─ Vale. Lo primero es preparar la mezcla ─se hizo a un lado, caminando hacia el otro lado de la mesa a fin de cambiar lugares─. Mezcla un huevo. Harina. Aceite. Un poquito de sal. Leche.
No le dijo las medidas por mera maldad. Aunque también pensaba que cada persona debía conectar con su "don secreto de cocinero". Una forma extravagante de decir que cada uno puede saber que materiales necesita y en que cantidad, a fin de lograr lo que quiere.
Recuerda que es una mezcla espesa, como cemento ─ no se le ocurrió con que más compararlo.
Hizo trampa, ¿de qué otra forma lo podía explicar? Crow solo centró su mirada en ella y utilizó su capacidad para reducir la percepción propia del tiempo en el entorno. Eso le daría a su mente y sentidos, una ventana lo suficientemente larga como para calcular el momento perfecto para acercar los palillos con un el pedacito de panqué.
Esperó al final de la frase ajena para hacer su jugada: Acercar los palillos a la boca ajena en un movimiento invasivo y apenas perceptible en el ojo, velocidad que también usaría para recoger el brazo luego del silencioso y preciso ataque. Sí, era muy probable de que ella pudiese prevenir, adelantarse y evadir; Y fue esa misma conclusión lo que disparó aún más su curiosidad de saber que pasaba.
─ No seas quejumbrosa. Créeme, puedo reconocer esa actitud a kilómetros de distancia ─principalmente porque él era igual de caprichoso y orgulloso.
─ ¿Por qué un pato no? ─no creía que eso fuese algo al azar. ¿Los patos le recordarán a alguien más?
Qué ganas tenía de hundirle el rostro en aquella parrilla caliente, pero sólo se mantuvo con una expresión aburrida con su mejilla nuevamente descansando sobre su antebrazo mientras lo miraba a punto de llevarse el panqué a la boca, aunque por alguna razón se detuvo y el silencio reinó durante pocos segundos. Esa risa, ese comentario; sí, lo iba ahorcar cuando fuese posible.
Frunció ligeramente la nariz, limitándose a observarle con cierta indignación. No esperó realmente que se acercase a mostrarle un pedazo del panqué, que si no fuese tan orgullosa hubiese aceptado en ese mismo instante. Sin embargo, sólo chasqueó la boca y se reincorporó de su postura. — No es necesario, no me gustan las sobras. — Añadió, pensando en qué otro animal podría formar ahí mismo, aunque no era muy buena haciendo figuras o cocinando del todo. — Supongo que podría hacer el que sea, excepto un pato.
─ Por su puesto, ¿qué otra razón habría de tener para cocinar junto a ti? ─ tomó los palillos, cortó un pedacito del mapache con ellos, lo sujetó con cuidado, lo sumergió en salsa dulce y se lo llevó a los labios. Pero interrumpió el movimiento a fin de inflar las mejillas y hacer como que se aguantaba una risa espontanea; aunque todo fue planeado.
─ Espera. ¿pensabas que te iba a dar? que boba ─ se comió el pedacito y sonrió cerrando los ojos─ Qué rico! Lo que te estás perdiendo, así es.
Cortó otro pedacito, lo sumergió en la misma salsa y se lo acercó.
─Vale, prueba para que luego no andes de amargada. Y sí, ¿que animal piensas hacer entonces?
— ... ¿Entonces me tuviste aquí viendo como cocinabas un panqueque para ti? — Frunció ligeramente el ceño tras recobrar la postura, además también tenía que pensar en qué animal hacer. No tenía demasiadas opciones, ¿una nutria quizá?, negó despacio con la cabeza para aclarar su mente.
— Claro que quería probar, ese mapache debe ser delicioso bañado en miel incluso siendo algo deforme.
─ Panquepache. Sí ─ asintió más que feliz cuando ella pudo pronunciarlo bien. Crow solía salir con esa clase de cosas en sus tiempos libres. El negocio requiere aprovechar los momentos de ocio a fin de evitar caer en la locura.
Él solo la miró, el gesto de asombro le llamó la atención pero no hizo comentario alguno de ello.
─ Pues, nunca. Por qué este es mio. Tú debes aprender a hacer el propio, puedes ponerle otro nombre y otro animal si quieres.
El panqueque ya estaba listo. Así que dejó los palillos en un vasito de madera lleno con agua, tomó la espátula y alzó su creación con un único movimiento grácil mientras que con la otra mano acercaba el plato donde lo dejaría. La mesa, tipo parilla coreana, tenía la plancha incorporada al centro del mueble, así que solo bastó con deslizar el plato hacia las barras donde podías comer.
Golpeó varias veces el índice sobre la barra de madera intentando grabarse bien el nombre de aquella combinación. Observaba el movimiento de los palillos, debía ser un poco complicado pero satisfactorio darle la forma que venía en su cabeza. Aunque pudiese verse algo ''chueco'', ahora tenía un rostro adorable y regordete sin mencionar los bigotes que le agregó.
[code]— Creo que me gustaría escuchar ambas. —[/code] Murmuró , quedando atenta a su explicación fascinada por lo suave que lucía el panqueque apesar de su cómica forma. Tenía razón en parte, aunque las cosas no salían tal cual estaba estípulado, en ocasiones adaptarse a ello no era del todo malo.
[code]— Bueno, no se ve del todo mal. Ahora tomó más forma, como un mapache pasado de kilos. Pero luce adorable. —[/code] Aseguró tras asentir. [code]— ¿Podré probarlo pronto?[/code]
─ Panquepache. Pan. Que. Pa. Che ─ sonrió sin dejar de ver su "creación".
Crow intentaba reacomodar el rostro al hacer presión con los palillos en puntos específicos. Al comienzo fue fácil, pero cada segundo malgastado en corregir detalles demasiado rebuscados le dio tiempo a la masa de volverse sólida.
El mapache seguía deforme, pero ahora era más como que se metió un montón de; lo que sea que coman los mapaches, en una mejilla inflada.
─ ¿Quieres la respuesta de maestro o la respuesta literal? ─ la miró, sonrió y volvió la vista al Panquepache.
» La del maestro es decir algo así como: Pues, a veces las cosas no salen como lo planeamos. Pero es parte de vivir el adaptarse a lo que conseguimos. Cosechar lo que se siembra es un dicho anticuado; anticuado porque no considera otras variables que pueden estar a tu favor o en tu contra. Esa es la razón por la que importa tanto el criterio.
» La literal es que no se me dio bien la mezcla ─ rió suave y pausado─. Toma la que
[code]— Panquequepache, papache, panqu... ¿Cómo era que se pronunciaba? — [/code] Permanecía con la mejilla hundida en su brazo mientras observaba todo el procedimiento, su boca se hacía agua por el olor que desprendía el panqueque. No se había fijado en la figura del animal, pero tan pronto la volteó sobre la plancha analizó tanto los pequeños pies torcidos como el rostro deformado por los colores y la forma.
[code]— Sí, tengo otra pregunta. — [/code]Pausó, señalando con el índice el postre. [code]— ¿Por qué está deforme?[/code]
─ Y así es como se hace un panquepache. Un panqueque con forma de mapache.
Alzó los palillos una vez dio vuelta la plantilla sobre la plancha caliente. Los colores quedaron bien, pero su rostro se derritió hacia un lado. Era como si estuviese babeando luego de haber sufrido parálisis facial.
