Hizo trampa, ¿de qué otra forma lo podía explicar? Crow solo centró su mirada en ella y utilizó su capacidad para reducir la percepción propia del tiempo en el entorno. Eso le daría a su mente y sentidos, una ventana lo suficientemente larga como para calcular el momento perfecto para acercar los palillos con un el pedacito de panqué.

Esperó al final de la frase ajena para hacer su jugada: Acercar los palillos a la boca ajena en un movimiento invasivo y apenas perceptible en el ojo, velocidad que también usaría para recoger el brazo luego del silencioso y preciso ataque. Sí, era muy probable de que ella pudiese prevenir, adelantarse y evadir; Y fue esa misma conclusión lo que disparó aún más su curiosidad de saber que pasaba.

─ No seas quejumbrosa. Créeme, puedo reconocer esa actitud a kilómetros de distancia ─principalmente porque él era igual de caprichoso y orgulloso.

─ ¿Por qué un pato no? ─no creía que eso fuese algo al azar. ¿Los patos le recordarán a alguien más?