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-De manera dinámica el marine busca a su presa por el flanco izquierdo. Lanza disparos consecutivos con la escopeta sin dejar de moverse. Es una forma de llamar la atención de su objetivo aunque no le haga casi ningún daño así. Es importante evitar que las personas en retirada sean aniquiladas, quizá una muestra de que el Slayer no es solamente un agente caótico de destrucción de demonios. Su forma de lidiar con el Mancubus le resulta en cuanto se pierde de su vista entre las ruinas de un edificio y utiliza sus desplazamientos acelerados alcanzando mas rápido la espalda de este. Allí acierta un disparo con el lanzagranadas y de inmediato al estallido se sube a lomos de la criatura y le arranca los tubos de canalización que le conectan con sus armas, apuñala desde atrás la cabeza de este con su cuchilla de antebrazo y el único ojo de la criatura sale por el otro lado como si se derritiese. Rápidamente salta alejándose del animal que por su inestabilidad interna estalla entre carne y sangre.

Nuevamente está libre para seguir combatiendo demonios menores a tiros y con sus propias manos. Lejos de asquearse por la forma en que brutaliza enemigos parece disfrutarlo. Así puede avanzar hasta el siguiente objetivo que está delante: El Gore Nest mencionado. La estructura está en un piso inferior de un sótano cuyo techo colapsó y desde arriba se ve como un hoyo de mediana profundidad. Retorciéndose como si fuese un órgano latiendo ahí está el nido de sangre que sirve como foco de infección y de atracción de nuevos demonios. Y hay todo un comité de bienvenida.


Los demonios menores son liderados por un dúo de mayor nivel: Caballeros infernales. Musculosos demonios de notable poder y gran fuerza y agilidad para moverse. Los grupos de soldados poseídos se forman en una línea de fuego que dispara contra el Slayer y el cazademonios. La reacción del marine es apartarse a un costado y flanquear la formación, pero hay un Hell Knight listo para recibirlo con un ataque energético que estrella en el suelo y genera una onda expansiva que saca de ruta al Slayer por un momento. Ligeramente dañado se repone rápidamente y lo encara con una nueva arma: La escopeta de dos bocas que responde con un sólido argumento capaz de golpear la cara del Hell Knight y hacerlo frenar. Así el soldado gana tiempo y con soltura recarga su escopeta y vuelve a accionarla sin problemas contra su enemigo que le busca furioso. ¿Y como irán las cosas para Nero? Él también tendrá que ocuparse de un Hell knight. Resistente y con la habilidad de lanzar concentradas esferas de energía y hacer ataques de cuerpo a cuerpo muy fuertes en base a esta fuerza demoniaca.