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FaustoBertelli · 22-25, M
Volteando a su costado, observó a través del cristal de la puerta la fiesta familiar. Suspiró con alivio al notar lo risueños que estaban los invitados, seguramente embriagados por el vino y la prosperidad que traía consigo la nueva rama familiar. —Se me ocurren un par de nombres— tras dar otra calada al cigarro, decide apagarlo contra la tierra húmeda de una maceta.

—Si te soy sincero, aún no sé cómo poner a un Bianco en el Consejo sin que el resto se sienta atacado. Al que haga esa propuesta, será acusado de conspirar en querer centralizar el poder en favor de 'los salvajes'— enfatizó en la última palabra con el mismo desprecio que lo harían sus propios familiares.

—¿Cómo lo manejarías tú, prima?— buscó su mirada, expectante. En el pasado, Shionne nunca falló en regalarle un poco de su sabiduría.
ShionneCastelli · 22-25, F
En otra época habría pensado que lo que Fausto sugería era un disparate pero viendo el gran apoyo que esto podía representar, en verdad era la mejor opción. — Vamos a provocarle un infarto a los ancianos si hacemos eso. — llevo su mano a su mentón, pensativa y después volvió la mirada hacia Fausto. — Me haces tener esperanza en que todo esto no está perdido. — sonrió y dió un par de pasos para posicionarse frente a el. — ¿Tienes algún candidato?
FaustoBertelli · 22-25, M
—Si me permites opinar, no quisiera entregarle a mi sobrina un trono ensangrentado. ¿En verdad es demasiado tarde para frenar las ideas radicales de los miembros del consejo...?— indagó con notable frustración en su voz.

—¿Qué piensas sobre colocar a un Bianco en la mesa, codo a codo con el resto de los descendientes de los Firenze? Tal vez ni siquiera sea necesario provocar 'accidentes' fatales— casi se oía esperanzado. Más allá de su semblante agotado, la pequeña chispa en sus ojos verdes aún estaban presentes. Deseaba el cambio, más aún no sabía cómo conseguirlo.
ShionneCastelli · 22-25, F
En el fondo había una gran preocupación sin embargo en un lugar donde podían ser vistos debía limitarse y mantener aquella expresión tan neutral que le caracterizaba, sonreía de vez en cuando aunque con un toque amargo, la situación no parecía ser nada favorable. — Antes que nada, contigo cansado no llegaremos muy lejos, es mejor que te instales y duermas lo suficiente. — Cruzó sus brazos tras dejar su copa en la misma mesita que Fausto. — Principalmente la sangre vieja representa un problema para la autoridad de Leah, pretenden respetarla pero estoy segura que esperan el momento oportuno. Alguien más está liderando una posible traición y sabemos muy bien quien puede ser. — Encogió sus hombros y cerró sus ojos. — El consejo debe cambiar.
FaustoBertelli · 22-25, M
Dejando su copa de vino a medio terminar sobre una mesita, se colocó al lado de su prima, fuera del alcance de los cristales de la puerta. —Pareciera como si quisieran crear una fractura— volvió su voz un grave murmullo, asegurándose de que solamente Shionne escuchara. Sus orejas estaban tensas, atentas a una posible amenaza. Ante ese nivel de peligro, ni siquiera el lupo más entrenado podría contener sus instintos de supervivencia. Dió otra calada al cigarro, buscando calmar su respiración, y por lo tanto, la velocidad con la que su mente trabajaba. —Sabía que algún día el trabajo de nuestros padres caería en nuestras manos... pero no de esta forma, Shionne— se frotó los párpados con los dedos de su mano libre. Había signos de ojeras alrededor de los ojos. No había tenido oportunidad de dormir desde que volvió a casa. —¿Cómo podemos ayudar a Leah, Shionne?
ShionneCastelli · 22-25, F
Fausto era impaciente, podía burlarse de ella sobre su forma de manejar las cosas pero el, su mente era maravillosa, un gran estratega y su personalidad analítica evidenciaba que estaba hecho para ese mundo. Shionne lo miro con seriedad, no mostró expresión alguna pero en el fondo era un tema que le preocupaba desde ya hace mucho tiempo. — Están buscando una fractura para tomar el poder. ¿Es a lo que te refieres?...— Desvío la mirada hacia el cristal de la puerta, nadie prestaba atención a los familiares, aún estaban seguros.
FaustoBertelli · 22-25, M
Alzó la copa cuando ella lo hizo, y volvió a beber, degustando con paciencia el vino. Si las cosas no salían bien en los próximos meses, esta podría ser la última vez que prueba la cosecha local de los Firenze. —Sé de buena fuente que varios integrantes del Consejo han estado fingiendo lealtad ciega. ¿No te parece curioso, Shionne?— tomó una cajetilla de cigarros del bolsillo del saco mientras se explicaba. —¿Que nuestro tío haya urgido a Leah a dejar un heredero antes de partir?— comenzó a hurgar en el otro bolsillo. Bingo; encontró su encendedor.

—¿Y no te parece extraño que alguien como nuestro primo haya caído en una disputa que jamás debió liderar?— su mente iba más rápido que sus palabras; ya habría momento para dar detalles. —¿Y si te dijera...— encendió el cigarro, misma vez que caminaba hacia ella. —...¿que el liderazgo de los Firenze ya tenía fecha de expiración?
ShionneCastelli · 22-25, F
Los años transcurridos no fueron impedimento para que su primo dejara de ver a través de ella, me resultaba fascinante la buena memoria que tenía y como esos detalles no se me escapaban. Shionne sonrió y su cola se meneo de un lado a otro en un movimiento sútil, estaba relajada ante la presencia de Fausto.
— Siempre te ha gustado dar muchos preámbulos. — levantó su copa como si brindará antes de dar un poco de ella. — ¿Que rumores escuchaste, Fausto?...me preocupa que sean el motivo de tu repentina llegada. —
FaustoBertelli · 22-25, M
Le dio pena tener que adelantar su trabajo y deberes con Shionne, sin embargo, era consciente de las circunstancias. No podían darse el lujo de perder el tiempo en contemplar el baúl de los recuerdos. —Tan ansiosa como siempre, Shionne— se dirigió directamente al elegante barandal del balcón, recargandose en él. —¿Aún te molesta que te dejen en ascuas por más de un minuto?— le dio un buen sorbo a su vino, aprovechando que no había mirones a los cuales debía complacer con modales. —Solo somos primos que están poniéndose al corriente. Tenemos tiempo...— más no quería tentar su suerte. —Estando lejos de casa, escuché rumores...
ShionneCastelli · 22-25, F
Las cosas habían cambiado, eran infantes, ignorantes de la realidad que enfrentaban día a día los adultos. Por alguna razón imagino que le pediría algo así después de tanto tiempo sin hablar, sabía que no era precisamente para ponerse al día. — Vayamos al balcón...— movió su cabeza y caminó esperando que su primo le siguiera. Una vez ahí, cerro la gran puerta para ahogar el bullicio de las conversaciones que se llevaban a cabo en el interior. Se dió media vuelta, dió un trago a su copa y se recargó en la pared. — No hay que demorarnos mucho, las conversaciones privadas son mal vistas por aquí.

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