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Terminó entonces por mostrar una línea firme en sus labios, casi recta por la presión que ejerció sobre ellos y soltó el aire con fuerza.— Realmente... Ghaaliya ha cambiado mucho en estos últimos años. Desde la forma en que dejaron de concebir a las tres Diosas primarias como centro de su vida, hasta poder caminar tranquilamente por estas calles sin ser señalado como un bastardo. He logrado progresar mucho, al punto que ahora los extranjeros pueden permanecer aquí más de un día sin temer por su vida.
Por primera vez, quizá, un atisbo de inconformidad mezclada con algo de tristeza se asomó en su rostro. Con el rojo intenso de su mirada apagado y la postura relajada se permitió exhibir una mínima parte de su pasado, no porque le fuera imposible contárselo, sino por el hecho de no saber cómo empezar o hacerlo sin convertirlo en una tragedia más grande de la que para él era. Quizá, sólo debía dejar que las preguntas que, en su momento sugieran de la curiosidad de Khadimar, hicieran el trabajo de aclarar el panorama para expresarse debidamente. Volvió entonces a aclarar su garganta y se detuvo, casi de golpe, para avanzar ahora a su derecha donde observó un libro particular que llamó su atención: Estaba desgastado de las tapas como el lomo, las hojas eran un caos pero aquello no le importaba, le llamaba la atención el contenido y aquello era más que suficiente. Así que lo volvió a hojear después de ofrecer las monedas correspondientes por él.
— [c=#802D2D]Desde que Ghaaliya se creó hace cientos de años, todos los hombres fueron regidos por algo como esto. —Señaló el libro en su mano, mismo que poco después le mostró con cuidado para señalar el contenido: Era similar a un diario, registrado por fechas y horas basadas en la posición del sol, la luna o los granos de arena que habían caído desde el canto de las aves; desde actividades simples como acudir a labores, preparar el almuerzo y atender a la familia, hasta actividades más rebuscadas y oscuras como robo, mentiras, asesinato y 'suicidio'. Entonces decidió extenderlo hacia él, para que pudiera tomarlo e intentar analizar lo que le fuera posible en aquel texto.— Se les conoce como libros de vida. Toda persona que nace en esta ciudad tiene uno, desde los más pobres hasta los más acaudalados... Excepto yo. En esos libros está escrito lo que sucederá en tu vida de principio a fin, actos que cumplirás al pie de la letra o morirás entre las llamas de Hadir que jamás se han de extinguir. O eso era antes. —Levantó los hombros un momento y retomó su caminata con mayor cautela porque quería ver cada una de las reacciones de su acompañante en todo momento. Llevó las manos tras la espalda y allí las mantuvo tras sujetar la muñeca izquierda con la derecha.— Se nos prohibió la construcción libre del destino pero, me he encargado de devolverlo. De permitirles vivir de la forma en que yo lo hice, en la que siempre debió ser pero... —Se pausó y a sus palabras les añadió un toque natural de una risa mínimamente forzada al ocultar sus jos tras los párpados. Incluso apenas fue perceptible el movimiento de sus hombros ante la risa; mas no tardó en componer una vez más su postura, al erguirse incluso otro poco, y realizó un ademán con su mano como si solicitara que se acercara un poco más, aunque sólo era una incitación a perder el temor de cuestionarle.
— Siéntete libre de preguntar directamente cualquier duda puedas tener. Ya sea sobre la ciudad, sobre la cultura o sobre mí. Te responderé hasta donde mis facultades me lo permitan; no sientas pena, prefiero ser yo la persona que te dé las respuestas deseadas antes de escucharlas de alguien más. —Finalmente, reveló parte de sus intenciones con cada una de las palabras que emitió, entonces llevó su vista hasta el suelo, donde se sonrió como resultado a su propia risa tras concebirse ataviado con las vestiduras propias del palacio y no las de un transeúnte más. El tiempo lo había ayudado a madurar y aprender a ocultar mejor sus emociones, esas que durante tanto tiempo le impulsaran y le hicieran meterse en cientos de problemas para llegar a su tan anhelada meta.— No soy perfecto, ni lo fui. Hice mucho de lo que me arrepiento y quisiera deshacer pero, si te entrego esta oportunidad, es para tratar de forjar un fuerte lazo de amistad entre nosotros. Para que puedas permanecer a mi lado con orgullo, como un aliado, un amigo; aquello que implica ser más allá de un siervo, cosa que no eres realmente para mí. Así que pregunta y responderé. ¿Qué te gustaría saber primero?
Por primera vez, quizá, un atisbo de inconformidad mezclada con algo de tristeza se asomó en su rostro. Con el rojo intenso de su mirada apagado y la postura relajada se permitió exhibir una mínima parte de su pasado, no porque le fuera imposible contárselo, sino por el hecho de no saber cómo empezar o hacerlo sin convertirlo en una tragedia más grande de la que para él era. Quizá, sólo debía dejar que las preguntas que, en su momento sugieran de la curiosidad de Khadimar, hicieran el trabajo de aclarar el panorama para expresarse debidamente. Volvió entonces a aclarar su garganta y se detuvo, casi de golpe, para avanzar ahora a su derecha donde observó un libro particular que llamó su atención: Estaba desgastado de las tapas como el lomo, las hojas eran un caos pero aquello no le importaba, le llamaba la atención el contenido y aquello era más que suficiente. Así que lo volvió a hojear después de ofrecer las monedas correspondientes por él.
— [c=#802D2D]Desde que Ghaaliya se creó hace cientos de años, todos los hombres fueron regidos por algo como esto. —Señaló el libro en su mano, mismo que poco después le mostró con cuidado para señalar el contenido: Era similar a un diario, registrado por fechas y horas basadas en la posición del sol, la luna o los granos de arena que habían caído desde el canto de las aves; desde actividades simples como acudir a labores, preparar el almuerzo y atender a la familia, hasta actividades más rebuscadas y oscuras como robo, mentiras, asesinato y 'suicidio'. Entonces decidió extenderlo hacia él, para que pudiera tomarlo e intentar analizar lo que le fuera posible en aquel texto.— Se les conoce como libros de vida. Toda persona que nace en esta ciudad tiene uno, desde los más pobres hasta los más acaudalados... Excepto yo. En esos libros está escrito lo que sucederá en tu vida de principio a fin, actos que cumplirás al pie de la letra o morirás entre las llamas de Hadir que jamás se han de extinguir. O eso era antes. —Levantó los hombros un momento y retomó su caminata con mayor cautela porque quería ver cada una de las reacciones de su acompañante en todo momento. Llevó las manos tras la espalda y allí las mantuvo tras sujetar la muñeca izquierda con la derecha.— Se nos prohibió la construcción libre del destino pero, me he encargado de devolverlo. De permitirles vivir de la forma en que yo lo hice, en la que siempre debió ser pero... —Se pausó y a sus palabras les añadió un toque natural de una risa mínimamente forzada al ocultar sus jos tras los párpados. Incluso apenas fue perceptible el movimiento de sus hombros ante la risa; mas no tardó en componer una vez más su postura, al erguirse incluso otro poco, y realizó un ademán con su mano como si solicitara que se acercara un poco más, aunque sólo era una incitación a perder el temor de cuestionarle.
— Siéntete libre de preguntar directamente cualquier duda puedas tener. Ya sea sobre la ciudad, sobre la cultura o sobre mí. Te responderé hasta donde mis facultades me lo permitan; no sientas pena, prefiero ser yo la persona que te dé las respuestas deseadas antes de escucharlas de alguien más. —Finalmente, reveló parte de sus intenciones con cada una de las palabras que emitió, entonces llevó su vista hasta el suelo, donde se sonrió como resultado a su propia risa tras concebirse ataviado con las vestiduras propias del palacio y no las de un transeúnte más. El tiempo lo había ayudado a madurar y aprender a ocultar mejor sus emociones, esas que durante tanto tiempo le impulsaran y le hicieran meterse en cientos de problemas para llegar a su tan anhelada meta.— No soy perfecto, ni lo fui. Hice mucho de lo que me arrepiento y quisiera deshacer pero, si te entrego esta oportunidad, es para tratar de forjar un fuerte lazo de amistad entre nosotros. Para que puedas permanecer a mi lado con orgullo, como un aliado, un amigo; aquello que implica ser más allá de un siervo, cosa que no eres realmente para mí. Así que pregunta y responderé. ¿Qué te gustaría saber primero?
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