-Prácticamente habían quedado cada uno al lado opuesto de la carretera, incomunicados por la distancia y la oscuridad de la noche, además de eso, de la nada había aparecido una espesa neblina que dificultaba aún más la visión; era como si está hubiera sido creada por aquellas criaturas o quizá por alguien más.
Cuando Hanary escuchó la voz de Anyel al otro extremo, una sonrisa se dibujó en los labios de la albina, rápidamente respondió; queriendo que con ello su compañero pudiera saber que se encontraba bien.- ¡Aquí estoy! No puedo verte ¿Estas bien?
-Espetó y cuando se disponía a levantarse para ir en busca de su pareja, escuchó un fuerte golpe acompañado de un grito muy agudo, siendo este muy similar a la de aquella criatura, de inmediato la pequeña albina supo que Anyel se encontraba luchando; por lo cual se apresuró a ponerse en pie lo más rápido que sus fuerzas le permitían.-
