Era raro ver a Siege de esa manera, el cambio a Rhodes definitivamente la tenía inquieta y eso sin duda traía preocupación a Indra. Sonrió al sentir ese ligero ronroneo y se acercó solo un poco para frotar su nariz con la de ella. —Cuenta conmigo, jamás voy a fallarte. — Se encogió de hombros. —Ch'en es temperamental y persistente pero no es nada nuevo, que va, soy buena en eso. — añadió con energía.
—Lo se.— Un pequeño suspiro brotó de sus labios. No era que no confiara en ellos, más bien desconfiaba de si misma... ¿Podría ser una líder capaz en medio de una guerra? ¿Sería capaz de protegerlos? Recargó su rostro contra la mano de Indra, sus orejas estaban un tanto agachadas, incluso dejó escapar un ronroneo. —Por cierto... No te he agradecido como se debe por cubrirme con Ch'en. Debe ser difícil mentirle a esa mujer. Te invito a pasear, cuando regrese de la misión.
Entendió lo que quería decir, si algo no se le complicaba a Indra era leer a esa mujer que tenía enfrente. Suspiró y extendió su mano libre para dar una palmada en su hombro y después llevarla hasta su mejilla la cual acunó. —Se que esto no es Victoria. Toda la pandilla lo sabe y no dejaremos de cuidarnos las espaldas, no dejaré de cuidarlos y cuidarte. —
Sonríe. Esa era su Indra, siempre preparada para responder un 'ataque'. Y también, atenta a sus movimientos, sus gestos. –Nada se te escapa, ¿Verdad? Siempre cuidando de mi...– Suelta un suspiro y se acerca. –Este lugar no es Victoria. No luchamos contra niños de pandillas. Y yo...– No sabía cómo expresarlo. La líder fuerte como una montaña se preocupaba por los suyos. No quería perder a nadie.
