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SW-User
{ Off: Claro, ¿deseas que inicie yo o tú? }
SW-User
{ Off: Gracias por aceptar, espero tengamos una grata historia de rol en la que podamos compartir. }
User1527853 · 26-30, F
Out: Gracias por el add, espero nos llevemos bien.
Silfide · 36-40, F
Silfide thinks you are Charming.
HatakeKakashi · 31-35, M
OFF.
Espero lo mismo, no ha sido nada ;) y claro si gustas comenzar.
Espero lo mismo, no ha sido nada ;) y claro si gustas comenzar.
[media=http://www.youtube.com/watch?v=VfmdSVazbnM][No tiene nada de qué agradecer n.n Y digame, ¿Cómo está?]
[image removed][Muchas gracias por aceptar mi solicitud de amistad n.n Espero que nos llevemos muy bien]
Silfide · 36-40, F
Out Rol: Me alegro que te quedes definitivamente con Dinah ^.^, yo seguiré como Rogue por un largo tiempo, en ese crossover Rogue y Gipsy se fusionaron en Runaway aunque todavia no sé con quién se habrá fusionado Canario.
Rol On:
[Al escuchar su nombre, la superheroína vaya su vista divisando a Canario Negro. Entonces era ella la dueña de esa cabellera rubia que habia visto unos segundos atrás.]
Oh, Cariño casí me marcho sin tí.
[La mutante desciende del cielo para quedarse enfrente de Canario Negro y extiende su mano para estrecharla con la suya mientras sonríe suavemente.]
Es un honor conocer en persona a la gran luchadora Canario Negro. No te preocupes, Cielito ya verás que vendrán más refuerzos a ayudarnos contra el Dr. Light. Para no perder el tiempo es mejor ir volando de inmediato y puedo llevarte, ¿No sufres de pánico a las alturas, Canario?.
Rol On:
[Al escuchar su nombre, la superheroína vaya su vista divisando a Canario Negro. Entonces era ella la dueña de esa cabellera rubia que habia visto unos segundos atrás.]
Oh, Cariño casí me marcho sin tí.
[La mutante desciende del cielo para quedarse enfrente de Canario Negro y extiende su mano para estrecharla con la suya mientras sonríe suavemente.]
Es un honor conocer en persona a la gran luchadora Canario Negro. No te preocupes, Cielito ya verás que vendrán más refuerzos a ayudarnos contra el Dr. Light. Para no perder el tiempo es mejor ir volando de inmediato y puedo llevarte, ¿No sufres de pánico a las alturas, Canario?.
YuukiKuran · F
Parte II
Washington D.C, Salón de la Justicia, 11 am
El Sol brillante y bochornoso anormalmente. Caminaba una joven de aspecto joven y hermoso: De tez blanco inusitado, lacios cabellos castaño-rojizos y largos al nivel del cuello, su frente y ambas sienes cubiertas por varios mechones de cabellos cortos y largos. Sus ojos, un par de rubíes grandes, brillantes como dos gemas embrujas llenas de misterio, intimidación con dulzura inefable. En su cuello cuelga una piedra verde brillante y extraña de tamaño mediano, difícil de distinguir y en efecto, una piedra extraterrestre, tal piedra atada a una cadena de ónix puro y se amarra en la nuca por la misma piedra verde; en sus orejas, guindan dos aretes de la misma piedra solo que en muchos pedacitos bastante grandes. Su delgado y esbelto cuerpo ataviado a un atuendo sencillo pero fino: un vestido sin mangas color topacio de cuello redondo con encaje de citrino oscuro y del mismo color y material se extiende horizontalmente una cinta debajo del busto, la prenda se amplía hasta la mitad de los muslos de sus piernas y en el borde encajes, igualmente, de citrino oscuro. La mitad de su espalda y ambos brazos se encuentran cubiertos por un fino bolero del mismo color que el vestido y los bordes de las mangas adornados con encajes, igual al vestido, de citrino oscuro. Calza botas café de cuero puro y medias altas color negras que cubren sus piernas, las rodillas y la mitad de los muslos. Como ya se había dicho, al parecer esta mujer proviene de otro mundo o de recónditos territorios, su atuendo muy peculiar para un medio día acalorado, pero aun más extraño, en su mano derecha sostenía una sombrilla de estilo victoriano de color beige con bordes dorados y el mango de plata, tal objeto para resguardarla del abrumador y ardiente Sol.
Acercándose a un gran campo abierto, con su agudizado oído, escuchó que llamaban a una joven: – ¡Señorita! ¡Señorita! – También las carcajadas de los niños, la gente hablando, etc. Continuó caminando hasta detenerse al frente del Salón de la Justicia y contemplarlo con una mirada maravillada como si nunca hubiese visto estructuras como las de ese lugar. Ensimismada en el panorama el cual le interrumpió una mano al invadir su espacio personal tocándole su hombro y una voz: – ¡Señorita! – Ella se volteó para observar a la persona que la tocó, en le momento que removió su cabeza sonó el flash de una camara. Simplemente un adolescente de aspecto sumamente apuesto de cabello negro con anteojos oscuros, vestido con uniforme y en sus manos un teléfono celular sofisticado con cual tomó una foto. La joven parpadeo seguidamente y atrás del joven, se acercó una chica de cabello rojo y tomó del cuello al chico con un brazo y con el otro le agarró el celular y dice:
– Discúlpelo Señorita, él es muy interactivo. – Comentó la pelirroja con vergüenza ajena.
– Descuide, solo me sorprendí. – Comentó la joven forastera. Los jóvenes se retiraron y la muchacha continuó observando el majestuoso sitio mientras escuchaba a los jóvenes:
– Déjame Bárbara. – Comentó el chicho. –
– Cállate Dick, ¿Qué no cocones la vergüenza? –
– Lo siento, pero una belleza como la de esa chica no se me podía pasar, es muy hermosa y poco peculiar con esos ojos rojos… –
– Disculpen… – Interrumpió la joven forastera. – ¿Ese es el Salón de la Justicia? – Los jóvenes se sorprendieron que ella les preguntara tal obviedad con las grandes letras en el lugar: “Hall Of Justice”. – Disculpen, me es sumamente difícil leer el ingles. –
– Oh… Eres extranjera ¿De que donde eres? – Preguntó el chico y al término de la interrogante, la chica lo codeó.
– Eh… De Japón. –
– Sorprendente. – Comentó emocionado.
– ¿Busca un lugar en especifico? – Preguntó la mujer pellirroja, disimulando su mirada en las joyas de la turista.
– Si, me dijeron que es el lugar turístico más extraordinario del país. –
– Por supuesto, pero no es un museo, es decir, no es para turistas. – Dijo la chica.
– Pero el pasillo principal si puede ser visitado por los turistas. – Dijo el chico.
– Eso estaría bien… – Comentó la joven emocionada.
– Pero por ser nosotros, podemos darte un tur por todo el Salón de la Justicia. – Le interrumpió el chico y su amiga, nuevamente, lo codeó.
– Oh… ¿Eso es posible? – Preguntó interesada la joven.
– ¡Claro! – Dijo la chica. – Soy Bárbara Gordon y él es Dick Grayson. –
– Mucho gusto. Yuuki Kuran. –
– ¡Hasta el nombre tienes lindo! – Dijo Dick.
– Gracias. –
Ambos chicos llevaran a la joven extranjera a dar un paseo por todo el Salón de la Justicia mientras no muy lejos, acontecían eventos extraños donde involucraba villanos y héroes, como dicen en este mundo completamente nuevo para la joven, quien desconoce en los problemas en que se está introduciendo por su ignorancia en el “nuevo mundo”.
Washington D.C, Salón de la Justicia, 11 am
El Sol brillante y bochornoso anormalmente. Caminaba una joven de aspecto joven y hermoso: De tez blanco inusitado, lacios cabellos castaño-rojizos y largos al nivel del cuello, su frente y ambas sienes cubiertas por varios mechones de cabellos cortos y largos. Sus ojos, un par de rubíes grandes, brillantes como dos gemas embrujas llenas de misterio, intimidación con dulzura inefable. En su cuello cuelga una piedra verde brillante y extraña de tamaño mediano, difícil de distinguir y en efecto, una piedra extraterrestre, tal piedra atada a una cadena de ónix puro y se amarra en la nuca por la misma piedra verde; en sus orejas, guindan dos aretes de la misma piedra solo que en muchos pedacitos bastante grandes. Su delgado y esbelto cuerpo ataviado a un atuendo sencillo pero fino: un vestido sin mangas color topacio de cuello redondo con encaje de citrino oscuro y del mismo color y material se extiende horizontalmente una cinta debajo del busto, la prenda se amplía hasta la mitad de los muslos de sus piernas y en el borde encajes, igualmente, de citrino oscuro. La mitad de su espalda y ambos brazos se encuentran cubiertos por un fino bolero del mismo color que el vestido y los bordes de las mangas adornados con encajes, igual al vestido, de citrino oscuro. Calza botas café de cuero puro y medias altas color negras que cubren sus piernas, las rodillas y la mitad de los muslos. Como ya se había dicho, al parecer esta mujer proviene de otro mundo o de recónditos territorios, su atuendo muy peculiar para un medio día acalorado, pero aun más extraño, en su mano derecha sostenía una sombrilla de estilo victoriano de color beige con bordes dorados y el mango de plata, tal objeto para resguardarla del abrumador y ardiente Sol.
Acercándose a un gran campo abierto, con su agudizado oído, escuchó que llamaban a una joven: – ¡Señorita! ¡Señorita! – También las carcajadas de los niños, la gente hablando, etc. Continuó caminando hasta detenerse al frente del Salón de la Justicia y contemplarlo con una mirada maravillada como si nunca hubiese visto estructuras como las de ese lugar. Ensimismada en el panorama el cual le interrumpió una mano al invadir su espacio personal tocándole su hombro y una voz: – ¡Señorita! – Ella se volteó para observar a la persona que la tocó, en le momento que removió su cabeza sonó el flash de una camara. Simplemente un adolescente de aspecto sumamente apuesto de cabello negro con anteojos oscuros, vestido con uniforme y en sus manos un teléfono celular sofisticado con cual tomó una foto. La joven parpadeo seguidamente y atrás del joven, se acercó una chica de cabello rojo y tomó del cuello al chico con un brazo y con el otro le agarró el celular y dice:
– Discúlpelo Señorita, él es muy interactivo. – Comentó la pelirroja con vergüenza ajena.
– Descuide, solo me sorprendí. – Comentó la joven forastera. Los jóvenes se retiraron y la muchacha continuó observando el majestuoso sitio mientras escuchaba a los jóvenes:
– Déjame Bárbara. – Comentó el chicho. –
– Cállate Dick, ¿Qué no cocones la vergüenza? –
– Lo siento, pero una belleza como la de esa chica no se me podía pasar, es muy hermosa y poco peculiar con esos ojos rojos… –
– Disculpen… – Interrumpió la joven forastera. – ¿Ese es el Salón de la Justicia? – Los jóvenes se sorprendieron que ella les preguntara tal obviedad con las grandes letras en el lugar: “Hall Of Justice”. – Disculpen, me es sumamente difícil leer el ingles. –
– Oh… Eres extranjera ¿De que donde eres? – Preguntó el chico y al término de la interrogante, la chica lo codeó.
– Eh… De Japón. –
– Sorprendente. – Comentó emocionado.
– ¿Busca un lugar en especifico? – Preguntó la mujer pellirroja, disimulando su mirada en las joyas de la turista.
– Si, me dijeron que es el lugar turístico más extraordinario del país. –
– Por supuesto, pero no es un museo, es decir, no es para turistas. – Dijo la chica.
– Pero el pasillo principal si puede ser visitado por los turistas. – Dijo el chico.
– Eso estaría bien… – Comentó la joven emocionada.
– Pero por ser nosotros, podemos darte un tur por todo el Salón de la Justicia. – Le interrumpió el chico y su amiga, nuevamente, lo codeó.
– Oh… ¿Eso es posible? – Preguntó interesada la joven.
– ¡Claro! – Dijo la chica. – Soy Bárbara Gordon y él es Dick Grayson. –
– Mucho gusto. Yuuki Kuran. –
– ¡Hasta el nombre tienes lindo! – Dijo Dick.
– Gracias. –
Ambos chicos llevaran a la joven extranjera a dar un paseo por todo el Salón de la Justicia mientras no muy lejos, acontecían eventos extraños donde involucraba villanos y héroes, como dicen en este mundo completamente nuevo para la joven, quien desconoce en los problemas en que se está introduciendo por su ignorancia en el “nuevo mundo”.
YuukiKuran · F
Parte I
(Rol Mode Off: Disculpe la demora y también el extenderme tanto, me inspire mucho ya que amo el comic y me vi obligada a partir mi comentario en dos, espero que no sea de su desagrado mi turno tan largo.)
Ciudad Gótica, 10 pm
Suspenso, sonidos oriundos por cada lar, neblina y oscuridad navegando por casa rincón de la ciudad más sospechosa del país, llamada “La ciudad del murciélago”. La Luna no se asomaba por lugar alguno ya que las nubes grises y espesas yacían en los cielos por doquier, ocultando la perla nocturna. Bajo este panorama en el sector de las casas y residenciales, el escenario se centra en una casa común y corriente, donde en una de las ventanas se asoma una mujer de edad avanzada y observa hacia afuera: la callea, los carros, etc. como si estuviese vigilando. Dentro de la casa, la anciana apagó la luz y subió las escaleras para ir a dormir. Debajo la casa hay un subterráneo donde se encontraba un gran laboratorio sin interruptores de luz, sin embargo, objetos o ciertos lados del extenso laboratorio iluminaban tenuemente y con esa escasa luz se podían apreciar dos seres conversando: Uno con fisionomía masculina: En su cabeza parece que tiene puesto un casco, su atuendo parece un traje con un circulo en el pecho que brilla, con capa y unos guantes gruesos que parecen una armadura en los brazos. El otro se encuentra sentado en la silla principal del laboratorio con las piernas cruzadas, una sobre la otra, solo que este tiene forma femenina: Una mujer de cabellos cortos y sus orbes, grandes orbes grandes, brillantes y destellantes en tal oscuridad con mirada intimidante; ataviada a un vestido y parece ser un atuendo fino y botas de tacón alto. Ambos seres se les desconoce sus colores y hablaban tranquilamente:
– Señorita, ¿Qué le parece mi mundo? –
– Superhéroes, villanos, gente con gran variedad de poderes… Ligas de héroes… Sectas de villanos… En mi larga vida nunca imaginé algo así…
– Usted pensaba que solo existen los hombres-vampiros con variedad de poderes, es entendible. – Interrumpió el hombre a la mujer.
– ¿Hombres-vampiros? ¿Así le dicen en su mundo? –
– Nadie sabe que los vampiros existen, incluso, conocerla me es un poco difícil de creer. –
– Bueno, me voy adaptando poco a poco, pero Señor Arthur, ¿Por qué escogió esta ciudad para vernos? –
– Es el último lugar donde me pueden encontrar mis perseguidores. –
– ¿Quienes? –
– La Liga de la Justicia, los superhéroes. –
– ¿Entonces usted es un villano? –
– Jejeje… Mi bella dama, no me considero así. –
– Espero que no se encuentre en problemas por mi culpa. –
– Para nada bella señorita. – El hombre hablaba con una gran sonrisa maniática en los labios.
– Yo no comprendo absolutamente nada de su mundo y estoy decidida a no inculcarme, solo espero que tenga preparado y finalizado nuestro acuerdo… Por su bien. –
– Por supuesto Joven Princesa. Yo le avisaré y escogeré el sitio para reunirnos… Oh… Lo olvidaba. Espero que esa llave en su cuello no sea muy importante. –
– ¿Por qué? –
– Lleve siempre consigo este juego de joyas, es muy caro y no se lo desprenda jamás que espantará algunas cucarachas. –
Sin cuestionar, la joven recibió una caja de plomo y se levantó con delicadeza del asiento, el hombre de sus manos creó electricidad e iluminó lo suficiente para que la muchacha tomase el ascensor, el cual subió y dio a la sala de la casa, salió de la misma, caminó al lado de la calle por la acera y se fue acercando a la esquina y al pasar por la punta de la cuadra, desapareció sin ser percibida por ningún ser.
(Rol Mode Off: Disculpe la demora y también el extenderme tanto, me inspire mucho ya que amo el comic y me vi obligada a partir mi comentario en dos, espero que no sea de su desagrado mi turno tan largo.)
Ciudad Gótica, 10 pm
Suspenso, sonidos oriundos por cada lar, neblina y oscuridad navegando por casa rincón de la ciudad más sospechosa del país, llamada “La ciudad del murciélago”. La Luna no se asomaba por lugar alguno ya que las nubes grises y espesas yacían en los cielos por doquier, ocultando la perla nocturna. Bajo este panorama en el sector de las casas y residenciales, el escenario se centra en una casa común y corriente, donde en una de las ventanas se asoma una mujer de edad avanzada y observa hacia afuera: la callea, los carros, etc. como si estuviese vigilando. Dentro de la casa, la anciana apagó la luz y subió las escaleras para ir a dormir. Debajo la casa hay un subterráneo donde se encontraba un gran laboratorio sin interruptores de luz, sin embargo, objetos o ciertos lados del extenso laboratorio iluminaban tenuemente y con esa escasa luz se podían apreciar dos seres conversando: Uno con fisionomía masculina: En su cabeza parece que tiene puesto un casco, su atuendo parece un traje con un circulo en el pecho que brilla, con capa y unos guantes gruesos que parecen una armadura en los brazos. El otro se encuentra sentado en la silla principal del laboratorio con las piernas cruzadas, una sobre la otra, solo que este tiene forma femenina: Una mujer de cabellos cortos y sus orbes, grandes orbes grandes, brillantes y destellantes en tal oscuridad con mirada intimidante; ataviada a un vestido y parece ser un atuendo fino y botas de tacón alto. Ambos seres se les desconoce sus colores y hablaban tranquilamente:
– Señorita, ¿Qué le parece mi mundo? –
– Superhéroes, villanos, gente con gran variedad de poderes… Ligas de héroes… Sectas de villanos… En mi larga vida nunca imaginé algo así…
– Usted pensaba que solo existen los hombres-vampiros con variedad de poderes, es entendible. – Interrumpió el hombre a la mujer.
– ¿Hombres-vampiros? ¿Así le dicen en su mundo? –
– Nadie sabe que los vampiros existen, incluso, conocerla me es un poco difícil de creer. –
– Bueno, me voy adaptando poco a poco, pero Señor Arthur, ¿Por qué escogió esta ciudad para vernos? –
– Es el último lugar donde me pueden encontrar mis perseguidores. –
– ¿Quienes? –
– La Liga de la Justicia, los superhéroes. –
– ¿Entonces usted es un villano? –
– Jejeje… Mi bella dama, no me considero así. –
– Espero que no se encuentre en problemas por mi culpa. –
– Para nada bella señorita. – El hombre hablaba con una gran sonrisa maniática en los labios.
– Yo no comprendo absolutamente nada de su mundo y estoy decidida a no inculcarme, solo espero que tenga preparado y finalizado nuestro acuerdo… Por su bien. –
– Por supuesto Joven Princesa. Yo le avisaré y escogeré el sitio para reunirnos… Oh… Lo olvidaba. Espero que esa llave en su cuello no sea muy importante. –
– ¿Por qué? –
– Lleve siempre consigo este juego de joyas, es muy caro y no se lo desprenda jamás que espantará algunas cucarachas. –
Sin cuestionar, la joven recibió una caja de plomo y se levantó con delicadeza del asiento, el hombre de sus manos creó electricidad e iluminó lo suficiente para que la muchacha tomase el ascensor, el cual subió y dio a la sala de la casa, salió de la misma, caminó al lado de la calle por la acera y se fue acercando a la esquina y al pasar por la punta de la cuadra, desapareció sin ser percibida por ningún ser.
1-10 of 231