Detestaba demasiado cuando los animales forasteros intentaran manipularle a su antojo en sus normas, leyes y en su manera absolutista de reinado. Una muestra de su molestia ante la negativa de la joven era el apretar uno de sus puños con fuerza, como una forma de liberar su estrés en ese momento. No obstante, sabía que no debía mostrar una actitud grosera ante una miembro de la corte de uno de sus enemigos y mucho menos delante de Wilde, siendo este uno de sus protegidos y que le tenía mucho respeto a su autoridad. Como solución a todo esto, suavizó lentamente su mirada, mostrando una pequeña y amable sonrisa en sus labios.

— Heh...Supongo que no tengo otra opción... — Comentó encogiéndose de hombros y llevando sus manos a los bolsillos, soltando un suspiro y mostrando una actitud segura y relajada. — La tregua temporal debe ser respetada. — Dio un chasquido de dedos y uno de los empleados del bar se acercó a Inari, para tomar la orden de su bebida.

—Pobre joven cuervo. ¿Te pagan lo suficiente para que hagas de vigilante?— Niega de un lado a otro mientras mira con desaprobación al rey. —Quien diría que el monarca de las aves sería un líder tan injusto con su propia gente. Y como si fuera poco, negar el servicio al reino con quién tiene una tregua actualmente. Aún peor, sobre todo si no he venido a atacarles.— Suspira con pesar para sentarse sin la menor intención de irse. —¿Y si no quiero su majestad? ¿Me va a mandar sacar o va a acusarme con mi propio monarca sobre su propia e irrespetuosa regla?—

—¡Ya lo sé, Wilde!— Exclamó el rey, llevando su palma en el rostro. Parecía que perdería la paciencia en cualquier momento.

No obstante, volvió a fijarse en la joven zorro, arqueando una ceja y cruzándose de brazos.

— Haz lo que quieras. Entre las numerosas reglas del bar, la #1 y la principal es que ni Siro ni ninguno de los terrestres pongan una pata en este lugar. Así que te pediré amablemente que te largues del bar, Lady Inari. — Le respondió con seria calma, sentándose en una de las sillas del mostrador del bar, a la espera de que la joven se marchara de allí.

—Debe saber qué como kitsune puedo entrar donde yo quiera.—Le sonríe divertida a ambos, será su pequeña pesadilla, todo porque le negaron una bebida. —Les pondré críticas malas por negarme el servicio.—(?)

YO NO SOY EL SEGURIDAD!!! -protesta el cuervo-

— Wilde, ¿Por qué la dejaste entrar? — Le preguntó al cuervo, mirando con cara de pocos amigos a Inari. — Las bebidas aquí no estarán en venta para los Terrestres: Se terminan todo muy rápido (?)

—¿Venden salsas de jitomate, chile y cebolla picada? El reino se expande a México, que ambiciosos.—(?)

Lo siento...(?)

@Wilde ᴮᶤʳᵈˢ ᵏᶤᶰᵍᵈᵒᵐ: — Wilde, por favor... (?)

Puedo darle un pico a un gallo dice?(?)