Ya eran pasadas las 12pm Viviana caminaba tranquilamente por la casa, mientras comía una de las tostadas que le hacia su esposo; escuchando una voz femenina que no era de no era de ninguna de sus hijas, mucho menos de un miembro de su familia logrando llamar su atención.
── Amor ¿tenemos visitas? ─Pregunto cuando se acerco al
marco de la puerta dejándose ver, dando un bocado a su tostada. ── Hmmm... Ante la imagen de la escena particularmente curiosa, simplemente se quedo completamente tranquila mientras que su cuerpo se movía hacia donde se encontraban, sonrió; levantando su brazo para con su mano hacer que soltara la corbata de su esposo terminando por quitársela del cuello, dejándola entre sus dedos.
