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Los odio a todos
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FS1571965 · 18-21, M
¿Mantendrás tu promesa verdad?...~ *Su mirada se había perdido por unos instantes en un punto fijo cerca a la muchacha, dando la impresión de que éste no le perdió el ojo ni un momento, aunque en realidad era así. Sus pensamientos los ocupaba ella, su sufrimiento y las muchas posibles soluciones que él podría concebir para alivianar su carga. Pero no conseguía ninguna más que apoyarla.* Con mi vida, Gusano.

*Pasó su palma diestra por el suelo y la uso para apoyarse mientras se mantenía en cuclillas un rato más, al menos mientras Hirai desaparecía en el interior de la mansión. No se movió ni un centímetro hasta comprobar que su ingreso a la casa sería segura, sobre todo considerando su estado físico. Ya habiendo comprobado que la muchacha se encontraba bien y en su hogar, se levantó lentamente dando media vuelta para comenzar su propio recorrido rumbo a un lugar donde le esperaban desde el primer momento que se encontró con Hirai.*
FS1571965 · 18-21, M
*Por más que intentaba retrasar su llegada a la mansión Okumura, con cada paso, por más lento o pausado que fuera se acercaban más y más, por lo que se resignó dando un hondo suspiro.* No puedo decírtelo. *Si le dijera a quién le recordaba, sin duda alguna en ese instante de plena lucidez y sinceridad entre ambos, la pequeña estallaría en una rabieta y no convenía en lo más mínimo.* Solo te puedo decir que es una persona muy, pero muy fuerte. *Volteó a verla, nuevamente sonriente.* Como tú.

*Hizo de cuenta que no escuchó la petición de la niña. No por ser necio, era más por ahorrarle fuerzas que necesitaría al cruzar el umbral de su hogar, pues allí adentro no podría ayudarla en lo más mínimo. Así que guardó silencio y continuó su recorrido, con su andar rígido y pausado. Pero lamentablemente para él, se encontraban a pocos pasos de la entrada principal que conectaba con la primera casa del Clan Okumura.*

Bien, llegamos. *Se agachó un poco, apoyando sus rodillas sobre el suelo rocoso. Una fresca brisa los rodeó y sacude un poco sus finos mechones rubios de su cabellera.* Es un pacto gusano, la próxima vez velaré por tu adecuada alimentación. Una lombriz seca no es nada bella.
FS1571965 · 18-21, M
Algo recuerdo...Gusano...~ *Oirle decir ello le sacó una sonrisa a medio labio, incluso para él, que acostumbraba a engañar a los demás, se le dificultaba no ser honesto con ella. Quizá se debía a que sentía culpa por lo que le ocurría, luego de lo ocurrido con Mirai, debía afrontar el peso que ella dejó atrás y cuidar de Hirai incluso de su propio pasado.*

Inclusive un Anbu tiene días de descanso, Hirai. *La volteó a ver, aún con su sonrisa en su febril semblante.* Además... Disfruto de tu compañía, me recuerdas a alguien, gusano. *El sendero comenzaba a subir por una colina y en su cima, podría apreciarse la Casa de la Familia Okumura, no muy distante y tan estrafalaria como acostumbraba. Por lo que sus pasos se volvieron pesados, lentos, como una predecible excusa que buscaba dilatar su encuentro con la muchacha en aras disfrutar un poco más su compañía.*

Deberías alimentarte bien, mira que temblarte tanto el cuerpo luego de una caminada tan corta, así no sobrevivirás en este mundo niña. *Si bien sabía que su condición no se debía precisamente a sus malos hábitos alimenticios, buscaba un tema de conversación y se aprovechó de la situación para conseguirlo.*
FS1571965 · 18-21, M
*El que ella aceptará sin poner una sola queja le confirmaba lo que venía sospechando desde hace un tiempo; Hirai estaba siendo sometida a aquel ritual obsceno de la familia Okumura y desde tan temprana edad. Quizá la ausencia de Mirai resultó ser más caótica de lo que se podía imaginar, por lo que al sentirla en su lomo, llevó ambas manos atrás para sujetar con firmeza las piernas de la muchacha y, con sin el mayor de los esfuerzos enderezó su postura y retomó el camino en línea recta, justo por el sendero que los conduciría directamente a la mansión donde residía Hirai.*

Sabes algo... *Su recorrido era largo, por lo que una charla de tan magnitud en completo silencio sería un insulto para él, que tomaba cualquier pretexto para generar burlas, que de cierta forma, estaban pensadas en alegrar a la menor.* Recordé el día en el que mencionabas que una Mariposa era más bella que un gusano. *Aunque no pudiera verlo los ojos verdosos del joven rebosaban de un brillo generoso propio de él.* Tú para mí eres como un gusano. *La intención del rubio era hacerla enojar, aunque quizá ella entendería lo que él trataba de decir.*
FS1571965 · 18-21, M
*Se había quedado allí sentado durante mucho tiempo, mirando en lo alto el denso pero débil movimiento de las nubes arrastradas por las corrientes de aire y sintió envidia. Quería dejarse llevar por la vida sin tener que esforzarse tanto, sin tener que actuar o mentir como acostumbraba. Pero no todos vivían lo que querían o merecían, y desde muy joven había madurado lo suficiente como para reconocer que su propio camino no era suyo, quizá por eso encontraba en los tristes y cansados ojos de Hirai consuelo, porque al verlos, se sentía comprendido.*

¿Uhhhh? *A lo lejos logro ver a Hirai, caminando como lo sospechó desde un principio por aquel camino largo y pedregoso, aunque notó algo particular en su andar; temblequeaba, como si fuese a perder el equilibrio... Y de aquella muchacha vívida y llena de una eufórica ira en sus ojos solo quedaban los rezagos de lo que fue, y un caminar lento, débil, que consumía y palidecía incluso su mirar.*

¿Así que este es el resultado de eso? *Se dijo así mismo, mientras avanzaba rígido e inexpresivo hacía ella. A medida que ella murmuraba con debilidad que la ignorase, él se abalanzó sobre ella girando su propio cuerpo para darle la espaldas y arrodillarse, justo antes de que llegase a su posición.* Por favor, Hirai... Sube. Te llevaré a casa.
FS1571965 · 18-21, M
*Se detuvo, al ver la imperturbable postura de la muchacha. Sabía darse por vencido cuando ella no le daba el lado para continuar, así que se sentó allí mismo, pues sabía que ella debería regresar a él por el mismo camino.* Acá te espero, Hirai.
FS1571965 · 18-21, M
¿Me ignoraras, Hirai? *La acompañó en su recorrido, desde que llegó a la Hoja no tenía otra intención más que hacer menos pesada la ausencia de Mirai a su pequeña hermana, quizá por sentido de culpa. La señaló amenazante, con una postura rígida e imponente.* ¿Qué pensaría Mirai, niñita? (?)
FS1571965 · 18-21, M
Hirai, compórtate, deberías ser como Mirai. (?) *Sabía que aquello la pondría de mal humor y se volvía costumbre en él hacerla enojar, pues encontraba en su peor faceta una interesante llama en sus ojos que no conocía en su tranquilidad.*