-Cerrado-

No podía ver a Entei. ¿¡En dónde estaba!? Se sacudió con violencia en contra de su agresor, pero era tan fuerte... La desesperación provocó que su magia explotara y tomase el agua del lago. Un inmenso torbellino se formó dirigiendo su poder ciegamente hacia todos, barriendo con cada ser.
Pero era muy tarde, su cuerpo humano ya no había resistido. Sus pulmones estaban llenos de agua, su cabeza colapsó. Entei... No pudo hacer nada por él.

Sorprendido por las habilidades de su pareja tuvo un rayo de esperanza hasta que se vio hundido entre el agua, una enorme garra se inserto en su garganta primero asfixiandole y después cortando ésta, no había duda eran las garras de oscuridad.
— Elif...~ — Pronunció mientras su pesado cuerpo era hundido en las profundidades oscuras de dicho lago, había sido descuidado, confiado y nuevamente no logró protegerla.

No podía pensar, la cabeza le dolía con todo el estrés acumulado. Venían por ellos, escuchó a esos humanos seguirles el paso a lo lejos, así que contaba con pocos segundos. Había agua ahí, y si tan sólo pudiese recordar cómo... Ella corrió a la orilla del lago, metió los pies en el agua y comenzó.
Una ola creció frente a ella, y sin dudarlo la lanzó hacía esos humanos. Barrió con ellos usando ese poder, pero uno era más rápido que todos, había aparecido tan cerca.
Una mano se cerró en su cabello, había otro cerca de Entei. Con una abismal y rara fuerza fue empujada al lago, su cara hundiéndose mientras ella se sacudía. No era posible...

Elif siempre era tan necia, no quería verla morir de nuevo, estaba agobiado por cada recuerdo y reencarnar de nuevo era un plan que no deseaba. — Necesitamos más tiempo... Más....— La tomó de la mano y ordenó a sus sirvientes que escaparán, así salió junto con ella hacía el enorme lago que bañaba la parte trasera de su enorme mansión. — ¿Cuál es el plan?— Observó el agua y el silencio que aún predominaba en la oscuridad de ese ecosistema, a diferencia de los gritos y el ruido en la parte delantera de la mansión.

Estaba comenzando el primer movimiento de oscuridad. Sabía que no había salida, no con sus poderes apenas despertando, pero lucharía. Ella llevó una mano a la mejilla de Entei y la acarició despacio. — No haré eso. Pero no te preocupes, yo te encontraré de nuevo. — Escuchó los gritos, los golpes en las puertas. Cuando los cristales fueron rotos el tiempo comenzó a correr rápido. — Que los sirvientes salgan, puede que haya fue-... — El olor a humo llegó. Rechinó sus dientes y recordó la muerte anterior, tan parecido. — El lago, ¡Vamos! —

— Increíble— Alabó a su amante al verle hacer esa acción con el agua, definitivamente cada vez estaban más cerca de la verdad, de su libertad pero siempre serían interrumpidos por oscuridad. En ese instante uno de los sirvientes llegó corriendo a la biblioteca para avisarle a su amo que una multitud de campesinos estaban atacando la mansión, Entei frunció el ceño, tomó una de las antorchas y observó a Elif con una mirada taciturna — De nuevo... Por favor ésta vez... De verdad escapa—

En ese momento lo entendió. Los libros habían sido claros, el poder recaía en el alma, y su cuerpo era sólo un recipiente común... Su elemento siempre había estado ahí. Una vez que procesó ese hecho sintió la fuerza llenar su ser despacio, y ahora pudo manipular el agua hasta sacarla del vaso, luego giró en el aire y volvió.
Pero ya era demasiado tarde. Oscuridad ya había hecho su movimiento. Se había dispersado entre los habitantes del pueblo, los cuales hablaban sobre el funeral. Todos criticaban ignorantes las muertes, pero al respirar un oscuro humo su enojo se transformó en ira.
Considerando culpable al señor y a su amante un grupo de campesinos armados ya se abrían paso por la propiedad, deseosos del saqueo y la ilusión de impartir justicia por su propia mano por el fallecido señor de esas tierras.

Su confesión le hizo palidecer de repente y apretujando un poco los libros comento— Para mi tampoco ha sido sexo— Ahora su atención recayó sobre los elementos que ella trajo — Espera... Fíjate en el agua— Elevó una de sus cejas para observar como el agua aún vibraba.

Ella se estremeció, ahora si sonaba como el verdadero Entei. Si no fuese por la urgencia del momento ella habría saltado sobre él. — Estar contigo nunca ha sido solo sexo... — Entonces una idea llegó a su mente. Ella salió de la habitación y volvió con un vaso de agua en una mano y fósforos en otra. Colocó todo sobre la mesa, pero curiosamente el agua aunque ya se habria podido quedar quieta seguía temblando. — Hagamoslo con esto. —