GalileoGalione

No no es que me gusta Conservar mi estado rolistico ~

R.Out; Disculpe mi larga demora en responderle

En un inicio de su vida, jamas pensó que lo "imposible" y lo que fingió no haberle interesado se volvería parte de su vida. Aquel cruel destino la obligo a tomar ese camino de vivir como si fuera humana, convivir entre ellos por suerte acompañada de su "gemelo-guardián". Y le era una idea sumamente interesante sobre todo divertida, desde joven a tenido esa inevitable curiosidad de saber como era la raza humana, que tan "frágiles" y crueles podían llegar a ser. Había bueno lugares para descubrir ese tipo de seres, solo le faltaría encontrarlos.
Aunque también las razones de sus continuos viajes era para alejarse de quienes la querían una vez más en sus manos. Debido a ello y la mala experiencia en su pasado, a pesar de ser un demonio era la primera en detestar a los de su propia raza. . .
O así lo creía. Por ello mantenía la excusa de "vigilar a los humanos" con tal de no estar cerca de uno. Claro que los demonios tampoco desearían estar cerca de ella, al menos los que ya la conocen y los que no, pues serian su entretenimiento y vaya que su actitud daba que temer.

Pero eso no era de que preocuparse ahora, si no del día. Si, lo a veces lo detestaba no encontraba nada bueno en ello, debía levantarse todo el tiempo y presenciar como los humanos agradecían el estar vivo - Si no fuera por la regla: no matar a ningún ser humano, rogarían. - Dijo la demonio entre gruñidos, estando bajo la sabanas y es que ella podía sentir si los humanos "rezaban" y agradecían ante todo. Se levanto tirando la sabana a un lado y encaminándose a su armario para arreglarse. Aprovecharía para salir y disfrutar lo que podía. Desde su llegada no encontraba nada entretenido, solo "inofensivas" bromas a los transeúntes la mantenían menos aburrida y claro que nadie sabia que era ella la causante de sus desgracias.
¿Quién lo notaria? ¿Quién sospecharía de esa juvenil y hermosa chica de aparentemente 17 de edad? absolutamente nadie, pues las apariencias en ese mundo era lo más importante y lo que confiaba a todos. Sus pasos se encaminarían por aquella ciudad, pensando en que comprar a lo que su rostro de apariencia "angelical" pero inexpresiva se poso sobre aquel único local que resaltaba entre los demás. Se acerco y miro el letrero con ese curioso nombre que le hacia recordar el libro de "Alicia en el país de las maravillas" eso llamo su atención junto a la palabra "pastelería" pues gustaba de los dulces.

Off: lamento la demora en responder pero... Me temo que no me importa, hágame el honor de iniciar, por favor.

Gracias por aceptarme

Oh esta bien?~ -Exclamo con alegria al oir la cortesia del hombre dueño de la pasteleria, mientras sus orbes volvian rapidamente al pastel especialidad de la casa- Oiste conejo san?~ Esta persona nos lo dara gratis...

Del pastel, volvio su mirada al pastelero al oir sus ultimas palabras

Querido? Mas bien, un viejo conocido..~ -Su sonrisa se desvanecio un poco, y en su lugar aparecio una mueca de duda mientras desviaba su mirada hacia el mueble que contenia toda la variedad de té, podia percibir la calidad de estos, pues su aroma era penetrante y al mismo tiempo se antojaba al deguste.- Tu que eres el creador de ese pastel, cual té deberia elegir?

Con un suave giro de su cuerpo se adelanto un poco mas sobre él, lo suficiente para que sus labios quedaran a una decima de centimetros de los ajenos mientras entrecerraba sus parpados, ocultando su mirar rojizo. Ella no tenia tapujos en romper la distancia personal entre sus interlocutores, y la sonrisa volvio a dibujarse en sus labios mientras rapidamente colocaba a su conejo de peluche frente a la mirada del locatario -Diganos por favor, pastelero san~

-Ah! Es tal y como Levi lo dijo...~

La hermosa pelinegra exclamo sin timidez alguna en cuanto sus orbes al recorrer con lentitud el elegante lugar, y se detuvieron en el refrigerador de los pasteles. Al estar mucho mas cerca del locatario, él podría distinguir que entre sus brazos llevaba fuertemente abrazado un conejo negro de peluche, era un juguete particular, sus pequeños botones negros que eran sus ojos parecían despedir un brillo casi de vida e incluso alegría tras las palabras de la chica. Se adelantó con pasos apresurados ignorando su alrededor y de inmediato llego al fondo de la pastelería; con un suave movimiento inclino su cuerpo lo suficiente para que las filas de los pasteles varios fueran claramente observadas por ella

-Mira~ Ese pastel... seguro que a Oswald onii-sama le gustara~

Susurro señalando el "Pastel Rabbit " y hablándole con alegría a su inanimado acompañante, sus labios carmin de suave cereza se curvaron en una sonrisa de plena satisfacción y de inmediato volvio su mirar rubí al dueño de la pastelería... estaba por hablarle, pero se detuvo de golpe. Un rostro familiar estaba frente a ella, y su sonrisa se acentuó de manera casi exagerada -Oh~ Tu luces como el chico solitario en la nieve~

Sus palabras enigmáticas poseian un toque de curiosidad que no se molestaba en ocultar, se destilaba por sus poros, era una mujer liviana como el viento, atrayente y de hipnótico encanto, los ojos del infortunio se posaron sobre las esmeraldas del pastelero.

El suave amanecer del dia teñia de rojo el cielo y los algodones del firmamento, los pajarillos canturreaban melodias salvajes pero no por ello menos dulces o suaves que las dotada soprano. Por las calles de estilo sobrio de empedrado grueso una preciosa dama danzaba con pequeños pasos que resonaban al golpear su tacon con la roca del camino.

Ella era una belleza sin igual, ebras de ebano caian por su torneada figura hasta por debajo de sus caderas, bailaban dulcemente rozando la fina tela de su vestido morado de amplia campana. Pero sin duda alguna, su principal y misterioso atractivo era ese par de orbes del color de la sangre, la marca de su naturaleza maldita, "una niña del infortunio" asi era como lo llamaban, la maldicion de los ojos rojos... Y ella se regozijaba con los murmuros que levantaba a su paso, sus labios de cereza se curvaban en ironicas y desafiantes sonrisas; la hermana de la cabeza de los Baskerville...

-Uhm?~ -Detuvo su marcha con delicadeza y ladeo su cuerpo en una media vuelta al estar frente de aquella pasteleria, sus ojos centellaron con alegria, su humor cambiante y explosivo habia pasado de la ironia a la alegria en tan solo un segundo, y sin esperar mas, entro con paso firme y confiado al calido lugar- Justo como decian... es un lugar interesante~