras arqueaba un poco la espalda, intentando resaltar más su pequeño busto- Tu tampoco te ves mal hoy, Sigrid~
Sin duda alguna, la mujer más hermosa que mis ojos han visto

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