“Mi suerte no deja de mejorar”, pensó Vanity para sus adentros. Lo último que quería hacer un soleado viernes por la tarde era recorrer el castillo en busca del mismísimo James Potter. Hubo un cambio con las prácticas y dada su historia, Slughorn quería probar la buena fe de Emma encomendándole la tarea de avisarle personalmente.

Adoraba al profesor, pero a veces sus ideas eran peligrosas y no consideraba la posibilidad de que terminara en homicidio. Sin embargo, no tuvo más remedio de acatar y salir en búsqueda del castaño. Búsqueda que parecía infinita, hasta que luego de casi diez minutos divisó a lo lejos una pista con piernas y brazos: ¡Lupin! Ahora si, su presencia podía significar que el fastidioso castaño podía estar cerca o en su defecto saber donde encontrarlo.

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