No crees que le estas dando demasiado de comer a Karmina?. Se que estas preocupada porque era muy pequeña cuando llego, pero ahora parece estar rozando el sobrepeso ~
-El implacable Mutante ahora yacía observando como el pequeño mamífero era alimentado por su madre demonio una y otra vez. Parecía que la pequeña criatura era un barril sin fondo-
Descuida tengo muy en claro que nuestro lugar de origen no importa, son nuestras acciones los que nos definen ~
-No pudo evitar sonreír mientras un halo de luz solar se posaba sobre la mujer y su ardilla-hija luego de que algunas nubes pasaban por aquel prado, en una escena bastante hogareña y familiar. Alex pensó para sus adentros que ese escenario de la reina junto con la ardilla servirían para una pintura de lienzo.
Este se cruzo de brazos apoyándose contra un árbol para disfrutar la brisa vespertina que estaba cruzando por esos lares-
—Mmm... —Gruñó al enterarse de la procedencia de la pequeña ardilla. Así que de un incendio había sido rescatada ¿Quién lo habría provocado? Se preguntó ella mientras le acariciaba la cabecita a la pequeña criatura que había dejado de comer para lamerse las patitas y con estass peinarse los bigotes.
—Claro que se apegó a mi, la trato bien. No soy tan salvaje o malvada como parece —Dijo sentida mientras la ardilla finalmente dejaba de acicalarse para correr al hombro de la pelirroja.-
Como la tenia? ni siquiera es mía, solo la rescate de un incendio y le di algo de alimento. Los animales no son el fuerte de los Alquimistas, vivimos una vida muy nómade ~
-Respondió en un tono cuasi molesto notando como la pequeña Karmina parecía disfrutar cada vez mas de la compañía de su madre y de la comida que esta le daba, la imagen de ver a la demonio con su pequeña ardilla-hija era algo tierno de ver para el Maestro de las Artes Arcanas, y muy en sus adentros este se daba cuenta que la mujer tenia talento para ser madre-
—Déjala... mientras me tenga a mi, no necesitará nada de eso—Dijo ella, posesiva y consentidora mientras Karmina devoraba un pedazo de zanahoria cocida.-
—Además, la culpa es tuya por tenerla tan hambreada. Mira nada más. Antes estaba en los huesos —
Soltó ella con reproche. Karmina miraba a ambos como si estuviese bien entendida de aquella discusión que llevaban ambos seres.-
Cuando no pueda saltar o correr será tu culpa Yuki ~
-Giro en un arco sus ojos dejándolos blancos por un momento terminando por ver hacia otro lado, a pesar de su severidad y semblante tranquilo Alex parecía tranquilo al haber dejado a aquel mamífero en buenas manos. La pequeña ardilla parecía mas que feliz con su nueva madre y eso daba una inusitada tranquilidad al Maestro Erudito, quien ahora se encontraba cruzado de brazos mirando todo el evento a pocos metros-
—¿Sabías que los animalitos son sabios en cuanto a su alimentación? —Replicó la pelirroja mientras sostenía el plato con la comida que había preparado para Karmina. La ardilla estaba considerablemente más grande y rellenita, pero aún era ágil y juguetona.
—Ellos saben cuanto pueden comer y cuanto no. Come porque tiene alimento, pero cuando haya escacés, la almacenará para no tener hambre —Lo miró con desaprobación y volvió a sonreir hacia Karmina mientras la mira comer.-
