Off: Lamento en demasía la demora, espero sea de su agrado el turno.
On:
[Pasos en la oscuridad, risas, voces, sentía las miradas en su espalda, todos pendientes de esa muchacha de cabello singular, su primer baile, la primer obra dentro del teatro. Ella era de estar detrás de cámara, hacer a la pelirroja, que tenía por amiga, resaltar y, ahora estaba ahí, a la mitad de una locura; porqué había accedido después de todo?! Suspiró nuevamente y anduvo a ciegas hasta el escenario, "El Lago De Los Cisnes" no iba a hacerse sólo y la mujer sería el cisne "blanco". Suponemos que era blanco por era la buena aunque, de blanco sólo tenía el tutú y el traje, su piel era casi gris, sus ojos de un azul casi ultramarino y el cabello de violeta estaba diseñado, nada que ver con las chicas europeas que irán a verle, ella se veía más "americana" pero no lo era. Simplemente eran los rasgos femeninos lo que les dejaba indagar y aún quedaba su altura, medía exactamente metro sesenta y aún con eso desafiaba el hecho de su descendencia americana.
Esa noche,a la vista de turistas y residentes, la chica que ina de un sitio a otro iba a bailar para ellos, siendo una de las "quimeras" que tanto habían deseado para ellae un cisne volador, estético y, había sido escogida para el teatro esa noche por la unica razon de su cuerpo, estaba casi en los huesos, sólo aquella chica cabría en el traje del cisne blanco.
Se pasó las manos por el corsé por centésima vez y salió...
Una particularidad de ese teatro era que, funcionaba con luz negra, era, después de todo, el teatro negro de Praga.
Sus movimientos eran los de un ave, fluidos, al ritmo de las melodiosas notas, llevaba el día entero ensayando y, para el final del primer acto, sólo un par de gotas de su aclamado y nervioso sudor habian sido derramadas; llegados a ese punto, cuando las luces se encendieron, la chica estaba detrás del escenario, sentada cual muñeca rota, descansando. Se debía ser muy observador para acercarse... Y aún más para notar que era un bailarín, lo interesante estaba afuera...
En el público, como un imancillo, estaba la dueña del acto, la pelirroja y minúscula chica, de cabello rojizo como una llama y ojos esmeralda tenía los pies con plataforma sobre un asiento, cruzados mientras esperaba, era de los pocos que se habian quedado.]
*Entre las calles de Japón, caminaba con tranquilidad un samurái de cortas cabelleras, portando una espada como única arma, llevando un traje de color marrón oscuro descubierto un poco en el pecho. El samurái formaba parte del primer escuadrón y se encontraba en sus rondas dada por la orden de Hijikata, algo que le desagradaba porque le gustaba hacerlo enojar.
Recordó dicho acontecimiento, lo que no pudo dejar de sonreír, una sonrisa característica de sarcasmo y sadismo que era típico de él. Ya poniéndose en marcha y olvidándose de lo que había sucedido horas antes, miraba en los alrededores buscando algo, quizás una pelea que diera riendas a sus ansias de matar, ya que era muy hábil con la katana o espada y eso quería darle entender al mundo sobre sus habilidades.
No terminaba de pensar en lo que se podría encontrar cuando a lo lejos puede ver a una dama caminando un poco perdida. Una sonrisa se dibujó en su rostro, ¡Vaya! Una nueva víctima, pensó cuando se dispuso a caminar en dirección hacia ella intentando dar una primera impresión de amabilidad, para luego poder burlarse de ella igual como lo hacía con la joven que vivía dentro del Shinsengumi llamada Chizuru. Aunque le veía un poco de parecido a ella, no quería quitarse la satisfacción que él podría sentir cuando empezara a molestarla.*
Hola, ¿te encuentras perdida?
*Dijo, intentando sonar lo más amable posible y sonriéndole como era su peculiaridad.*
