No, no. ~
Porque me puedes llevar a cualquier restaurante o cafetería pero yo puedo decidir que pedir, el lugar no es lo importante, es lo que uno manda.

-Se lo dijo con un tono divertido mientras seguía guiándo al muchacho por las calles casi vacías de la ciudad, al ser ya altas horas, la mayoría se encontraba en sus casas cenando o incluso viendo algún programa antes de dormir.

Se metió a prisas por un parque, en el cual se podía ver algunas parejitas dándose amor, también algunas personas solitarias paseando a sus mascotas. Llegó entonces al otro extremo del lugar, viéndose una iluminación un poco distinta al ser de un color lila, poco usual en los restaurantes.-

¡Llegamos! -Lo dijo con mucho entusiasmo, deteniéndose en aquella colorida entrada, pues todo el lugar tenía muchos colores pintados en patrones de líneas rectas; como si aquella tienda fuera un enorme dulce.-