61-69, F
La sangre de las vírgenes esta sobrevalorada.
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ZVS1535637 · 31-35, M
La piedra de afilar besaba el frío acero de su espada de forma recurrente. Dama Desesperada casi gemía de placer mientras las grandes manos de su portador la manipulaban, la acariciaban, poniéndola presentable para sus futuros amantes...¡Ay! Aquella vez crispó sus nervios; no sabía él porque aquella criatura había decidido subyugarse a su majestad más allá de razones tan aparentes como el que un Rey tan poderoso como él llamaba la atención de muchos tipos de súbditos...pero en definitiva el ente en ciertas circunstancias se convertía en un verdadero dolor de cabeza.
En cuanto la niñata se tiró a hacer monadas en el suelo ante él, detuvo el accionar de la piedra contra la hoja del espadón. Bajo las delineadas cejas la mirada se le oscureció-¿Donas...? ¿De qué hablas, Servant...qué...?-Apretó la mandíbula y cerró los párpados, dándose golpecitos en la frente con la piedra. Intentaba no caer en la desesperación...había pensado incluso en eliminar al espíritu, hacerlo desaparecer de alguna forma y para siempre, pero un pensamiento de compasión lo detuvo y quiso convencerse de que quería estudiar la naturaleza de aquella condenada manifestación, a parte, cuando era la atractiva rubia madura...pues representaba un medio bastante agradable de distracción...-¿Quieres dejar de lloriquear en mis salones, en mi piso? No necesitas comer y si lo necesitas pues ve a las cocinas y pide que te preparen lo que desees-Su voz, gruñido ronco y cargado de cólera resonó en todos los rincones de aquella estancia, una armería, la armería personal del monarca.
En cuanto la niñata se tiró a hacer monadas en el suelo ante él, detuvo el accionar de la piedra contra la hoja del espadón. Bajo las delineadas cejas la mirada se le oscureció-¿Donas...? ¿De qué hablas, Servant...qué...?-Apretó la mandíbula y cerró los párpados, dándose golpecitos en la frente con la piedra. Intentaba no caer en la desesperación...había pensado incluso en eliminar al espíritu, hacerlo desaparecer de alguna forma y para siempre, pero un pensamiento de compasión lo detuvo y quiso convencerse de que quería estudiar la naturaleza de aquella condenada manifestación, a parte, cuando era la atractiva rubia madura...pues representaba un medio bastante agradable de distracción...-¿Quieres dejar de lloriquear en mis salones, en mi piso? No necesitas comer y si lo necesitas pues ve a las cocinas y pide que te preparen lo que desees-Su voz, gruñido ronco y cargado de cólera resonó en todos los rincones de aquella estancia, una armería, la armería personal del monarca.