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[RP] Tranquilo, muy atento, curioso, amable, inteligente, paciente, despreocupado y un poco torpe.
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AlexanderIIIOfMacedon · 41-45, M
AlexanderIIIOfMacedon thinks you are Awesome.
 
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Out: genial :) yo en lo personal prefiero que sea por comentarios, solo espero aue no te importe si te cedo el primer turno, te lo agradecería.
Out: por el contrario, gracias por haberla enviado :) quieres iniciar un rol?
AlexanderIIIOfMacedon · 41-45, M
Cada mirada y cada sonrisa del mayor le llenaban el pecho de un sentimiento cálido, único. Sólo él podía lograr tanto con tan poco. No dejó de acariciar su rostro en ningún momento mientras lo sostuvo, después de todo, sabía que el castaño disfrutaba de esos mimos, lo podía notar sin mucho esfuerzo.
Disfrutó de cada segundo de ese beso, correspondiendo a cada movimiento, inclusive se acomodó mejor en ese abrazo. Sentir las manos de su compañero lo hicieron sentirse aún mejor. Esas manos lo relajaban, le encantaba sentirlas sobre él y no sobre nadie más. Si bien no le molestaba el poliamor, no quería por nada del mundo compartir a ese hombre.
Al momento que el beso se cortó a causa del mayor, fijó sus ojos en aquel hermoso rostro que tenía delante. Le acarició las mejillas enrojecidas con una suave sonrisa mientras lo escuchaba.
—Tal vez no podamos detener el tiempo, Hephaestion. Pero podemos permanecer así cuanto queramos. Cuantas veces quisiésemos. —Susurró acomodándose un poco para lograr que la posición fuera cómoda para ambos, recostados juntos, disfrutando—. Te he extraño.
Mientras su amado le acariciaba el cabello, él bajó su mano de la mejilla al pecho ajeno, moviéndola por la zona al mismo tiempo que la guiaba hacia su hombro. Recorrer su piel, verlo allí con él… Era todo lo que necesitaba.
AlexanderIIIOfMacedon · 41-45, M
Lo observó hablar, llevando su vista al lugar que el otro miraba. Lo pensó un instante mientras analizaba la situación. ¿Salir y ver el cielo, así como la tierra que tenían frente a ellos, o quedarse juntos y en verdad disfrutar de una noche cómoda y tranquila?

No he visto la luna esta noche, pero me alcanza con ver tus ojos. Igual de brillantes y gloriosos. —Su mano en un suave movimiento, tan casual como si de respirar se tratara, fue a parar a su mejilla mientras sus ojos heterocromos se fijaban en las orbes ajenas, dichosa mirada pura que el mayor poseía.

Tal vez sus palabras habían sido unas que no siempre era capaz de pronunciar. ¿Cuántas veces elogiaba de esa forma a Hephaestion? Podría comenzar a hacerlo estando completamente a solas. Eran palabras que nadie más debía escuchar. No por no originar rumores, sino porque simplemente el mayor merecía tener algo que fuera solamente de ellos. Su amor y sus momentos.

Las palabras comienzan a sobrar... —Susurró por lo bajo, terminando de un trago el vino que le quedaba sin soltar el rostro ajeno. La copa quedó olvidada en algún lugar en el instante que movió su cuerpo para completar sus labios con los de su amante. No era de esos besos bruscos, vacíos y apurados que solía entregar en muchos casos a diferentes bocas.
Pocos segundos después estaba abrazándolo, como si su vida dependiera de ello. No. En verdad, su vida dependía de él.
AlexanderIIIOfMacedon · 41-45, M
Aquel hombre que había llenado sus pensamientos ahora estaba allí, con él. Ya podía estar tranquilo. Sus pensamientos lo estaban, por el momento. Por un instante todo sería calma. No había mejor manera de terminar esa noche que quedarse al lado de su gran mejor amigo.
Su amigo, su amante, su todo... Muchas cosas habían sido dichas en esos años, así como otras estaban a la espera de salir.
Tomó la copa que le era ofrecida y observó aquellos ojos únicos que sólo él poseía, tan turquesas, tan brillantes y llenos de claridad. Los sentimientos que veía en aquellos ojos siempre eran verdaderos, puros.

No eres al único al que los gritos le han quitado el sueño, así como el rojo de la sangre. Pero no hablemos de esas cosas ahora, Hephaestion. —Miró los papiros y los juntó un poco mejor, dejándolos a un lado, para dejar más libre la cama—. Así es. La conoces tanto como yo... Creo que te debes imaginar lo que dice. Pero es otro tema que, en este momento, prefiero evitar.

Hizo silencio mientras bebía, respirando profundo. Carraspeó y su mirada se dirigió a Bagoas. Por más silencioso que fuese, siempre estaba allí hasta que él se dormía.
Bagoas... Puedes retirarte. Cierra bien al salir. —Estaba seguro que aquel muchacho no estaba del todo alegre con aquella decisión, pero esa noche sería sólo para ellos. Así sólo charlaran de la luna o de los dioses.

Volvió su mirada hacia Hephaestion luego de beber otro sorbo del vino que el mayor había traído, una sonrisa se mostró en sus labios al bajar la copa.
AlexanderIIIOfMacedon · 41-45, M
La noche estaba tranquila, muy tranquila, en verdad. Muchas cosas pasaban por su mente y no estaba seguro de cómo concentrarse. Era como si la calma de la noche lo obligara a revolver cosas en su cabeza.
Pensó en Hephaestion, no dudó ni un segundo en que su mente divagara en ese tema. ¿Estaría durmiendo ya? Hacía mucho tiempo que el cielo se haía oscurecido y aunque se habían despedido, a veces sentía que no podía con aquella distancia y otras sentía que no debían estar tan cerca. ¿Por qué estaba pensando eso? No debería estar fijándose en lo que los demás podrían pensar. Era el rey. El Gran Rey. ¿Qué importaban los demás?

Y en ese momento escuchó la puerta abrirse aún más, miró hacia su lado, observando al recién llegado mientras dejaba el papiro que tenía en la mano, al cual en verdad no le había prestado atención desde que lo tomó. Se acomodó entre los cojines dejando espacio, indirectamente invitando al mayor a tomar asiento con él, ambos estaban igual vestidos, cómodos e informales. Estaba seguro de que habían tenido muchas noches como esa, pero cada una era única.

El silencio de la noche se ha encargado de llenar de ruido mi mente. —Explicó sin vueltas. ¿Por qué ocultarle a él? Si Hephaestion era su amado, su amigo... y como si fueran uno solo—. ¿Tampoco has podido consiliar el sueño?

-la joven elfo mantiene su postura firme por unos segundos mas
y luego baja la mirada en señal de saludo y respeto al visitante
ya que esa era la forma de saludar para ella-

-miro con atención tus orejas-


Buenas tardes joven extranjero, sea bienvenido a los reinos de Rivendel
casa de Elrond mi padre


-sonrió-

Disculpe pero que le paso a tus orejas?
son pequeñas

-era la primera vez que veía a un humano tan cerca-
-la princesa ya había notado la parecencia del el visitante extranjero
puesto que sus sentidos del oído estaba muy desarrollados-

-sin temor alguno se puso de pie y acomodo su cabello tras su orejas
que están eran mas redondas y puntiagudas que de los humanos-

-lleva puesto una hermoso vestido enterizo de seda colores claros

-la fémina centro su mirada en el visitante-


Man nályë? Quien eres?

Mallo tulalyë? Dedonde vienes?


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n////n ese respuesta va en mi perfil no en el tuyo