No existía cambio de parecer, ya no había vuelta de hoja; Elizabeth estaba completamente enamorada de aquel Italiano. Así por primera vez en años cayó bajo el hechizo del amor y no porque el rubio hubiera impuesto en ella alguna de sus típicas hazañas, era porque el corazón de ambos se encendía por la presencia y la sola existencia de los dos cuando estaban juntos. — ¿Hasta cuándo?— Posó delicadamente sus dedos sobre los fuertes hombros del Zeppeli.
[code]— Entonces estemos juntos, Elizabeth. . .— Sintió la calidez de la mano de la castaña, una vez que tuvo sus dedos tomados la halo con suavidad y la recibió con un abrazo por la cintura. [/code]
Lo observó en detalle, su gesto habló por él y no tenía que cuestionarle más para averiguarlo. Así deslizó su diestra para tomar la mano del Italiano, una acción silenciosa que demostraba su gran cariño hacia él.
— Mi deseo ahora es permanecer contigo, no apostaba a enamorarme de nuevo pero tú lo lograste....—
[code]—Nada. . .— Respondió, no fue algo cortante u hostil, no tenía que serlo, pero ahora que estaba en una relación con Elizabeth, no le gustaba tanto saber acerca de esos detalles, principalmente aquellos un tanto íntimos. De cierto modo Caesar tenía temor de que esos fantasmas del pasado le arrebataran a esa mujer. [/code]
— ¿Caesar?— Elevó una de sus cejas, notó una actitud tosca en él justo después de que le mencionó algo sobre su pasado: "Usaba éste camisón al dormir antes de quedar encinta". ¿Que se imaginaria el Zeppeli?.
