Cerró los párpados en un gesto genuino de agradecimiento para luego ser sorprendida por esa dulce atención, no evitó que sus mejillas se encendieran un poco más de lo que ya estaba, el sentirse como una chiquilla enamorada era imposible con ese Italiano siento tan dulce con ella. —... Ah — Mencionó al abrir sus labios, por un instante iba a apelar sobre ese acto; que no era una menor de edad pero hacía mucho tiempo no era atendida de esa forma. Así aceptó esa atención bebiendo de aquel fervor de culinaria.

[code]—Una molestia es algo que no quieres hacer, en este caso, es algo que deseo— Aclaro sin ser muy tardío en eso, camino hasta donde se encontraba acostada la mujer y con delicadeza le acerco una cucharada de la sopa en la boca.

—Abre— A Caesar le gustaba mucho estar con ella, apoyarla en todo momento, incluso en momentos como ese. Poco le importaba que Elizabeth mostrará debilidad, al final del día, él la amaba en totalidad, con su fuerza y su debilidad, misma que quedaba un tanto marcada por la situación de ahora con esa enfermedad.
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Cuánta docilidad se notaba en la guerrera del Hamon, quién ahí recostada prefería aislarse antes de verse expuesta a verse débil. Sin embargo no pudo evadir a su amado, quién notó su malestar y sin embargo ella le mencionó que no era necesario que se preocupará. Sin embargo en medio de esos sueños cortados por recuerdos y la febrilidad fueron interrumpidos por las palabras de Caesar.

—... No debías molestarte...— Le regreso la mirada; a pesar de mostrar una palidez propia de su malestar seguía siendo hermosa y acomodándose entre las sábanas sentada, fue agradecida con una débil sonrisa.

[code]— Prepare esto para ti — Corta el silencio que habita en la habitación para poder llamar la atención de Lisa, en las manos el rubio carga con una charola con un plato hondo y humeante. Preparo sopa para ella, quizá la cocina distaba de ser una de sus principales habilidades, pero por su adorada mujer iba a hacer un esfuerzo. [/code]