De vez en cuando los elementos se reunían para discutir los sucesos en el mundo actual. Sin embargo, a ella solían aburrirle esas reuniones. Estaba segura que los otros elementos hablarían sin parar, muy involucrados en el tema, pero ella no tenía más opción que llevar con ella "herramientas" para no dormirse. Llevó a la sala de juntas una bolsa con whisky, golosinas y papitas. Las colocó frente a ella y se sirvió un vaso del licor en él, luego creó en su puño un par de cubitos que añadió al recipiente. Era como si ella en lugar de ir a una junta iba a una fiesta, sólo quedaba esperarlos.
— ¡Ay! Pero qué café tan amargo han tomado ustedes ¡Anímense! No es que me guste andar rodeado de teturrias bailarinas, pero vaya que se divierten, ¿Porqué no aprendemos de ellos? — Dijo de las bailarinas y bailarinas exóticas que parecían divertirse bastante, así mismo abrió sus brazos de modo extravagante, trayendo consigo el brillo del cielo, y la frescura de la brisa al tiempo que sonreía con amplitud mostrando perlados dientes con pasos silentes y entrenados para añadir. — Pero si no les gusta ese tipo de diversión ¡A embriagarse se ha dicho! Estos salones se ponen algo callados sólo con nosotros.
No supo en qué momento había un montón de humanas encueradas bailando a su alrededor, Entei nunca había tenido un genuino interés por una humana y esto lo exteriorizo con su actitud "Edgy" muy de él, era la deidad del fuego pero su lado apasionado parecía jamás encenderse. — Horus... Creo que aquí nadie en su vida sabe o a usado un calzón— También lo dijo por sí mismo, su hombria era mágicamente cubierta por una peligrosa llamarada, prendas de mujeres caían sobre su rostro,hombros y pies pero no sé inmutaba. Le hizo señales a su compadre de que quería licor y algo de tabaco, era lo único terrano que a él de verdad le causó fascinación.
Estaba dando un profundo trago a la bebida cuando entró Horus, y lo miró sin impresionarse. Pero apenas entró la variedad de bailarines abrió la boca impactada... Mujeres, muchas de ellas. Horus, ese traidor. Era demasiada competencia ante ella para su amado Entei. Quería gritar, inundarlas y sacarlas de allí, pero tantos regaños por el exceso de agua la hicieron respirar profundo. Hizo como que no vió, aunque mantenía un ojo en Entei y otro en su bebida, como si no estuviese poniéndole atención. — ¡Hmph! —
— ¡Jajajajá! ¡Cuiden sus pantys porque el Dios de los Cielos ha llegado! — Aquello dicho con tanta ironía porque nunca en la vida les había visto usar semejante cosa, sin embargo notándose el sarcasmo en su sonrisa, fue el último en llegar pero claro, "fashionably late", como dicen por ahí. El hombre de dorada piel y desperdigando una brillante y cálida luz del mismo tono se acercó notándose lleno de alhajas y joya, abriendo sus brazos para así alar su rostro y decir.
—¡Traje el vino y el entretenimiento!— Y entonces detrás de él comenzaron a entrar varias bailarinas y bailarines vestidos en telas exóticas, diciendo con malicia. — Pero puedo enviarlos de vuelta si es demasiada gente para su gusto. —
El aroma del licor y las golosinas me guío hasta aquí ~ ¿Acaso festejamos algo? ¿Por fin sabes cómo hacer llover en el desierto? ¿O cómo evitar las inundaciones cuando te enojas?
¡Cuánta puntualidad! Era una descripción para la deidad del fuego, escucho sobre esa reunión y bien sabía que todos iban a reunirse ahí. Hizo su aparición observando el recinto vagamente hasta notar a cierta deidad azulada que tenía con que divertirse entre las manos. —...¿Fiesta?—
