[code]Su primera clase sería en uno de los bosques más antiguos de Grecia, el místico bosque Foloi. Con su don de tele-transportación sería fácil para la joven princesa llegar al bosque. Sin embargo, al llegar a su destino debería de buscar a Hecate. Melínoe podía sentir de las almas cerca de ella pero con Hecate era diferente ya que ella siempre utilizaba hechizos para evitar la persiguieran.

Tocó el húmedo pasto de su alrededor para sentir la vida de aquél bosque y entrar en comunicación con él. Pidiendo por la guía para su encuentro con su maestra.

Al llegar al lugar, observó en silencio a la Diosa recitando la oración a la Naturaleza con maravilla. Al verla voltearse y saber de su presencia le sonrió ampliamente.
–[b]La Naturaleza me ha ayudado a llegar hasta aquí. [/b]– Le respondió aún con una sonrisa en su rostro y acercando su mano al tronco que su admirable maestra había tocado anteriormente.
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[code]Las noticias de sus clases con Hecate llenaban de felicidad a la joven princesa. Uno de sus sueños era convertirse en una bruja tal como lo observaba en las visitas de la Diosa de la Magia y Hechicería al Castillo al hacer demostraciones a sus padres e invitados en reuniones.

Melínoe siempre se sintió una bruja desde muy temprana edad pues gracias a su intelecto y gusto de aprender recolectaba hierbas de los jardines de su madre y otros artefactos como pelo y pertenencias de otros seres del Inframundo para crear simples hechizos que leía en sus cuentos de bruja. Afortunadamente por un acuerdo de sus padres y su destino final como Diosa, su sueño se cumplió. Todas sus enseñanzas serían una pieza esencial para un día, a sus 20 años coronarla como Reina y Diosa de los Fantasmas, y Diosa de las Pesadillas y locura, y claro, como una bruja completa.
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— [c=#660033]Espíritu de la naturaleza, elementos que me rodean, bendecirme cuando yo me mueva a través del mundo hoy. En este día y todos los días por delante de mí. Esto os pido como bruja, os agradezco por vuestras bendiciones... [/c]

Hecate inhaló la fresca y poderosa brisa de la noche, escuchando los sonidos emitidos por aquellos animales nocturnos. Abrió los ojos, dándose la vuelta para encontrarse con la princesa.

— [c=#660033]Veo que has encontrado el camino, princesa. [/c]
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Hecate había sido informada que la princesa del Inframundo pronto sería su joven aprendiz en cuanto a la magia y hechicería, siendo la misma reina del Inframundo, Persephone; quien recurrió a la diosa oscura para pedirle este favor, que a cambio recibiría más artilugios para sus hechizos.

La bruja de la Luna, había citado a la princesa Melínoe en uno de los bosques más antiguos de la Antigua Grecia, el mítico bosque [b]Foloi.[/b] Hecate se encontraba parada delante del roble [i]spermofyi[/i], soberano del bosque, habitado por las Dríadas, unas ninfas que vivían en su copa y disfrutaban con la lluvia. Este extraordinario árbol que alcanzaba los 20 metros de altura. Con su mano diestra, toco el tronco del árbol, cerrando los ojos y pronunciando la oración indicada: