[ Realidad 1: El Príncipe. La deidad Luz y Oscuridad, castigaron a la deidad del fuego otorgándole una humanidad pero no solo eso... La perdida de su memoria. ]
— Vas a verte tan hermosa, no puedo esperar ese día. La ceremonia, el traje que usaras... tu rostro bajo el maquillaje, todo el Reino alabando nuestra unión, la celebración y finalmente— Le tomo de las manos para besárselas una y después la otra — Nuestra primera noche juntos como marido y mujer—
Ella sonrió con un poco de nostalgia. Sabía que la presencia en ese mundo bien podría ser algo pasajero, pero deseó por unos momentos que fuese permanente. ¿Estaría bien el mundo sin ellos...? No pudo decirle la verdad, tan sólo asintió. — No puedo esperar. —
Correspondió a ese tacto, su pesada mano rodeo la ajena con sumo afecto. — Pronto vamos a vestir así juntos, tu, seras mi Emperatriz— Sonrió de lado solo para ella, era algo que nunca hacia.
Caminó alrededor de él admirando todos los complementos de su vestuario. Realmente había quedado espléndido, y no pudo evitar discretamente tomarle una mano y estrechar sus dedos. - Luces como todo un Emperador.
