26-30, M
ブラックビボラ. You cannot see the leaves, and when the flowers open, the leaves die.
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User1573222 · M
- Yacia errando por aquel soto, su transitar no estaba predeterminado. Sólo era un vagabundo que andaba desorientado en esa área abrazada por pura naturaleza.
Es algo ameno para el estar aislado de la sociedad humana, así puede apreciar asaz el sosiego.
La iluminación del altísimo recae sobre su anatomía hercúlea, se logra divisar una indumentaria característica de su nación, un kimono azabache que ampara su físico junto a un haori albo.
Su cabellera negra flamea a la mano de aquellos vendavales que se hacen presente y arremeten con gallardía a su cuerpo, también a los árboles que desprenden sus hojas tras movimientos fuertes de las ramificaciones.
Logra escuchar relativamente cerca unos sonidos metálicos, esto obtuvo en tonalidad su atención.
Camina con quietud hacia el origen de aquel ruido, mantiene su semblante sobrio. Su faz no exhibe más que armonía, no manifiesta ningún mohín alterado o algo por el estilo.
Tiene sus dos sables largos en su vaina, ambos sostenidos por una cuerda en su cintura a su lado siniestro. Esto evita que se caigan por ahí. Son de un metal bastante resistente.
Logra visualizar al antagonista, también tenía un arma. Se mantiene oculto detrás de un árbol, quiere evitar ser detectado ya que ese de apariencia de niño puede ser alguien hostil. Su presencia es casi nula, no recalca ninguna sed de sangre. No aparta sus fanales del contrario, tiene su guardia arriba por si sucede alguna anomalía. -
Es algo ameno para el estar aislado de la sociedad humana, así puede apreciar asaz el sosiego.
La iluminación del altísimo recae sobre su anatomía hercúlea, se logra divisar una indumentaria característica de su nación, un kimono azabache que ampara su físico junto a un haori albo.
Su cabellera negra flamea a la mano de aquellos vendavales que se hacen presente y arremeten con gallardía a su cuerpo, también a los árboles que desprenden sus hojas tras movimientos fuertes de las ramificaciones.
Logra escuchar relativamente cerca unos sonidos metálicos, esto obtuvo en tonalidad su atención.
Camina con quietud hacia el origen de aquel ruido, mantiene su semblante sobrio. Su faz no exhibe más que armonía, no manifiesta ningún mohín alterado o algo por el estilo.
Tiene sus dos sables largos en su vaina, ambos sostenidos por una cuerda en su cintura a su lado siniestro. Esto evita que se caigan por ahí. Son de un metal bastante resistente.
Logra visualizar al antagonista, también tenía un arma. Se mantiene oculto detrás de un árbol, quiere evitar ser detectado ya que ese de apariencia de niño puede ser alguien hostil. Su presencia es casi nula, no recalca ninguna sed de sangre. No aparta sus fanales del contrario, tiene su guardia arriba por si sucede alguna anomalía. -