Sólo quería seguir jugando. -Respondió sin muchos rodeos ahora pateando las ropas hacia un costado, para luego rodear nuevamente sus brazos alrededor del cuello del mayor mientras permite aquella tortura placentera sin emitir sonido alguno, más que alguna que otra mueca gustosa. Mordiendo de vez en cuando su labio inferior. Aquello sensación rápidamente recorrió su cuerpo, calentandole aún más de lo que ya estaba y por supuesto provocando que su miembro se erecte a más no poder.-

¿Acaso percibo molestia por algo? *Musita el esparvus, al aspirar como su fragancia natural cambia levemente, y escuchar detenidamente como su palpitar de acelera de alguna manera tortuosa.

Por supuesto, que, con total lascivia y descaro, se acerca a él, para morder levemente su oído, su cuello, y propinar al momento una sonora nalgada, a aquel trasero que, de alguna manera se las arregla para seguir redondeado y terso.*

-Estaba desesperado por sentir más de él, así que no le agradó para nada que le bajara así como así, por lo que rápidamente se fue despojando de sus ropas, prenda por prenda hasta dejar al descubierto su masculinidad, así como también el resto de su cuerpo lampiño.-

*Ríe levemente ante las acciones del chico, el que se aferre a él, sin Inhibirse en absoluto ya. Por lo que, observando su reacción y deleitándose con el dulce sonido que deja escapar de sus labios, lo bajaría, para ordenarle en un momento.* Desvistete ante mi.

-Esbozó una ligera sonrisa ladina ante sus palabras y lentamente ladeó la cabeza para dar más acceso a su cuello.
Las mordidas ocasionaron que dulces gemidos salieran de entre sus labios a medida que ejerció algo de presión con sus piernas, en ese abrazo, para apegarse por completo a su cuerpo, deseando sentir cada vez más.-

Y costó demasiado... pero ahora que te entregas a mí sin reservas. No pienso soltarte la cadena.~ *Con placer ameno, observa sus reacciones y sus gestos, para, levantarlo de los glúteos y comenzar a morder si cuello.*

Siempre he sido así, solo que me cuesta mostrarlo. -Susurró con sus párpados entre abiertos mientras sus ojos solo estaban atentos en aquellos labios que tanto anhelaba besar. Para cuando fue arrinconado, respondió con gusto la unión, al mismo tiempo que separó sutilmente sus piernas para dar acceso libre a su cuerpo.-

*Un leve rugido se hace presente, desde sus fauces, al sentir la mano ajena, estrujar uno de sus glúteos.* Vaya. Te has vuelto pervertido también.~
*Exclama y, sin más, lo arrincona a la pared, para devorar aquellos labios que tanto le fascinan.*

-Una agradable y gustosa sonrisa se generó a raíz de esa nalgada, la misma que despertó sus instintos sexuales. Por lo cual, antes de responder el beso, sus brazos se rodearon de manera lujuriosa alrededor de sus caderas y sin más, una de sus manos se tomó el descaro de estrujar su glúteo derecho.-

*Al verlo en su baile y zumbar de aquella manera, sin duda, se aprovecha y, con descaro le da una nalgada, para luego jalarlo hacia sí y darle un avido beso en los labios.*