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Ⓐ Birmingham.
 
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lugar, por más falsa confianza que pudiera mostrar la alta.**

Así que necesito que me acompañes, es eso, nada más.
**Ella se manejaba por los clubes como en su casa, pero Reino Unido había dejado de ser su casa hace muchos años, y no solamente por los viajes, ni tampoco por su carrera. Algunos le miraban con extrañeza, aunque los de seguridad le abrieron paso por la puerta izquierda, lejos de la entrada principal. Ahí, las luces y la pesada música sonaba en el fondo del club. El fuerte Doom se apoderó de la escena, y aunque la música stoner no era un misterio para ella, se estaba adaptando a esos sonidos que trasmitían la esencia psicodélica de las guitarras, los bajos y las baterías que seguían lo que Sabbath inició hace décadas. No había demasiada gente, pero ella se acercó al más bajo para explicarle.**

Trabajo en estos lugares desde hace mucho, pero he recibido ataques... Amenazas. Nunca me importó demasiado, pero la ultima vez me... Hirieron. **Respondió sin dar detalles, porque quería sonar desinteresada en el asunto, pero lo cierto es que su alto cuerpo se movía con algo de cautela en e
Brillaba por ausencia de sutileza, vagando el mirar de pies a cabeza e incluso a los detalles más recónditos que tuviese una mujer de semejantes anchuras. Fuese a propósito o no tendía a ser directo y a estar falto de palabras frente las preguntas que ella pudiese soltar.

—Necesitoelcontextodeporquénecesitasmilaboraquí.Porqué. Sabes. Por qué.— ladeó el rostro; su mirada permanecía bajo tal sensación.

Tomó el cartel de seguridad. Quizá, al girarlo para un lado a otro, sugería cierta incertidumbre o una fuerte necesidad de abstraerse con lo mínimo.

—Vengoatrabajar. No charlo. No hablo.— negó con la cabeza para reforzar su respuesta.
**Que fuera más bajo le hacía dudar de su calidad como guardián, ella de metro ochenta rebosaba de esa altanería más con el taco de sus botas. Su efigie demostraba cierta soltura para caminar, aunque el moretón que se ocultaba disimuladamente por el collar de su cuello revelaba cierta incomodidad. Ella afirmó, mientras encendía un cigarrillo frente a él. Fueron unos largos segundos de examinarlo, con una clara antipatía y desencanto, propio de una sorpresa poco clara.**

¿Eres tú el gorila? No me dijeron tu nombre. **Así le habían dicho que iba a ser protegida, al menos cada evento que tenía, muchas veces algún extremista podía intentar golpearla de nuevo. Escupió el humo desde sus labios**

Sveta es el nombre, dime así. **Y sin más, avanzó hacía la puerta del lugar, de su bolsillo sacó el cartel de "Seguridad" que tenía una correa, se lo extendió al rubio al caminar.** ¿Te dijeron quién soy?
—¿Helga Lincoln?

Las primeras palabras se ahogaban en lo escueto de su elocuencia, el cual tendía a verse completamente irritante. El borderío crónico -mas no intencionado- era intrínseco a su carácter. La mirada favorecía a hacer mayor tal impresión.

Medía un metro setenta y poco, de complexión que sorprendía de lo ancha que era para su cuerpo. La melena rubia despeinada y descuidada era un lienzo abierto a suponer muchas cosas de cómo podría ser.

—Creoquerestúaquiénmeasignaron.

No sonaba a nerviosismo, era algo más allá. Parecía ser su habitual forma de hablar.

[code]
Way down here, someone dear
Takes it all, has to fall
And it's plain, why complain?
[/code]
Dentro de la aleación musical de un jueves a las dos de la mañana, calaba aquella canción cuyo grupo no lograba recordar. Era la que más se escuchaba de la discoteca de enfrente, una de ambientación sesentera-ochentera.

[code]..I don't wanna talk
If it makes you feel sad
And I understand
You've come to shake my hand
[/code]


Tuvo que tirar el cigarrillo a la mitad. Suspiraba; ansiaba aire del que solo lograba sentir respirar la mitad [code](¿ansiedad de la nicotina? ¿fatiga?)[/code]. Se cruzó de brazos e intentó ser indiferente frente a miradas ajenas. Se tomaba más mal de lo que debería la curiosidad de los desconocidos, o el tan simple cruzar ojos por accidente.

En algún momento su necesidad de dormir murió, por lo menos a corto plazo, cuando creyó reconocerla. Mostró un rostro apático a la par de acercarse a ella.

[b][code]
So the winner takes it all
And the loser has to fall
Throw the dice, cold as ice
...
[/code]
*Todavia le dolían los huesos, y la boca, la bola le dolía como nunca. Helga bajó la ventana cuando se creyó segura, aunque habían pasado varias horas desde que se fue de su habitación de hotel a embriagarse, llegaría adredemente tarde a la reunión con la persona que le recomendaron, principalmente porque jamás creyó caer a tales extremos de acoso, haber sido agredida en una fiesta había sido suficiente como para forzarse a contratar a alguien que sea su seguridad, la cuestión le causaba malestar.
Su coche manejado por el uber se detuvo a pocos metros del punto de encuentro, bajó aquella mujer de la noche, porque eso era. Alta, vestida a la moda del under con cadenón y chaquetón largo, propio de rotas epocas.*

No sé que hago aquí... *Dijo, para sí misma pero en voz alta por culpa de su ebriedad, así que nada más marchó con sus botas militares hasta intentar divisar al contacto, le habían brindado una foto del seguridad, así que esperaba verlo ahí*
Sus ojos se hundían tanto sobre tal afable ansia de dormir que no aguantaba. Su cuerpo hacía más de sí mismo que su noción de existir. Intentó recuperar el hábito de fumarse un Camel blue como los viejos tiempos y, aun así, del pasado trajo más la asfixia y toses incesantes o el mal gusto de alquitrán en la boca que una ansiedad para mantenerlo despierto.

El recuerdo de la foto brillaba más que cualquier luz de la calle, las siluetas de una melena negra se hacía dar a relucir frente las luces de neón, que las formas de coches pasando de un lado a otro. Sabía que aquella era la persona a la que debía dar el encuentro.

Llevaba dos horas esperando y no llegaba.

Quería dormir.

Tenía más en mente a una desconocida que el deseo de marcharse.


[code](He estado pensando que esto no es buena idea. No me gusta lo que hago pero.. No puedo parar.)[/code]
#000000
[code]The man who has a conscience suffers whilst acknowledging his sin. That is his punishment.
— Fiódor Mijáilovich Dostoyevski
[/code]
[media=https://www.youtube.com/watch?v=L-OgPz5stSE]


Reposó sobre una pared cimentada en graffitis y una estética acorde a la discoteca de al lado. Contemplar la noche no fue suficiente, los bullicios y mezcla de diversas músicas en sus oídos mareaba; llevaba un tiempo forzado a levantarse rompiendo una rutina de sueño que estabilizaba su conciencia como persona, como individuo cuyo trabajo es limpiar la basura de otros más importantes.

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