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Estanislao · 22-25, M
Ni cuenta se había dado de eso que le había causado, por casa al ser criado por mujeres lo que menos pasaba era el silencio de los comentarios, su madre podía soltar veneno o cosas tan dulces como esas, porque lo peor era callarse. Las cosas que se callaban eran las feas, las que no se podían decir sin emocionarse de queja o de lamento, todo eso le caía fuerte. Por eso evitó quejarse demasiado de la ausencia de respuestas, sabía que venía mal el creer que Zingaresche podía asumir esas cosas tan raras. Alzó la botella propia también al recostarse en el suelo, bebiendo sin parar una y otra vez, parecía un ratón dándole al trago.
¿Eso fue un eructo? Parecía más un llanto. Eructa bien, melala... Le dijo piojosa en otras palabras, como solían decir los calé a los niños traviesos, era una provocación como tal, que aunque no fue tan pequeño, si no fue el llamado de oso de Estani. Así que le valió para la inocente burla, todavía seguía un poquito bajo los efectos del porro, pero sabí
¿Eso fue un eructo? Parecía más un llanto. Eructa bien, melala... Le dijo piojosa en otras palabras, como solían decir los calé a los niños traviesos, era una provocación como tal, que aunque no fue tan pequeño, si no fue el llamado de oso de Estani. Así que le valió para la inocente burla, todavía seguía un poquito bajo los efectos del porro, pero sabí
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