--El chico aun disfrutaba del paisaje que lo rodeaba en su totalidad aun emitiendo aquella canción sin ningún indicio de detenerse “Sobre la luna jugaría, manteniendo el equilibrio solo por ti, mi trabajo es hacer que rías, para poder ver esa sonrisa hermosa”, solo caminando por un leve sendero de verde pasto el cual resonaba levemente al contacto con sus zapatos dejando que el canto se esparciera por el viento, aunque el frío el un tanto intenso y helado el no se inmutaba por nada en el mundo, el seguía como si nada pasaba, de hecho le causaba cierta comodidad sentir el viento recorrer su cuerpo y jugar con sus cabellos haciéndolos bailar a su son, , además del suave ruido que el viento producía y el que se formaba al contacto con las hojas de los arboles se encontraba en un silencio parecido al del sepulcro que rodea las tumbas de los que ya se han retirado de este mundo, pronto, su nariz percibió un nuevo olor que se esparcía junto al viento, aunque este era débil el pudo encontrar algo anormal, era como si el conociera cada uno de los aromas producidos en el interior del bosque, debido o que había vivido o residía en uno que pasaba mucho tiempo en lugares similares a donde se encontraba en aquella noche, como fuera, aquel olor no era normal en lo absoluto , sin ignorarlo siguió el sendero siguiendo el aroma inusual encontrándose con aquel extraño joven el cual se encontraba postrado en el viejo roble , el olor que aquel joven producía era muy extraño, aunque cada humano tenia su propio aroma este le era inusual, aun no sabia que era con exactitud, sin apartar su mirada bicolor le observó en sumo silencio-
-No sabes por que estas aquí? Hummmm quizás yo pueda ayudarte a descifrarlo...
Delicadamente poso sus gélidas manos sobre las ajenas, las cuales eran completamente cálidas, la doncella del Abyss cerro sus engañosas orbes mientras se introducía en la solitaria mente del Shaman, logro ver atravez de sus vidas pasadas y aquel deseo que tanto anhelaba.
-Así que deseas rencontrarte con tu primera madre...pero es necesario ser Shaman King para conseguirlo?
Una engañosa sonrisa se formo en sus finos labios.
De un momento a otro la pequeña Reina Blanca se desvaneció cual fantasma para después aparecer sobre la silla en la cual el joven Asakura le estaba ofreciendo asiento.
-A que se debe su visita? Acaso a perdido su camino?
Cuestiono con tranquilidad la pequeña dama blanca mientras deslizaba su nieve diestra hasta el joven Asakura para que pudiese tomar asiento junto a ella.
-El dia al fin después de millones de sucesos ocurridos en las diversas partes del mundo por fin llegaba a su culminación, en algunas partes el sol apenas emergía de su guiaría del este para iluminar a la tierra, en algunos otros sitios, aun se encontraba en la parte mas alta del circulo celeste pero en un bosque alejado de toda civilización el sol ya se encontraba dando sus últimos pasos tiñendo el cielo de un color naranja el cual a cada segundo se hacia mas oscuro a la vez que el astro rey se dirigía al oeste para descansar y darle el segundo turno a la luna que aunque esta no contaba con luz propia junto ala luz que irradiaban las estrellas iluminaban un poco el camino en el manto de la noche. En aquel bosque el viento vespertino ya comenzaba a hacer revolotear de forma lenta las hojas de los arboles y el pasto, pero también lograba que algo mas bailara bajo su influencia, varios mechones de cabello que, a simple vista no se sabia distinguir su color, ya sea un color violáceo o un castaño oscuro, no se sabia con seguridad, estos jugaban junto al viento en el atardecer y unos pasos resonaban débilmente con el crujir del pasto, los pasos y el cabello provenían de la misma persona. Un joven de una edad de aproximadamente 18 años, una altura aproximadamente de un metro con setenta y nueve centímetros, un peso de 89 kilos, algo apropiado para alguien de su edad y estatura ojos de un color un tanto inusual, de hecho, dos colores al parecer adornaban sus orbes, en la parte superior de los iris se podía observar un color violeta oscuro cerca de la zona de la pupila y en la parte inferior se hallaba un tono mas claro, un color naranja algo demasiado inusual en un humano, en su vestimenta no existía mucho lo cual destacar, una camisa roja de manga corta con algunas letras en color negro, esta se encontraba cubierta en parte de una chaqueta de mezclilla color negro de manga larga, con varios broches de color plata, un pantalón de mismo material y color que su chaqueta, solo que este se encontraba un tanto desgastada con algunos desgarres en la parte de las rodillas, sus zapatos eran dos grandes botas de color negro que le llegaban hasta las rodillas, una ropa un tanto extraña pero típica de un adolescente pero que destacaba en algo, en su cuello una cadena de plata reposaba y colgando de esta una pequeña figura con forma de espada hecha del mismo material que la cadena resplandecía con los últimos brillos del sol. El joven en su mano derecha traía una pequeña libreta de bolsillo y en su mano izquierda un lápiz un tanto usado, a la vez que caminaba parecía anotar en su libreta como si fuera una especie de bitácora o un tipo de diario de viaje, pero eso no le impedía observar a su alrededor y sonreír ante el paisaje en el que se encontraba y en su espalda colgaba una mochila de tamaño mediado de un color café oscuro, esta parecía cargada con sus víveres, utensilios útiles y algunas pocas pertenencias de las cuales no podría desprenderse, pronto ese silencio fue interrumpido por un leve sonido, era la voz de aquel joven, con un tono un poco alto cantaba hacia la luna observándola “tranquila, tranquila, soy el quien se hace un tonto por ti, de un circo provengo yo, soy un pobre pierrot”-
Aquel solitario joven no mostraba temor hacia la pequeña Voluntad del Abismo, aquella sonrisa tranquila no se borro del rostro de la joven escuchando cada una de sus palabras.
-Es verdad! casi se me olvida que es la hora del te, que descortés soy
Aquella sonrisa se amplio un poco mas, con un elegante movimiento de diestra hizo aparecer en medio de la habitación una mesa redonda la cual se encontraba decorada por un fino mantel blanco, mientras los bordes de este se encontraban decorados con hermosas rosas rojas.
La doncella tomo ambos bordes de su vestido y se inclino ligeramente como si se tratase de una princesa, para posteriormente deslizar su diestra hasta que esta quedo frente a su invitado
-Para mi seria un honor que me acompañara a tomar el te! Todos me odian profundamente y es por eso que nadie vino a rescatarme. Me hace feliz tener un poco de compañía.
Aquellas engañosas orbes se posaron sobre las ajenas sin borrar aquella sonrisa de sus labios.
La figura femenina se acerco a paso lento hasta salir de la oscuridad en la que se encontraba.
Al salir puedes observarla como si fuera un ángel completamente blanco, su cabello era color blanco con destellos platas, su piel era del color de la nieve, sus orbes engañosas orbes eran color lila reflejando en ellas mitad brillo y mitad oscuridad como una hermosa media Luna.
La joven portaba un vestido lila de color muy tenue casi color blanco el vestdo era de encajes y en su fino cuello colgaba una gargantilla negra con rosas color verde agua,.
Su cuerpo era pequeño pareciendo una muñeca de porcelana, descalza se aproximo hasta quedar frente a aquel joven mientras susurraba con suavidad
-Chicos.....dejen de hacer ruido por favor, no deseamos confundir a nuestro invitado.
Los muñecos guardaron silencio de inmediato mientras la pequeña doncella del Abyss se aproximaba aun mas hacia aquel joven, una gentil sin embargo engañosa sonrisa se formo en sus labios
-Y tu...quien res?
Cuestiono con una suave voz muy calmada y tranquila.
tiempo y espacio… aquellos factores son ahora tan poco importantes… al abrir los ojos aquella persona se siente algo desorientada poco a poco enfoca su mirar y el panorama que se encuentra es por demás extraño; una habitación circular rodeada de grandes ventanales, los mosaicos en combinación roji - negra simulan un extraño y siniestro tablero de damas.
En este extraño lugar la decoración es por demás fuera de lo común, grandes anaqueles repletos de peluches y otro tipo de juguetes con una apariencia por demás siniestra que hacen juego con la mezcla de soledad, tristeza e inmensa ira que apesadumbra el lugar.
De extraña e inexplicable forma, aquellos juguetes posan sus ojos sobre la persona recién llegada y exclaman al unísono “Un invitado, un invitado” y tras musitar aquellas palabras sonríen casi diabólicamente haciendo estremecer al recién llegado –justo a tiempo para el té – como un susurro escalofriante aquellas palabras llegan a oídos de la persona abducida y poco a poco se mira aparecer una femenina figura que decide aún quedarse entre la sombras analizando al invitado antes de revelar su verdadera identidad.
