**Entre oscuras sombras seguido de ojos rojos, su presencia los abordaba cada vez mas y mas sin detenerse, su instinto asesino cada vez crecía mas y su conocimiento le era demasiado débil, seguía a cada uno de esos que veía rivales, y entre sigilos busco la mas pura cercanía para postrarse justo en frente de los dos contrarios.

Su mirada y atuendo se oscurecía bajo las sombras y un frió aliento de entre su mascara salia, el cuerpo ya inhumano le era, deseando la sangre de quien vería ahora como su rival**

_ Señor Maximo...... Aléjese.... No permitiré que su cuerpo se cruce con el filo de mi espada.... -

Precauciones... *Murmura el joven en un tono muy bajo, como toda respuesta a la pregunta del chico pelirrojo, manteniendo aquella mirada opaca, aún cuando lo siente aferrarse a su brazo y caminar así junto a él.* Iremos a pie...

*Vuelve a murmurar, pues, en el momento que salen de los terrenos del castillo, el joven opta por bajar una ligera pendiente, hacia la ciudad.*

-Habia notado de inmediato esa mirada abstraída de la realidad, así que dando un largo suspiro, tomó la decisión se abrazarse a él por su brazo mediante iban avanzando.- Entonces... fuiste a la Tierra. ¿Por qué motivo?

*Mientras camina hacia la puerta, en cierto momento, el joven esparvus parece un tanto desconectado de la realidad, pese a que se mueve con naturalidad y abre las puertas del castillo. Sin embargo, no deja de tener una mirada apagada, como si se moviese por inercia.*

-Ya estaba un poco más convencido pero aún así le parecía muy extraño que este fuera más bajo y sobre todo por aquella forma de ser totalmente insolente, algo que no había visto jamás por su parte. Accedió y se apartó para encaminarse hacia aquel lugar, aunque claro que fue mirando de reojo al contrario con algo de desconfianza.-

*Cómo el joven asesino, su estatura no diferencia de la del pelirrojo, se podría decir que es un tanto más bajo, algo que denota que rejuveneció demasiado, pero, aún tuvo cuidado de conservar sus recuerdos; por lo que responde apático.* Samuel... era tu hermano adoptivo también... ahora larguemonos al bar... *Añade, levemente irritado.*

-Ese improvisto movimiento lo tomó por sorpresa al punto de abrir sus ojos a más no poder, así como también curvó su espalda hacia atrás para oponer distancia. Para cuando dirige la mirada a este, no le ve directamente pero si responde por cortesía.- ¿Cómo se llamaba mi esposo?

Tsk... *Completamente irritado, lo sacude de los hombros con ambas manos y colocándose frente a él, cuando se comienza a retirar, para exclamar.* Soy yo... hazme una pregunta que sólo yo conozca, idiota...

-Se estaba irritando cada vez más con la actitud del contrario pero aún así no manifestó su enojo, se contuvo, pero eso no impidió para que se disponga a retirarse, ya que, al fin y al cabo, a sus ojos era un completo desconocido.-

*Sigue masticando otro pescado y, mientras lo hace, le va quitando las espinas y las avienta a su cabeza, conforme se las quita al animal.* Oie... Oie... Vamos al bar...