-Le tomó por sorpresa que aquel bello ejemplar sea capaz de pronunciar palabras muy bien definidas, porqué a decir verdad, Cham Cham tenía pensado cazar de aquel ser para comerlo una vez que llegase de nuevo a su aldea, pero dicha idea se esfumó por completo. Entonces, en un acto de verdadera curiosidad, se aproximó al regordete cerdo, olfateandolo de cerca y esbozando una sutil sonrisa.- ¡Paku, Paku! Mira un ser de la naturaleza que puede hablar, tal vez se trate de una especie elemental que los dioses nos han colocado en nuestro camino, siendo un puente entre las grandes deidades y la humanidad. -Diria pensando en sus creencias y costumbres arraigadas a su modo de vida, una de un guerrero jaguar.- - Dime pequeño, ¿Nuestro padre Quetzalcoatl te ha enviado? ¿O quizá Xólotl, el dios de los animales te ha enviado para protegernos de la muerte? -Le cuestionó viéndole de cerca y con esa dulce mueca en su rostro, misma que cualquier jovencita puede presumir a tan temprana edad.-
