Suena un poco razonable que no existan los dragones en este lugar, de ser así todo estaría destruido casi al mismo nivel que los edificios que ha tirado abajo de manera accidental. Por otro lado, Gaudy observó la lata con un poco de confusión ya que no sabe qué cosa era esta. Sabe que tiene algo dentro ya que lo agitó un poco, aún después de haber brindado estuvo buscando la manera de abrirlo. No encontró mejor método que usar su afilada espada causando un agujero en la parte de abajo.
Pero como lo ha agitado antes, la cerveza termina por darle un chorro bastante fuerte en todo su ingenuo rostro, sólo se veía su enorme ojo izquierdo en muestra de estar muy sorprendido.
—Hmm. Tiene un sabor un poco raro pero creo que es rico. Jaja creo que no puedo quejarme ya que has sido muy amable conmigo. ¿Y qué es lo que haces en un lugar como este? —
Río de forma nerviosa, ¿de verdad había dicho carne de dragón? Exceptuando eso y luego de memorizar el resto de cosas supo que podría darle cualquier cosa sin importar que fuera. Se acerco al refrigerador y de este saco un par de latas de cerveza y un pequeño contenedor con un poco de fruta picada.
– Te debo el vino y no creo que existan siquiera los dragones. Pero puedes comer cuanto quieras. No estoy seguro de cuanto sea tu apetito pero espero poder satisfacerlo y que no me cueste tanto.–
Abrió ambas cervezas y el contenedor acercando todo hasta él, después solo volvió a sentarse para acompañarle y beber un poco aunque a discreción, ya que no tenía idea si de repente tendría a Gaudy borracho haciendo destrozos en su departamento. Quería estar lo más lucido posible para esconder su espada de ser necesario.
Gaudy sólo esbozó una sonrisa buscando despreocupar al muchacho, no es nada comparado a luchar contra demonios o entes que destruyen ciudades por completo. Aunque esta clase de dolor puede competir bastante bien con los que cierta chica le da a menudo[?] ¡Y hablando de comida, ese aroma estaba seduciéndolo demasiado!
No dijo mucho al respecto más que expresar su gusto con un ligero rio de babas que el mismo creaba al ver esos manjares que no esperó a comer a gran velocidad. Tiene un sabor realmente novedoso, ¡es como si de repente se hubiese enamorado!
—Qué rico, ¡qué rico, me siento lleno de energías!—
Aún tenía medio Sandwich en su boca cuando quería hablar , ¿qué es lo que suele comer a menudo? una pregunta complicada ya que el se come prácticamente cualquier cosa que sea comestible.
—Pavo, pollo, frutas, vino, cualquier cosa que esté cocinada y en su jugo, aunque nunca pude comer carne de dragón, ¿habrá de eso aquí—
Al verlo regresar no se espero el desastre que podría llegar a ser. Piel enrojecida, ropa arrugada y al revés pero aun así él parecía bastante animado al salir. Se recordó así mismo que debía enseñarle mejor como usar la ducha la próxima vez y le hizo una seña para que se acercara hasta la barra.
–Lamento si lo pasaste mal en la ducha, come un poco y podrás descansar, imagino que estarás un poco cansado después de la ducha. –
Se sentó junto a él, esta vez para cuidar que no se atragantara, aunque quizá estaba exagerando, después de todo eran un par de simples sandwhiches.
–¿Qué sueles comer en el lugar del que vienes? Quizá pueda preparar algo que te guste. –
Le acerco una botella con té de helado que saco del refrigerador mientras le preguntaba y veía que era lo que tenía en este, quizá tendría que hacer algunas compras a la hora de que el durmiera.
Pero hay un problema, cuando salió a verle llevaba la camisa al revés, no sólo la camisa si no también la playera. ¿Eh? ¿esto no tiene que quedar de este modo?
¿Era esto una toalla? Se veía bastante pequeño. Para lo esbelto que era, pudo taparse por completo puesto que lo que tomó no era una toalla si no un simple trapo con el cual uno puede limpiar de vez en cuando. No tuvo ningún rasgo de pudor cuando hizo aquello, hasta le confió su espada mientras se daba una buena ducha.
¡Qué lugar tan pequeño! ¡Ah, sale agua caliente, se va a quemar! Hizo un escándalo como si estuviese batallando en la guerra más grande. Por suerte no rompió nada. A duras penas y con mucha dificultad pudo bañarse, aunque terminó con la piel roja por el agua caliente.
—Ay,ay,ay... ¿cómo me pongo esto, eh? ah claro el no está aquí—
Podía ver que tiene una camisa, una playera y unos pantalones de tipo común, una clase de ropa que el nunca pensó que usaría pero que tienen ligero parecido a las prendas que usan los habitantes de varias ciudades allá en su "mundo"
Ni siquiera lo pensó, se giro de inmediato cuando este empezó a quitarse la ropa.
–Hay toallas en el baño puedes usarlas y secarte cuando termines de bañarte, también puedes vestirte ahí con la ropa que te di.–
No es que le afectara ver a alguien desnudo pero Akihiko venía a su mente de inmediato, ¿por qué no tenía la suerte de ver a quién le gustaba de esa forma? Al pensar en él y mientras Gaudy se aseaba se pregunto si debía decirle a los demás. Lo medito por unos segundos mientras preparaba algo ligero para que el rubio comiera pero al final descarto decirles por el momento, primero vería como iban las cosas antes de presentarlo, ¿como su amigo? ¿O quizá como un primo? No, si mentía sería descubierto ipso facto en la mentira.
Al terminar de pasar los sándwiches de queso derretido por la sartén los puso sobre la barra con un gran vaso de lecho y algunas galletas y se retiro al cuarto de lavado llevando consigo la ropa ajena
Esta casa si que era de lo más rara. Estaba hecha de una forma que se asemejaba a las casas de su mundo pero este tiene aspecto diferente. Para empezar porque el piso era demasiado suave. Lo primero más tonto que pudo hacer fue caerse de cara pero se repuso enseguida con una pequeña curita en forma de cruz en una de sus mejillas.
—Auch—
Inmediatamente se acercó a los libros, el único elemento que sigue siendo igual a los de su mundo. Se puso a revisarlos pero algo en la escritura les hace imposible que sean leídos por el. Tanto que en un momento los estaba tratando de leer al revés
—¿Eh? ¿quieres que me bañe? de acuerdo, toma mi ropa—
La ropa , la armadura. ¡SE ESTABA DESNUDANDO EN FRENTE DE EL!
–Los mitos y leyendas siempre dicen que ese tipo de cosas existían aquí hace siglos pero al ser solo historias no puede saberse a ciencia cierta debido a que pocos son los que pueden durar más de cien años en esta actualidad. –
Al entrar le invito a pasar y se quito los zapatos en la entrada esperando que el contrario le imitara, una vez los acomodo en su lugar entro hasta dirigirse a un pequeño estante que tenía abarrotado de libros, buscando estos para dejarlos sobre la mesa, algunos eran solo texto pero unos cuantos incluso tenían dibujos e ilustraciones. –Esto es a lo que me refiero, dragones, magos y grandes y poderosos caballeros, todo está aquí.– Lo miro de reojo para que se acercara y fue hasta su habitación donde tomo un cambio de ropa para él, el cual dejo sobre la silla.
–Si quieres tomar un baño, leer y descansar puedes hacerlo aquí. Realmente no tengo ningún problema con que te quedes mientras resuelves tu problema.–
Pensó internamente el rubio que no deja de ver a través de la ventanilla cual niño observando una jugueteria. Pero hay algo que si pudo distinguir y eso son los locales de comida ¡Grandes locales de comida que tienen en sus carteles fotos de hamburguesas y demás platillos sabrosos! Eso que corre en sus pies no es un río, es más bien su baba que sale en forma de cascada.
—¿Eh?—
Se bajó del auto con mucho cuidado, es tan extraño, no sabe en donde está tocando pero tampoco quería romper nada.
—¡Bueno si..! Verás, en mi mundo recorro grandes países y ciudades al lado de mi amiga Rina. Con ella hemos tenido aventuras alucinantes, venciendo delincuentes, demonios, y monstruos! ¡Hay una comida deliciosa y.. y.., dragones por todos lados! ¡Una de mis amigas es una chica dragón y puede convertirse en uno! —
Continuó mientras lo seguía muy contento. Se había olvidado que ya no está en su mundo.[/i]
