Hersir

-Era una carrera contrarreloj, una que decidiría el buen o mal destino de muchas personas y dragones. Hiccup no podía permitir que los infames cazadores se hicieran con la victoria, y sabía que sus amigos estaban con él, hasta el final.

A veces era demasiado estricto, con los demás y consigo mismo; le costaba poder relajarse. Por eso, tenía sus manos puestas en el Ojo del Dragón desde una hora temprana. Ni siquiera los pasos de otra persona accediendo al interior de la cabaña lograron robarle la concentración. La voz que escuchó a continuación, sin embargo, surtió el efecto contrario-

Oh, eras tú, Ast...

-Al alzar la vista hacia ella, dio con esa indescriptible sensación que sólo la guerrera podía causarle. No era el primer beso que se daban pero, si le preguntasen, Hiccup diría que siempre se sentía como si lo fuera. Esa hermosa y sobresaliente vikinga se había fijado en él, y era algo por lo que agradecería a Thor todos los días-

Vaya. ¿Puedo pedir algo así cada mañana?

-Soltó ese comentario al aire, algo juguetón. No eran la pareja con la expresión amorosa más desmesurada de todas pero, sin duda, tenían sus momentos y por eso, en ese mismo instante, el jinete decidió algo.

Girando hacia su contraria, colocó su mano dominante en la mejilla ajena, regalándole leves caricias con el pulgar; de esa forma buscó recuperar su atención visual. Asimismo, le sonrió de una manera cálida-

He descubierto que... tenemos un picnic pendiente.

-Estaba familiarizado con el sonido que producían las alas de Stormfly al cortar el viento, por lo que alzó la vista a ella y su jinete, quienes ya sobrevolaban la zona. Sonrió después de haber escuchado la indicación de la rubia al pasar sobre ellos, y si ya estaban listas, ellos también. Se subió al lomo de Toothless, encajando bien su prótesis en la silla de montar. Después de comunicar a su compañero que estaba preparado, alzaron el vuelo. En primera instancia, no avanzaron, pues Hiccup buscó volar solo para alcanzar la altura a la que estaba Astrid y, de ese modo poder hablarle-

¡Bien! Nosotros dos iremos primero. No tardaremos en llegar. ¡En marcha!

-Estaba animado, ya no tan nervioso, aunque quizá eso solo sería en lo que durase el tiempo de vuelo. Ni siquiera él podía saberlo aún, pero confiaba en que esta vez podría tener un mejor control de su nerviosismo, así todo sería más fácil.

El dragón giró hacia la dirección contraria, iniciando el verdadero paseo. Durante el mismo, Hiccup echó un vistazo rápido al firmamento. Pronto tendría lugar el anochecer, el cambio en los colores del cielo antes de que el sol terminara de ocultarse, y quería verlo junto a Astrid, así que debían darse algo de prisa. Solo fueron algunos minutos hasta que se acercaron a una isla, esta parecía no estar alterada por humanos, probablemente era un paraíso para ciertas razas de dragones, aunque Hiccup se había asegurado primero de que no fueran razas que pudiesen suponer un peligro para ellos.

Aterrizó con Toothless en la playa, donde la suave brisa marina acariciaría sus rostros y el sonido del mar calmo los relajaría. Se bajó de su compañero, y en el lapso de tiempo en el que esperaba que Astrid hiciese igual, se dedicó a acariciar la cabeza del oscuro dragón, dirigiéndole también unas palabras en voz baja-

Gracias por traerme una vez más, chico. Te compensaré por esto, te lo prometo.

Probablemente una locura.

-Respondió el vikingo, observando, sin perder la sonrisa, las caricias que la rubia regalaba a Toothless. Este último, por supuesto, se mostraba más que encantado con las atenciones, sacando la lengua para hacer notar su emoción.

Hiccup asintió, dispuesto a esperar a su compañera en ese mismo lugar. Esperó a que ella se retirara para llamar a su querida dragona, o más bien, para dejar en un lugar más seguro el primer obsequio del castaño. Cuando se encontraba solo junto a Toothless, comenzó a ponerse más nervioso. En esa situación, al parecer era peligroso que se quedara él solo con sus pensamientos, aunque fuese algo temporal-

No estoy seguro... ¿Seguir el consejo de Fishlegs será una buena idea? Quizá a ella no...

-No terminó la frase, pues su escamado compañero se acercó para darle un suave empujón utilizando la cabeza. Hiccup sabía que con eso su mejor amigo pretendía decirle que dejara de darle demasiadas vueltas, un gesto de aliento con el que quería decirle que todo saldría bien. El vikingo se volteó a verlo y, siendo consciente de esto, le sonrió con más ánimo que hace unos segundos-

¿Qué?... Está bien, está bien campeón, tienes toda la razón.

¡Sí! Sí. Exacto. Solo una carta. Vamos a olvidarlo, no dormí mucho esta noche...

-Se terminó de guardar bien la carta. Agradecía como nadie tenía idea que la rubia no hubiera sospechado de él, muy a pesar de ese nerviosismo y actitud tan raros que había demostrado por "un simple pedazo de papel" que supuestamente ni siquiera era suyo. Carraspeó, haciendo el esfuerzo por olvidar el pequeño ridículo que había hecho momentos antes, y miró alrededor. Buscaba a Toothless, pues lo necesitaba para lo que tenía pensado. Finalmente, sus ojos verdes lo encontraron, y el vikingo lo llamó para que acudiera a su encuentro. Después de que el oscuro dragón aterrizara junto a Hiccup, era el momento de continuar la conversación con la rubia-

Verás, Astrid... Hay algo que me gustaría mostrarte hoy. Pero para eso debes acompañarnos a mi y a Toothless.

-Observó a la chica con una sonrisa suave, cariñosa incluso. Esperaba que estuviera lo suficientemente libre como para dejar todo lo demás a un lado por lo que restaba del día, y acompañar a jinete y dragón a un lugar más apartado de los demás vikingos. En realidad, podía darle lo que tenía planeado ahí y ahora, pero no quería hacerlo tan simple, si era por ella debía buscar el lugar perfecto-

-Tenía el conjunto de dibujo en las manos. Sin duda, estaría más motivado a la hora de realizar sus "manualidades" ahora que tenía material proveniente de la propia Astrid. Sin embargo, la rosa amarilla no era lo único que tenía para ella ese día. Se dispuso a guardar el conjunto de dibujo, pero al hacerlo, y por tener las manos un poco sudorosas, se le cayó una carta en su lugar. El jinete se dio cuenta al momento, pero tenía a la joven justo en frente, y sabía que no se le podía haber pasado por alto, por lo que rió con nerviosismo-

Una carta de Heather... ¡No para mi! No para mi, para Fishlegs. Ya sabes, les gusta hablar así, sería imposible que fuera para mi, que locura...

-Al final, suspiró, algo enojado consigo mismo. Formaba parte de su naturaleza el ser inquieto, pero con la rubia en frente ese rasgo suyo adquiría otro nivel ante ciertas situaciones, como la actual en la que sin querer, se estaba exponiendo. Probablemente, era muy notorio que estaba mintiendo sobre el autor de esa carta. Suspiró muy levemente, disponiéndose a agacharse para recuperar la carta del suelo-

Lo estoy empeorando...

||Oye!(?)

-Aquellas palabras fueron mas que un halago para el ser escamado, pero tambien habia entendido que era una broma asi que solo suelta un leve gruñido de satisfaccion parecido a una risa asintiendo varias veces a lo que dice la chica-

-se rasca una mejilla suavemente por lo que dice, no estaba acostumbrado a que le dijeran que era listo por lo que estaba bastante feliz, la punta de su cola agitandose suavemente. Le deja un corto abrazo a la chica, dejandola nuevamente acariciar su cabeza cuando se separa-

-vuelve a escribir, esta vez siendo una frase mas corta, pero queria ponersela- "No es nada" -le había costado bastante el aprender a leer y escribir en el idioma de los humanos, pero Kiria se había encargado de enseñarle a comunicarse-

-comienza a escribir rapidamente en su libreta enseñandoselo a la chica- "Un regalo <3 "