recostada, apacible a pies de esta. Sólo un salpique de agua se escuchó después dando alusión de que este había saltado a las aguas, lidiando con su suerte con lo que sea que ahí debajo gobernara, pero su silueta tampoco quedó a expensas de nadie en superficie. Simplemente se desvaneció
vestimenta, específicamente el Haori que llevaba puesto. Lo usaría como distracción para poder "escapar", pese que sus opciones se reducían a nada por estar en plena altamar, sin mencionar que su idea era muy arriesgada; además de que dependía mucho de su suerte, pero no había otra opción.
"Sólo espero que esto funcione... "
Tuvo que mentalizarse y esperar el siguiente ataque de su anfitriona que milagrosamente alcanzó a dejar pasar entre su costado y antebrazo, figurando que lo había lastimado y sería presa fácil de su ira abducida en abundantes "corazones". Esa fue la distracción y la señal que pusieron a prueba el plan y su falsa impresión al verse superado por ella. Retiró su Haori a cuadros para dejarla suspendida en esa posición gracias a la ayuda e inercia de la demás munición que atravesó sin problemas la tela, dejando la ilusión de que había atinado todos y cada uno de sus ataques, dejándolo expuesto a una muerte segura... Pero sólo la prenda quedó
Estuvo a punto de caer en la confusión y comodidad de una calma antes de la tormenta que representaba esa confusa mujer, que el olor dulce de esta volvió a alertarlo de una nueva provocación de ataque. Suspiró de frustración porque ahora la pasión era sin duda mayor que al principio por parte de ella, pero como también al principio: estaba preparado incluso antes de que sus ataques fuesen creados por su dedo... Pero la cantidad era algo que no se esperaba y el primero sólo lo esquivó por instinto. Era seguro que este no sería tan acertado la próxima vez que sus municiones empezaran a dirigirse a este.
Volvió el rostro para todos lados ahí, hincado y con las manos apoyadas contra la vieja madera luego de que esa bipolar mujer lo orilló a esquivarla. Estaba buscando una salida; una demanda de atención que le ayudara, una señal... Lo que fuera que e ayudase. Lastimosamente no había aire para que lo ayudara y...
( ... ) repitió el beso sobre su dedo pero para esta ocasión no se limitó a un solo disparo, dibujo una hilera de ellos, si uno no era suficiente le arrojaría un centenar si hacía falta.-
¡Te despedazaré y tiraré todo de ti a las bestias del mar!
-Aquella expresión, que dé inicio parecía afable, quieta y pacífica se quedó grabada en los corazones de toda su tripulación quienes, sin dudarlo, adoraron a Hancock como una diosa intocable, pura y bella que se merecía todo del mundo; corazones brotaban junto a gritos de fanatismo de todas las mujeres presentes... pero ninguno de aquel individuo. Las demandas continuaron apuntando al recién llegado como un agresor que se merecía la pena de muerte por herir el orgullo de su capitana.-
Maldito hombre, deberías conocer tu lugar... No tienes oportunidad ante las piratas Kuja ¡Estás muerto!
-Todas las voces circulaban por su mente mientras proyectaba la forma de atrapar al insensato que osaba hablar con sus hermanas. Resopló, cambiando su encanto por una risa burlona que también condenaba a su próximo movimiento ( ... )
Nuevamente no cabía en su impresión de ver esos repentinos cambios en la actitud de esa mujer, que hasta el índice con el que intentó apuntarle acusadoramente bajó arrepentido, como si hubiese tragado aquel acto de inocencia de su parte... Pero lejos de tan repentino impacto; no se dejó llevar en lo más mínimo por ese rostro tampoco, al menos no en el auspicio que ella tentaba darle.
— D-disculpen...
Agitó la mano para llamar la atención de una de sus hermanas, la que fuera. La intención que predominaba no era ignorar a la señorita con dejes de Reina, sino interactuar también con quien le acompañaba por respeto a incluirlas en tal dilema.
— ¿Ella se pondrá bien? Parece triste
De inmediato olvidó que momentos atrás esta había intentado atacarle con lo que fuera que le lanzó, y su altruismo pasó a controlar sus movimientos y el rostro de cierta impresión, como de tratar de comprender las cosa
-Las gigantezcas mujeres que siempre la acompañaban, sus adoradas hermanas, fueron las primeras en captar el movimiento realizado por el menor para esquivarla, muy a diferencia de Hancock, estas no daban credito a que existiera alguien más con la habilidad para resistir los encantos de la hermosa emperatriz y dieron un grito demandante para reclamar la osadía.
Por su lado, Salome, dando gallardía como la serpiente compañera de la azabache, reaccionó antes que nadie para sostener el cuerpo de su ama al momento de esta caer dramaticamente por haber fallado su disparo.-
¡Mwha! ¿Cómo te haz atrevido a esquivarlo? ¿hasta cuándo piensas seguir ofendiendome?
-Se repuso de inmediato para verlo con un rostro angelical que ocultaba por completo su modo caprichoso de ser, ignorando por completo las preguntas y demandas que recibía de él, incluso con sus ojos llorosos.-
Nunca hubiese depurado sus instintos en momentos donde todo lucía de forma natural y sin mayores consecuencias... Hasta que el cambio de aroma en la mujer lo condujeron a enderezar su cuerpo de nuevo como si no creyese que fuese a ser atacado por ella... Pero sus ojos confirmaron lo que su olfato ya sabían. Para su suerte los reflejos ya habían actuado incluso antes de que su cabeza se preguntara el porqué de su actuar.
Sus ojos se abrieron por la impresión de sus movimientos que lucían simples, incluso románticos al simular que estaba a punto de lanzarle un "beso"... Pero nunca pensó que fuese algo tan literal que se vio obligado a confiar en su instinto para lanzar su cuerpo a un costado, aterrizando en una maroma casi improvisada para no caer y quedar a expensas de un siguiente ataque.
— Pero que... ? ¿Puedo saber cuál es tu problema? ¡Te acabo de pedir disculpas!
Se levantó casi de inmediato pero sustrajo la paciencia necesaria para no alarmarse
-Ya había visto antes una reacción similar, la ausencia total de deseo por su persona, no le tomo por sorpresa como la primera vez pero si le provocaba un odio irracional hacia la existencia del individuo por más educado que éste se mostrara.
Destorció su espalda para volver a darle cara al problema, no necesitaba más explicaciones, se sentía insultada y su orgullo estaba por encima de todo, incluida su tripulación y hasta la isla misma donde era gobernante; ya era conocida por ser despiadada, pero no le importaba, encontraría el perdón siempre y dónde fuera.
Sopló un beso que rápidamente se posicionó en su dedo, sin avisos ni proclamaciones se precipitó hasta el intruso buscando su daño.-
Parpadeó un par de veces, pues la escena era sumamente apoteósica y no comprendía realmente de lo que hablaba. Tal vez su orgullo era dominante ante el físico si se autonombraba "la mujer más hermosa del mundo", pero ciertamente este no contextualizaba el físico como mero objeto de presunción primaria.
Sin embargo probablemente también sembró la molestia ante una personalidad importante y/o influyente, por tal no se arrodilló, pero sí accedió a inclinar el torso hacia delante y las manos extendidas a sus costados, obligado a la reverencia a modo de disculpa.
— Me disculpo si llegué a ofenderla de alguna forma o fui muy grosero con usted
-Aquella expresión, que dé inicio parecía afable, quieta y pacífica se quedó grabada en los corazones de toda su tripulación quienes, sin dudarlo, adoraron a Hancock como una diosa intocable, pura y bella que se merecía todo del mundo; corazones brotaban junto a gritos de fanatismo de todas las mujeres presentes... pero ninguno de aquel individuo. Las demandas continuaron apuntando al recién llegado como un agresor que se merecía la pena de muerte por herir el orgullo de su capitana.- 
