[...] Se levantó de su asiento y se encaminó hacia la puerta, tras abrirla y ver hacia abajo, se encontró con la cena que le había dejado el otro, era obvio que había apagado su celular, por lo que ni se enteró de su cela, solo pasó por arriba y buscó con la mirada al niño hasta que dio con él. Lo notó muy distraído en sus juegos, pero aún así se sentó a su lado para disponerse a comer la cena frente suyo. Asumió que aún no le había visto así que su mirada se fijó en él, a la espera del sobre salto.
[...] pensamientos que a pesar de haberlos tratado en su terapia, aún seguían vigentes para atormentarlo, no con bastante frecuencia como era lo habitual, pero si algunos vagos recuerdos dolorosos, de culpa y miedo venían a su mente. No estaba realmente concentrado en ese momento, buscaba la forma de apaciguar esos pensamientos agonizantes dentro de su escrito pero era imposible, ¿Cómo podría escribir un final de amor si su cabeza constantemente caía en depresión? Recargó su espalda en el respaldo de su silla de escritorio, la cual rechinó unos instantes y suspiró totalmente pesado. Estaba a punto de encender un cigarro cuando fue que escuchó la voz de Shuichi deseándole suerte en su entrega. Sus párpados se cerraron y un suave esbozo se manifestó en sus labios. Aquello realmente lo confortaba y le daba los alientos para seguir escribiendo, pero decidió no hacerlo, al menos no ahora. [...]
Desde ya hacía tiempo su vida había cambiado totalmente luego de conocer a ese fastidiado mocoso quien solo se entrometía más y más en su vida; sin darse cuenta ambos terminaron en caer en una seudo-relación amorosa, o al menos eso es lo que se veía a simple vista. Eiri, quien vivía enfocado en su trabajo como escritor, día tras días, padecía de la presencia de su nuevo compañero de piso, en los momentos más culmines de sus novelas. Una cotorra viviente se lo podría definir con las palabras exactas. Eso totalmente con el paso de los días fue fastidiando al rubio, tal fue así que tuvo que poner reglas en la casa para no asesinar al muchacho enamoradizo. Como era de rutina, todos los meses debía de terminar sus proyectos y entregarlos a la editorial, por lo que su nivel de concentración debía ser total en su computadora y su novela; pero esa noche había algo que lo incomodaba, no era la presencia del chico, sino sus [...]
de mes lo que significaba que Yuki estaba a finales de esa etapa. Silencioso llego a la casa de Yuki en la cual ya se encontraba cómodamente instalado, traía comida de un restaurante nuevo que combinaba la comida China, Tailandesa, India y Japonesa, parecía un lugar divertido así que Shuichi llego con la cena, con cuidado dejo la parte de Yuki detrás de la puerta y envió un mensaje indicándole que su comida estaba detrás de la puerta. No quería molestarlo así que se dispuso a ponerse los audífonos y ponerse a jugar videojuegos de manera irresponsable, aun no terminaba con las canciones para su disco pero estaba muy obsesionado con un juego nuevo así que se la paso jugando en silencio mientras comía a su vez para no molestar a su amante. Yuki, suerte en la entrega de mañana.
Habían pasado exactamente tres meses desde que Shuichi había ido por Yuki a los Estados Unidos, desde aquel entonces ya habían pasado muchísimas cosas juntos, peleas, reconciliaciones y cada vez su relación se hacía más fuerte, Shuichi había madurado un poco, aceptaba con orgullo el hecho de que ahora Yuki escribía las canciones para Nittle Grasper y cada vez que estos sacaban un nuevo disco le suplicaba a Yuki autografiárselos al igual que a Ryuichi Sakuma y aunque actualmente no se sentía tan competente para ser el rival de Ryuichi, Shuichi seguía esforzándose al máximo. Con el tiempo había aprendido a liderar con el mal genio de Yuki y de igual modo había aprendido a ser más paciente y no presionar demasiado, después de todo tenía toda la vida para conocerse poco a poco. Shuichi sabía que Yuki tenía un proceso para escribir y que cuando se encontraba en las fechas finales lo mejor era no molestarlo si no quería recibir una patada para echarlo de casa. Estaban a finales
