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(✿) ¡Oh, buenos días! ¿Ya estás listo?
 
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Fue una clase muy complicada para él pues había pasado cada minuto pensando en lo que había pasado, quedó como un fracasado el mejor en el clup de natación un fracaso con las chicas, y era que en el agua sentía más serenidad nunca había disponido de ese coraje como el de su hermana.

Ya joahanna tenía pareja y poco estaba compartiendo con su hermana era obvio, Yessen no espero terminará la clase tomó sus cosas y salió del aula mintiendo a su profesor que debía ir a entrenar.

Camino algo apresurado pasando justo por el salón de su amiga en dirección a la piscina, necesitaba desejarse y no tenía a su hermana para ello sólo camino hasta encontrarse con la piscina frente suyo.

_ nadar me hará bien... no molestaré molestaré nadie aquí..._
-Hanary por su parte entró al salón, dirigiéndose de inmediato al fondo del aula, cerca de donde yacía Anyel, Keirot y Jasuke. Desde ya hace unos meses decidió estar cerca de ellos y no solo porque compartían todos un Vairant, si no también porque le gustaba ver de cerca a Miheru.
Sentía una fuerte atracción por el muchacho, algo que muchos, excepto el implicado, se habían percatado o eso era lo que la muchacha pensaba.

Saludo con la mano diestra al grupo, en especial al ya mencionado, dedicándole una sonrisa más amistosa.-

Buenos días chicos.

-Fue lo único que pudo decir, ya que en ese preciso instante un profesor entro al aula, pidiendo atención ya que las clases habían comenzado.-
Muy bien lynn

-Al despedirse se dirigió hacia su salón, con tranquilidad pensando en cómo estaría su hermana ya al tener novio era muy poco su compañía, que ironico no? La vida podía hacerlos cambiar de esa manera estaban creciendo, más yessen no se preocupaba de una relación él sólo vivía como si fuese su último día, si tenía quedarse pasaría pero no buscaría, este chico sólo pensaba siempre dedicarse a la protección de su familia su madre y hermana era lo único que tenía, para su hermana ya era diferente las cosas.

Sonrió mediante iba avanzando cuando un pasillero le chasqueo los dedos para que apurara el paso a su aula, pero yess lo observaria de una manera llena de desprecio, sabía lo que tenía que hacer y a donde iba, llegado a su salón buscaría los primeros puestos atendiendo como siempre las clases.-
¿Qué otras cosas más?

-Preguntó Lynn con mucha curiosidad, le gustaba saber de los gustos de los demás, así también si algún día lo necesitaba, sacaría esos conocimientos para un posible regalo.

Corrió a todas prisas, la mayoría ya había entrado a las clases, viéndose los pasillos casi vacíos.
Llegaron ambos hasta el lugar donde se separaban las clases de ambos muchachos, por lo tanto Hanary levantó el brazo y a modo de despedida, en ese momento, agitó la mano.-
¡Sí, nos vemos a la hora del almuerzo! ¡Estaré por los árboles de cerezo, nos vemos!
-Espetó antes de entrar al salón.-
Si, me gusta el chocolate, entre otras cosas...

-comentó mientras caminaba a su lado, más al escuchar aquel sonido del timbre alarmando a todos el término del cierre de las rejas, más junto a ella apresuró el paso tratando de degustar con calma su helado-

Me parece muy bien, de esa manera no nos preocuparemos por los timbres a clases.

-Podía hablar con ella tan cómodo por la confianza que le tenía, era su amiga y no tendría pena al comunicarse con ella. Así continuaron recorriendo los pasillos estando ya dentro del colegio-

Nos vemos a la salida entonces??
¿También te gusta el chocolate Yessen?

-Recibió de inmediato el helado, dándome una amplia lamida a la fría crema, luego saboreó y sonrió muy amplio.-

¡Delicioso! El chocolate siempre va muy bien con cualquier cosa, en helado... En postres, en comidas.

-Y mientras enumeraba cada una de las opciones, el timbre que anunciaba el inicio de las clases sonó, apresurado a todos los estudiantes que se encontraban dispersados por los alrededores.-

Ahora sí, o llegaremos muy tarde ¿Qué te parece si dejamos nuestro entrenamiento para más tarde? A la hora el almuerzo no tengo mucho que hacer.
-Sonrió al escucharla con pasivo sentir, asintiendo en respuesta positiva a esos razonamientos de ella, más río al escuchar el sabor que deseaba hasta pedirlo.-

_Buenas señor dos helados de chocolate por favor_

-Tarde tranquila entre los despliegues de personas caminantes, más el señor entregó los helados dándole el de ella para cancelar su deuda y así mirarla-

Supongo que debemos entrar a clases no?
-No pudo evitar observar con ternura al muchacho, quizá la timidez que siempre muestra pueda llegar a ser algo preocupante pero sin dudas era parte de su personalidad y así le agradaba.
Elevó las manos y tomó de ambas mejillas al muchacho, dándole un fuerte apretón cariñoso.-

Prometo que no lo volveré a hacer Yessen, perdón.
-Luego lo soltó y cuando se disponía a ver la hora, ya que muy pronto tendrían que entrar a la escuela, sintió como el castaño la tomo de la mano. Se dejó llevar, jamás se iba a negar a un buen helado, por lo cual sonrió y comentó.-
¡Oh sí! ¡Uno de chocolate para mí!
*Mientras era jalado por la chica con rapidez buscando alejarse de aquel sitio donde había pasado un mal rato Yessen, este pelicastaño se mantuvo en silencio por unos minutos hasta notar que la muchacha se detenía, no diría mucho sólo elevó su diestra para secar aquellas lágrimas sonriendole con total amabilidad.*

_ Hanary, gracias p-por querer a-ayudarme.... Eres m-muy hermosa y e-espléndida persona..._

*Miro hacia todos lados como si buscará un lugar tranquilo o algo donde poder comprar algo para degustar, es así como ve un carrito de helados ambulante tomando la mano de su amiga hasta llegar llegar ese sitio*

_Vamos endulcemos el dia s-si?
¿Cruel? Yessen... Ellas son las crueles, se lo merecen.
-Hanary decía todo eso muy decidida, estaba totalmente enfadada con esas muchachas, incluso decidió ya no volver a dirigirles la palabra nunca más.

A lo lejos se podía divisar como las chicas miraban al par marcharse, mostraban un semblante de preocupación porque no solían conocer esa actitud de la peliblanca, pues ella mayormente se mostraba dulce y amable.

Cuando ambos ya se habían alejado lo suficiente, Lyhn decide detenerse, soltando la muñeca del pelicastaño. Se gira, quedando frente al muchacho.- Discúlpame por eso, realmente no pensé que harían algo así, te hice pasar vergüenza...
-Los celestes ojos de la albina brillaban, pero era más porque no pudo evitar soltar una que otra lagrimita al sentirse culpable.-

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