E1536511 is using SimilarWorlds.
Join SimilarWorlds today »
About Me
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
[code]«Desde que salí de mi pequeño poblado, el noreste del reino de Kilamrad, las cosas han marchado bastante bien; no tengo problemas económicos, porque no tengo dinero, no tengo problemas con los bandidos porque soy un esclavo de ellos prácticamente. La vida no podría ser mejor»

El hombre iba maniatado de las manos, sobre un carruaje sin techado junto a otras personas vestidas con arapos. Podía observar en el rostro de las personas el sufrimiento y la resignación. Los humanos iban con él, 8 personas en total y un cadáver al fondo del vagón; el pobre no había aguantado la semana sin comer.

«No tengo idea de a dónde vamos, pero según dijo el que está a mi lado derecho, que estaremos cruzando por el reino de Trishkna, donde suelen comprar a un buen precio los elfos, sobre todo las mujeres. Aunque a decir verdad, creo que nunca he visto a un elfo. Se supone que vienen en el último carruaje. Posiblemente no nos permitan entrar a la ciudad... Tengo hambre»

Los carruajes de esclavos se detuvieron en las afueras de la enorme puerta que separaba el valle de la ciudad amurallada, mientras que solo el último carruaje se dirigía a la puerta de la ciudad. Los guardias en la puerta inspeccionaron el carruaje, cuando de sorpresa, una flecha atravesó el cráneo de uno de los guardias. De los arbustos atrás de los carros salieron otros bandidos, quienes arremetieron en contra de los contrabandistas que llevaban los cargamentos de esclavos con el afán de robarse la mercancía.

«¡Lo que me faltaba!»

Los bandidos sabían que debían ser rápidos o los guardias de la ciudad saldrían a por ellos. Por eso se apresuraron a masacrar a los conductores y tomar las riendas de los carros huyendo con el botín. El carro de los "elfos" se quedó en las puertas de la ciudad.
«De nuevo me he quedado sin conocer a los elfos...»

Los carruajes estaban yendo a su máxima velocidad por el camino libre del valle, sabían que tenían que apresurarse o la guardia de la ciudad los alcanzaría. El hombre tenía la tonta idea de lanzarse del carro con altas probabilidades de morir, pero era aún así la mejor opción. Tomó valor y se echó para atrás aprovechando que las ruedas cruzaron sobre una piedra que hizo saltar al carruaje. Dio un volantín en el aire, con pánico en su rostro y cayó de pie, pero la velocidad con la que iba le hizo revolcarse en el pedregoso camino. El carro que iba detrás del suyo cruzó a muy escasos centímetros de él, pero aparentemente no le importó al conductor el verlo volar hacia la libertad. Rodó bastantes metros en dirección a un pequeño estanque, donde quedó flotando de espaldas completamente noqueado.[/code]