31-35, M
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Bananaxx · 31-35
Qué lugar tan raro y qué calor, no entiendo como la gente podía lugar en un lugar como este, no no gracias -pensaba Hana cuando uno de los mercaderes intentaba venderle algún artículo que parecía innecesario alejándose sin siquiera responderle.
Los pequeños puentes rocosos que se formaban a lo largo de una gran prado le daban un toque pintoresco al lugar. Entre las reglas que le habían dado aquel día estaba la de nunca preguntar en que época se encontraba y nunca hablar de las cosas que ella había visto o vivido.
Todo esto es un bonito sueño y creado por mí -decía en voz baja mientras seguía su camino pasando al lado de lo que parecía un bar- ¿me pregunto si podré sentir el sabor del licor?- aquello era en realidad una tarea que dejaría para más tarde. Su primera misión era la de explorar aquel lugar y vaya que tenía mucho por explorar.
Un minuto en la vida es una hora en regresión o aquello era lo que le habían contado. Y sonrío encantada al ver su silueta reflejada en el vidrio de aquel negocio evitando dar un giro con su largo y hermoso vestido acomodándose aquel sombrero que llevaba seguramente para protegerse del sol.
Se escondía tras un árbol luego de escuchar los gritos y la pequeña discusión fuera del lugar soltando una risilla luego de escuchar al hombre que había sido expulsado como si todo aquello fuera una metáfora. Las cosas malas deben ser sacadas de golpe de nuestras vidas. Sin duda alguna hacen bien- pensaba prosiguiendo su camino por el camino opuesto al de aquel hombre. De no ser por el sombrero que salió volando y la cintilla que ahora se aferraba de una pierna del hombre jamás hubiera cruzado palabra alguna con él.
Los pequeños puentes rocosos que se formaban a lo largo de una gran prado le daban un toque pintoresco al lugar. Entre las reglas que le habían dado aquel día estaba la de nunca preguntar en que época se encontraba y nunca hablar de las cosas que ella había visto o vivido.
Todo esto es un bonito sueño y creado por mí -decía en voz baja mientras seguía su camino pasando al lado de lo que parecía un bar- ¿me pregunto si podré sentir el sabor del licor?- aquello era en realidad una tarea que dejaría para más tarde. Su primera misión era la de explorar aquel lugar y vaya que tenía mucho por explorar.
Un minuto en la vida es una hora en regresión o aquello era lo que le habían contado. Y sonrío encantada al ver su silueta reflejada en el vidrio de aquel negocio evitando dar un giro con su largo y hermoso vestido acomodándose aquel sombrero que llevaba seguramente para protegerse del sol.
Se escondía tras un árbol luego de escuchar los gritos y la pequeña discusión fuera del lugar soltando una risilla luego de escuchar al hombre que había sido expulsado como si todo aquello fuera una metáfora. Las cosas malas deben ser sacadas de golpe de nuestras vidas. Sin duda alguna hacen bien- pensaba prosiguiendo su camino por el camino opuesto al de aquel hombre. De no ser por el sombrero que salió volando y la cintilla que ahora se aferraba de una pierna del hombre jamás hubiera cruzado palabra alguna con él.