H1577924 is using SimilarWorlds.
Join SimilarWorlds today »
31-35, M
‹ ❛ Fire in the night, a scarlet beacon in the sky. ❜ ; Spa/Eng ›
About Me
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
What would you like to add to H1577924's Whiteboard?
Attribute
Gesture
Just a Comment
Kairavana · 31-35, M
Había golpeado al Guerrero de la Luz, un golpe que, en un rival minúsculo, daría por fin el combate, más no fue el caso. Kai sintió como la katana de madera se cargaba con la sinergia del golpe, como si fuese la sangre la que alimenta el filo del hombre que la utiliza sin piedad con tal de cegar vidas. Pero la gloria de la victoria se encontraba alejada, porque ni siquiera estaba a su vista.

"¡Que velocidad!" pensó Kai, que fue incapaz de ver al mago desplazarse. Ravana, por su parte, movió el ojo que poseía de forma totalmente tétrica al parecer independiente de todo su cuerpo, manteniéndose abierto y siendo capaz de ver al hombre moverse más no de precisar su ubicación o su estrategia, al no interferir realmente en la batalla y limitarse solamente a ver a ambos humanos. El espadachín sostuvo la katana con ambas manos, retomando su avance. Sin más, notando que había herido al opuesto en su lado izquierdo, menester sería atacar ahí. Tuvo que acercarse a una velocidad que no sería comparable a la del opuesto, pero que, en ultima instancia, mostró su verdadera naturaleza. Sus pies avanzarían hacía adelante, más su cintura rotaría de forma circular, acompañando el trayecto de su espada de forma lateral con el empuje de todo su cuerpo en un solo movimiento en búsqueda de golpear el cuello del opuesto en la falange.

Era un golpe que buscaba ser final, ya sea por su efectividad, o por su exposición al contra-ataque ajeno.
 
Send Comment
Kairavana · 31-35, M
El golpe fue frenado por Haru, esperado, pero que denotaba para Kai que él se trataba de un enemigo más que digno, uno de los que, en otros tiempos, podrían haber llamado un Espadachín del Oeste. En la instancia humana, ambos parecían ser la perfección del rendimiento, igualados tanto en fuerza como en velocidad, notando como era incapaz de "cortar" la espada ajena, el empujón alcanzó para marcar un retroceso de ambos, pero que solamente indicaba que la batalla continuaría. El rostro de Kai esbozaba una sonrisa, una de la que ni siquiera él era consiente pero que marcaba, en parte, su antigua personalidad despiadada -de alguien que disfruta los embates del acero- y su amor por la batalla, aunque fuese una simple pelea de entrenamiento, hace mucho tiempo que el Poseído no se enfrentaba a un duelo.

El arma se mantenía en guardia con ambas manos, y su postura no se rompió al retroceder un par de pasos, pasos que fueron olvidados una vez que él fue al embate contra Haru nuevamente, el ajeno atacó con una maniobra horizontal que con seguridad podría haber fisurado parte de sus huesos de haber dado, más que, al haber avanzado Kai hacía adelante, la katana retomó un tajo nuevamente descendente, en lo que muchos conocían como una maniobra de la "Luna Menguante" pues el sable emitía la curva propia del satélite al caer, chocando contra la avanzada del opuesto, más Kai no buscaba con su únicamente detener, sino con apoyo de sus pies, avanzar para empujar la espada opuesta hacía el suelo.
MiaAyuzawa · 26-30, F
Mi hermana me dijo que teníamos mamá. Cuánto de eso es verdad. [?]
¿¡Eh?! ¡¿Y por qué no me habías dicho antes?! —Le gruñó apretando ambos puños suspirando después para tratar de calmarse.—
Realmente no entiendo ese tipo de bromas, estaba hablando en serio.
¿Ya tienes novia padre?
Kairavana · 31-35, M
Nada más dijo, pues no era otra cosa que un hombre desventurado, dañino que pisó tantos charcos de sangre como un pez nadando en una laguna, hombre que niega las virtudes de la paz y de la armonía para reemplazarla por la vida cargada de muerte, fueron los colmillos del Emperador Dragón del Oeste durante mucho tiempo, y que dejaba que la vida de los culpables o inocentes corriesen mirando a otros destinos. Aunque el Kai que Haru conocía no fuese más que un hombre averiado y deleznable, al momento en él que tomó la espada de madera, algo cambió en la mirada del vagabundo.
Frente a él ya no tenía a un compañero de viajes, tenía a un enemigo el cual debía enfrentar, vencer ¿matar? Aquello lo dejó al velo del misterio del instinto. Si bien no objetó el tomar un distinta, no abandonó sus espadas ni sus atavíos ya que para Kai no existía diferencia alguna, dado que no era la katana la que llevaba una vida al abismo, sino el usuario. Su objeto no es benévolo: Su postura parece improvisada y peor aún, natural. La pierna izquierda se coloca detrás, para dar ferocidad e impulso, mientras que la contraria se afianza delante para augurar la ruina de portar con ambas manos el instrumento de madera, sujetado con las dos respectivas palmas, siendo la izquierda la que se encontraba en la parte más baja de la irregular empuñadura.
Sus ojos, uno marrón oscuro y el otro de un brillante pantanoso verde se avivó una luz que afrontaba la humanidad, sino que abrazaba un ferocísimo que antecede el deseo de mutilación o muerte, anunciando la violación natural del Universo, momento en él que atacó.
No hubo palabras, no hubo aviso. Kai avanzó directamente tomando impulso con su pierna izquierda para desbordarse de velocidad, misma que le permitió alzar la espada hacía arriba, canalizando así la energía que la haría descender en un golpe que pretendió acusar de forma horizontal el hombro derecho de Haru, en consonancia con los tatuajes que indicaban el lazo natural del Guerrero de la Luz.
Kairavana · 31-35, M

A diferencia de Haru, él no poseía carisma alguno a la hora de tratar con otras personas, más bien una timidez silenciosa de alguien que se mantiene ocupado lidiando con sus propios infiernos interiores pero que aún así, desprende una calma digna de un viajero que se encuentra a gusto acompañado. Se mantuvo en silencio, de no ser por el sonido constante de sus tabi, sus sandalias de cuero, o las katanas que colgaban del obi. Al oír su voz pensó que se trataría de una pausa de descanso, aunque viendo el sendero, del cual solo había pastizales y un largo arroyo a varios metros, no entendió su ruptura de la paz o del lugar, mucho menos de su pregunta.

—¿Ser fuerte? —dijo en voz alta, su voz, con ese marcado acento del Oeste resonó curiosa. Una de sus manos alzó la punta de su sombrero de viaje, el propio de los agricultores de arroz— ¿Por qué quieres pelear, Haru?

Si algo llamaba la atención de Kai era la extraña ausencia de Ravana, su contraparte demoniaca, al oír al extranjero proponer tales desafíos, ya que conociendo al Rakshasa, no dudaría jamás en lastimar a otra persona, y él, no hace muchos años, no era distinto. Un poco humillado por su propio silencio, entendió que sería imposible negociar con la terquedad del guerrero de la luz, un suspiro se escapó de sus labios.

—Solo será un entrenamiento... Hace mucho que no peleo.

No tengo monedas ya que llevo tiempo sin recibir mesada ¡Pero claro que quiero cenar!
SW-User
H a r u - s a m a