Giró para ver a Lya, ni él podía creer en esa mentira del afrodisiaco....ah Garou si lo creyó. Bueh, sería una noche muy activa para el alfa y su novia.
En fin!
Ya para terminar, trajo los postres (en caso de que alguien quisiera pasar directamente a lo dulce)
Se trataba de una bandeja de tartas de frutas., un pastel de crema blanca y esponjosa decorado de fresas y roles con azucar glass.

Colocó los platos y comenzó a servir las bebidas.
Tal vez era demasiada comida para ellos, pero sabía que sus hermanos comían como si no hubiera un mañana. Y no solo eso, sabía que tenían hambre a cada rato, así que lo más probable es que después de hacer algunas cosas, volverían a la cabaña a comer aún más.

Le entregó el cuchillo y tenedor a Garou, para que él cortara el jabalí por ser el alfa y le repartiera primero a la invitada de honor.

—Haz los honores Garou.

Afrodisíaco?

-de toda la conmoción lo único que escucho fue eso pero luego se separó un poco de nahiara para acomodar las mesas, formando una gran mesa redonda a su alrededor colocó el pescado asado en esta de tal manera que diese una muy buena presentación-

cierto! :[ No me tocan a mi hembra!

-le siguió la broma a lya caminando hacia la cocina para guardar la hidromiel en un tarro quizás la utilizaría en una ocasión muy especial-

Oigan! No me como a las personas 7///7.. tome ma princesse para usted.

-Le sirvió otro tarro de hidromiel y se lo llevó personalmente a su invitada extendiendola hacia sus manos-

— ¿Lo ves? Eres tú quien se come a las personas.

Frunció la nariz y le sacó la lengua a Garou. Luego volteó a ver a Ulrich y, con su gran fuerza descomunal, pudo bajarlo fácilmente de la mesa y dejarlo sentado en el suelo.

— Por favor, tenemos una invitada especial, ya no hagan desorden. Y Ulrich, la señorita Nahiara no es un objeto por el cual puedas pelear y obtener solo porque quieres. Además, es la mujer del alfa. {?}

Lo último lo mencionó en tono de broma, achicando la mirada y alzando unas cuantas veces las cejas.

Volteó a ver a Zeff y los platillo que había sacado de la cocina y esbozó una gran sonrisa, volteando a ver a Nahiara.

— Zeff es muy bueno cocinando, es el mejor, diría yo. Y en cuanto a su bebida, buena elección, el hidromiel que prepara Zeff es casi como un afrodisíaco, es como la bebida hecha por manos de dioses.

-El ambiente le pareció bastante agradable y todos parecían aportar un poco a su propia unidad. Nahiara intentaba aprenderse los nombres, a Lyanne ya la conocía, pero ¿Eshne? ¿Zeff? ¿Ulrich? Nombres que no había escuchado nunca yq que intentó memorizar pese al zafarrancho que comenzó a formarse.

De pronto dos de ellos estaban en la mesa y Lyanne intentaba bajarlos cuando se acercó Zeff con más comida, todo un banquete que dudaba que entre cinco pudieran terminar.

—Yo... eh... —estaba apenada. En el palacio no había hidromiel y desde siempre había querido probarlo. —Un poco de hidromiel, por favor? —dijo en voz muy baja, justo cuando Garou se escondió detrás de ella, arrancándole una sonrisa por el comentario.-

—Según recuerdo, eres tú el que se come a las personas.-

Pateó la puerta que separaba el comedor de la cocina para hacer acto de presencia con un plato grande que abarcaba sus dos manos, se trataba de un pescado asado de casi metro y medio de largo, acompañado de verduras al vapor, pasta y panecitos, el cual colocó en la mesa.

— Si no te gusta que Lya pueda comerte, entonces no la hagas enojar. —

Y de regreso a la cocina, volviendo a salir, pero ahora con un jabalí asado el cual era masivo, tanto que al momento en el que lo colocó en la mesa se escuchó un ruido de lo pesado que estaba, aquel animal pesaba unos 100 kilos. Emitia vapor de lo caliente que estaba por recien salido del fuego, la piel estaba de un color cobre, perfectamente asado, con una manzana en la boca, rodeado de otros acompañamientos.

— De beber hay hidromiel, vino, agua con frutas citricas y ponche. —

Agregó mientras hacia rodar el barril de vino que tenía ahi para la ocasión.

D: ahora todas quieren pegarme con el periódico que le pasa!?

-Aquella mirada de la gamma hizo que se bajara de la mesa y limpiara la zona en dónde piso, guardando las manos en su bolsillo lentamente se dirigió hacía dónde estaba nahiara escondiéndose detrás de ella y comentar lo siguiente en tono algo bromista-

Lya cuando se enoja quiere comernos vivo(?)

Tras entrar a la taberna y escuchar las palabras y actos de Ulrich, se dio un golpecito en la frente y, posteriormente, tomó un periódico de una mesa y con este le dio un golpe en un costado.

— ¡Baja de la mesa!

Y al ver al alfa también subir, le dio de igual manera un golpecito.

— ¡Tú también baja de ahí! ¡Nadie va a pelear aquí, acabo de limpiar las mesas y acomodar todo como para que lo vengan a destrozar! Intenten hacer algo y... Grrr...

Levanta el periódico y la mirada de la fémina cambió a una mucho más severa, diferente a la animada, tranquila e incluso dulce que solía tener. Con ello, les daba a entender que estaba hablando en serio.

-.ulrich! Más respeto, el es mi hermano menor Ulrich es el Omega de mi manada, ella es nahiara teriat una princesa así que quiero que la traten bien esa es mi primera orden hacia ustedes xD -.

Observo las acciones de su hermano y se subió a la misma mesa que el con una mirada desafiante jamás se escapaba de un duelo.

-. Hoy no, nahiara es nuestra invitada especial tratala bien o dormirás afuera hoy! :[ !! -.

No sé que planeas pero.. ¡Esto es una guerra! -Se forma escasa se le veía en su forma humana, la detestaba porque se sentía sumamente vulnerable pero con la llegada de la elfa solo se levantó en una de las mesas de la taberna para llamar su atención- hoy alfa te retare a un duelo y si gano me llevo a esa elfa que tienes hay!

Zeff estaba en la cocina se había tomado como responsabilidad de alimentar a la manada con severa puntualidad así que cuando supo que tendrían una invitada; naturalmente quería celebrar aquello, preparando tanto platillos con carne, así como otros solo a base de vegetales y frutos del bosque, así que cuando escuchó el ruido de pasos se asomó desde la cocina a saludar, el olor a mantequilla, especias y pan inundaba el ambiente.

— Bienvenida...— agregó mientras veía la peculiar invitada, pero pronto volteó de regreso a la cocina a cuidar un asado que hacía.